Viajeros Villamarienses/Oaxaca/México

“Una región mágica”

Pasaporte

Nombre: Lisandro Bachiochi
Edad: 29 años
Profesión: profesor de Educación Física y profesor nacional de tenis.
Lo que más me gustó: la historia, la amabilidad de la gente, la conservación de la cultura como principal fuente de atractivo turístico, el respeto por los visitantes y por los sitios.
Lo que menos me gustó: no hubo cosas que me hayan disgustado. Quizás lo más difícil fue adaptarme a la comida, ya que se prepara todo frito, con mucho picante.

 

-Previo a la entrevista, ya nos habías adelantado que “Oaxaca es tremendo”, ¿por qué? 

-Por todo. Oaxaca es tremendo, una región mágica. Arribé al Estado acompañado de mi novia, quien vivía en México DF y me propuso ir a Oaxaca a descubrir un poco la cultura y la historia del país. Desde un primer momento la idea no me entusiasmó en su totalidad, ya que poca noción tenía de hacia dónde íbamos y qué encontraríamos allí. El resultado fue una gran sorpresa, un estado con mucha historia, en donde se respeta muchísimo la diversidad de costumbres y tradiciones originarias de los pueblos nativos. Las calles son de adoquines, las construcciones conservan las fachadas históricas. Oaxaca ciudad está caracterizada por la gran cantidad de artistas que hay en las calles, diversidad total de gustos y estilos hacen que tenga un encanto particular. Las arterias llenas de colores, de artistas y muchísimo turismo interno. Por esas casualidades de la vida, quien nos alquiló el departamento donde nos hospedamos era profesor de Sociología. Por tres días el fue nuestro “guía” turístico, sin que nosotros hayamos pedido que lo sea. Nos mostró museos, bares típicos, bares modernos, paseos de artesanos, ferias internacionales de mezcales, desfiles culturales... todo lo que pudimos conocer tuvo el plus de que nos fue mostrado por un ciudadano orgulloso de su tierra y de la historia de México.

 

-¿Qué conociste en concreto?

-De Oaxaca conocí las cascadas petrificadas (que están ubicadas en la cima de la montaña donde se formas piletas naturales de agua), Santa María del Tule (se calcula que el árbol que es centro de atracción de la cuidad tiene dos mil años de antigüedad y es el más grande del mundo), las Ruinas de Mitla (con restos de la civilización zapoteca), Guelaguezta (festival tradicional de Oaxaca). También participamos del Festival del Mezcal, que es la bebida tradicional de México (Oaxaca es la mayor productora). Otro lugar que visitamos fue Mazunte, un pequeño pueblo marítimo autosustentable. El sonido de las olas picadas ruge en las ventanas del hotel. Mar azul profundo y de arenas doradas, una playa soñada.  

 

-Como comentabas, se trata de localidades con fuerte impronta nativa. De hecho, en el estado de Oaxaca habitan más de 15 grupos étnicos distintos ¿Tuviste contacto con miembros de estas comunidades?¿Cómo es la gente en general? Te lo preguntamos a sabiendas de que cada colectividad de la zona tiene sus rasgos distintivos. 

-No es fácil tener contacto con comunidades aborígenes en la gran ciudad. Pero si caminas con la mirada concentrada, en los rincones podes ver alguna mujer vendiendo sus prendas hechas al telar, con lanas producidas por ellas de formas tradicionales, junto a sus niños que saltan felices alrededor. Todos los mexicanos se han mostrado muy amables y serviciales. No podría decir nada que hable mal de ellos. Siempre me han hecho sentir como en casa. 

 

-Entre las comunidades de mayor ascendente destacan los mixtecos y los zapotecos, ¿qué podes contarnos de ambos grupos, de acuerdo a tu experiencia personal?

-Sólo te puedo decir algo de lo zapotecos antiguos, ya que estuvimos en las ruinas de mitla, una gran zona arqueológica ubicada en el monte Albán, en donde se encuentra una gran ciudad que mantiene la estructura y la historia del pueblo. Un hermoso recorrido te lleva a conocer los sitios donde desarrollaban la agricultura, donde practicaban sus deportes y sus magníficas tumbas. Ellos creían que descendían de las nubes, de ahí el significado del nombre zapotecos “gente de cielo”.

 

-Antes mencionabas las virtudes arquitectónicas de la capital, ¿cómo son los pueblos y ciudades de los alrededores en ese sentido?

-Recorrer Oaxaca es un viaje en el tiempo. Es muy difícil diferenciar en qué época estás transitando mientras conoces veredas y negocios. La mezcla de estructuras modernas con la conservación de fachadas históricas le dan un aspecto pintoresco difícil de explicar en palabras. La vida nocturna de Oaxaca es otro de los grandes atractivos, colmada de bares escondidos en pasillos eternos y en terrazas iluminadas, con tragos de autor en donde el ingrediente estrella es el mezcal de la zona.

 

-Para el final, te pedimos una reflexión personal. Hace poco, el presidente de México aseguró que España debería pedir perdón por las atrocidades cometidas durante la época de la conquista de América. Teniendo en cuenta lo importante que es la identidad nativa en Oaxaca y toda la zona, y en base a lo que pudiste ver y vivenciar ahí, ¿qué opinas de ese reclamo hecho por el mandatario?

-Creo que son temas políticos de los cuales no me puedo poner a opinar ya que mi estadía allí solo fue por paseo. Lo que sí puedo decirte es que en la cuidad se ve la mixtura entre las creencias de los aborígenes nativos combinada con el catolicismo español.

 

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