Viajeros Villamarienses/Potosí (Bolivia)

Intensa cita con la otrora “ciudad más grande del mundo”

Escribe Pepo Garay ESPECIAL PARA EL DIARIO

Quienes visitan Bolivia por primera vez se sorprenden en cantidad por lo diferente que es el país respecto al nuestro ¿Tuviste esa sensación en Potosí? ¿Cómo describirías a la cultura boliviana?

-Creo es difícil hablar de una “cultura boliviana” como si fuera algo uniforme y posible de circunscribir en una imagen concreta, como seguramente me pasaría al tratar de definir la “cultura argentina”. Lo que sí me parece es que hay un elemento que otorga cierta identidad a toda esta zona Andina, y que se ve también en el noroeste de Argentina y en Perú,  y es una cierta idiosincrasia y rasgos culturales compartidos derivados de la fuerte presencia de los pueblos originarios del altiplano, que mantienen su legado cultural vivo en el pueblo boliviano. Esto se puede apreciar en la particularísima arquitectura colonial, en la música, en las costumbres, en la vida diaria de la ciudad, etcétera.

-¿Y qué fue lo que más te sorprendió de Potosí y de su gente?

-Una de las cosas que más me llamó la atención fue la intensidad, el movimiento constante de gente, automóviles y minibuses por calles sumamente angostas y empinadas. La vitalidad de una ciudad que, a pesar de sus monumentos históricos, no es para nada un museo. Fuimos en auto así que pude experimentar el vértigo de manejar por esas calles, por lo menos hasta encontrar una vieja cochera donde quedó guardado todo lo que duró nuestra estadía.

-¿Tenés alguna anécdota que ejemplifique las diferencias culturales de las que hablábamos antes?

-Un mediodía fuimos a comer a un comedor situado frente a la plaza central y a la Catedral. No se trataba de un restaurante de turistas, sino de un comedor obrero (no recuerdo el nombre del mismo, pero pertenecía a una asociación de trabajadores). Allí almorzamos el menú del día, que era un plato de tallarines con salsa, y tomé una botellita de cerveza Potosina que era incluso más cara que el propio menú. Era un salón amplísimo en planta alta, lleno de familias que comían para luego continuar con su día. No sé si la anécdota refleja rasgos culturales, pero tengo muy presente ese momento porque fue asomarse por un instante a la vida cotidiana y sencilla de los habitantes de la ciudad, la gente de a pie y trabajadora.

-¿Sabías que Potosí es una de las regiones más pobres del país vecino? ¿Viste muchas carencias?

-No tenía ese dato, pero sí, al ingresar a la ciudad por los barrios periféricos, noté que las construcciones recientes eran en muchos casos humildes y precarias, a diferencia de las que vería luego en el centro histórico. Aunque, para ser sincero, no es un fenómeno tan distinto al que se da en nuestras ciudades y en todas las de Latinoamérica. Sí, es cierto que el hostel donde nos hospedamos en pleno centro, por ejemplo, y al igual que otros que consultamos, era una casona antigua con bastantes signos de deterioro, pero totalmente agradable.

 

-¿Qué te pareció la arquitectura colonial de Potosí? Por tu profesión, quizás puedas profundizar en el tema.

-El atractivo de la ciudad de Potosí se debe al tejido urbano y al origen colonial de sus edificaciones, la arquitectura sencilla de sus calles, lo que se suele llamar el “patrimonio modesto”. Lo más llamativo quizás son los portales barrocos de las iglesias y la Casa de la Moneda, esta última con sus impresionantes cúpulas y bóvedas de ladrillo y piedra. Pero también hay muchas edificaciones reconstruidas en épocas más recientes a raíz de los derrumbes debido a la gran cantidad de sismos que ha sufrido la ciudad a lo largo de su historia, como por ejemplo el Convento de San Francisco (a principios del siglo XVIII) y la catedral de Nuestra Señora de La Paz (a principios del siglo XIX).

 

-¿Y qué lugares, casas o edificios históricos te gustaron más?

-Creo que la Casa de la Moneda es el conjunto edilicio más importante, por su significado histórico, su estado de conservación y la riqueza de su arquitectura, pero las distintas iglesias coloniales, con sus portadas barrocas profusamente decoradas y sus gruesos muros de piedra, resultan las construcciones más atractivas. La fachada de la Iglesia de San Lorenzo de Carangas y la Torre de la Compañía de Jesús son dos de los mejores ejemplos del barroco americano boliviano y continental.

 

-Quizás mucha gente no lo sabe, pero Potosí llegó a ser la ciudad más grande del mundo en plena época de la colonia, debido a la plata que brotaba del Cerro Rico de Potosí ¿pudiste indagar respecto a esa parte de la historia?

-Sí, en la visita a la Casa de la Moneda pude conocer un poco más de la historia de la ciudad y su importancia en el esquema del dominio colonial español, fundamentalmente por la presencia del Cerro Rico que fue en su momento la mayor mina de plata del mundo. La lógica extractiva de la corona española propició el desarrollo económico de la metrópolis y de la minoría blanca europea y criolla Potosina.  Pero tal “progreso” nunca llegó a las mayorías indígenas que sufrieron el avasallamiento de su cultura, el saqueo del cerro sagrado y la esclavitud de hecho a través del sistema de la mita.

-Mencionaste a la famosa de Casa de la Moneda de Potosí ¿por qué es tan especial ese lugar?

-Era el lugar donde se acuñaban las monedas de plata que circulaban en los dominios coloniales españoles. Era el símbolo máximo de la opulencia del imperio español y su riqueza producto de la conquista de los territorios americanos. 

-En relación a aquello ¿Pudiste ir Cerro Rico de Potosí?

-No pude ir al Cerro Rico porque nos tocó mal clima y estuve un poco enfermo, luego ya nos tuvimos que ir de Potosí. Pero anduve de paso por las inmediaciones, ya que uno entra y sale de la ciudad por una ruta que costea el cerro, y nos detuvimos a observar el ingreso a las minas, donde se pueden ver las máquinas y los operarios trabajando. La escala es increíble, ya que todo el cerro parece salpicado por montículos de piedras de diferentes colores, resultado de la extracción de minerales. Un paisaje sorprendente, en verdad. Y como dato de color, la foto de Evo Morales con la banda presidencial en el punto de ingreso a las minas, la misma que veíamos en los inmensos carteles al costado de las rutas recientemente inauguradas (2014) por el gobierno boliviano en el trayecto de Villazón a Potosí. Se que se ofrecen excursiones para visitar el interior de las minas, pero no la hice.

Pasaporte

Nombre: Germán Andrés Godoy

Edad: 34 años

Profesión: arquitecto

Lo que más me gustó: la riqueza arquitectónica, urbana y la sencillez de su gente.

Lo que menos me gustó: no tendría algo para decir.

Valorar noticia

0%
Satisfacción
0%
Esperanza
0%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

Comentarios