LIGA VILLAMARIENSE/ APERTURA - 3RA. FECHA

Se recibió de héroe y campeón

Universitario se quedó con el título en Plaza Ocampo, después de empatarle a Colón (1-1) con un gol de Falco en el minuto 90 y con las atajadas de Simón Mellano en la definición por penales (4-2)
lunes, 19 de agosto de 2019 · 09:00

Escribe: Juan Manuel Gorno

Fotos: Victoria Araujo, Víctor Alvez, César Carballo

 

Cátedra de templanza. Arquero magíster. Doctorado en paciencia. Y título enorme.

Universitario conjugó sus logros en la finalísima de Plaza Ocampo y, cuando parecía que el rival miraba de reojo la Copa del Apertura, consiguió levantarla con manos firmes, las mismas manos con las que la figura del campeonato, Simón Mellano, atajó dos penales para coronarse desde los doce pasos (4-2), después de empatar heroicamente (1-1) durante los infernales 90 minutos de juego.

Ese desenlace de película, con Federico Falco metiéndole el botín a un centro rasante, en la última jugada del partido, fue el punto de ebullición de una tarde histórica, que premió la búsqueda incesante de la U y castigó la mezquindad del subcampeón, un Colón defensivo sin pelota y desinflado cuando menos debía serlo.

Claro que no debe haber reproches para el equipo cabralense. Fuera de pronóstico, abatió en el torneo a dos favoritos (el invicto Alem y el último campeón, Ticino) y empató los tres mano a mano con Universitario, nada menos.

Encima ayer, como en el segundo partido, estuvo muy cerca de la coronación, a su estilo, con sus armas, ordenado.

Consciente del poder de fuego enemigo, el Rojinegro primero cuidó su arco y el entrenador, Daniel Barrera, sorprendió en el arranque cuando incluyó a Federico Cipolat como un lateral que primero actuó de marcador de punta y luego de volante. En síntesis, Colón entró con cinco atrás y entendió que era mejor un adelanto en las líneas defensivas del rival para lastimar de contragolpe.

Universitario intentó penetrar por ese vallado, pero cayó en la trampa hasta que un pelotazo largo y frontal dejó mal parado a Pablo Picotti por delante de Martín Barrionuevo. El distinto de Colón encaró a Mellano y definió con un tiro bajo, al palo derecho del arquero.

El Rojinegro pasaba entonces a ganar la final. Y su fórmula de juego era un éxito que disfrutaban sus numerosos simpatizantes (más de mil).

 

De arqueros

Si Colón no volvió a concretar el segundo en el primer tiempo fue porque Mellano, en dos oportunidades y dentro de una misma jugada, se lo impidió al goleador de la tarde.

Barrionuevo parecía incontenible y encontraba los espacios para explotar durante ese primer tiempo en el que Colón lo buscó seguido con pelotas largas.

Nadie sabe qué hubiese pasado si el diez repetía en la doble tapada de Mellano, pero fueron las únicas de riesgo candente que generó Colón casi hasta el final del partido.

Todo el vértigo se centraba más en el otro campo, donde Colón abría trincheras con Ñáñez como primer soldado ante un ataque de Universitario que parecía voraz y terminaba siendo con cebitas.

Un tiro pifiado, un centro a cualquier parte o una corrida inútil se repetían en los últimos metros para el equipo de Joselito Bernadó, justo cuando debía encontrar la eficacia que lo llevara al empate.

Atrapado Lucas Barengo en su laberinto, controlado (a veces) Nicolás Gayoso y obstruido Juan Acosta (por el esfuerzo de Cipolat)... a la U le quedaba solo el corazón de Tomás Pratti para cambiar el rumbo. Pero no le alcanzó hasta el final de la primera etapa. Y en la más clara que generó durante ese primer período apareció Julio Giraudo en toda su dimensión para atrapar el cabezazo de Lucas Barengo. 

 

Por todo

La falta de puntería de Universitario se prolongó al segundo tiempo, cuando Colón empezó a buscar más recuperación de pelota con el ingreso de Luciano Luppo por el pibe Tomás Andrada.

Un tiro libre de Barengo que besó el parante superior del arco marcó tendencia sobre cómo sería el partido hasta el final, con los académicos volcados al ataque y el rival aguantando.

Colón intentó pelear en la mitad de la cancha, sobre todo cuando se soltó Cipolat por la izquierda para arrancar algunos aplausos de su público y oxigenar al equipo ante el ahogo de la U.

Sin embargo, se plasmó en demasía la lógica del retroceso permanente del equipo que va ganando un partido tan determinante. Y Colón quedó así, a la defensiva, resignando su ataque.

El partido quedaba a merced del ataque universitario, por eso Bernadó metió cambios en ese sentido, mientras sus defensores se transformaban también en atacantes.

Federico Falco fue uno de esos que anduvieron con la lanza en la mano en el campo ajeno, pero al principio se encontró con una respuesta fenomenal de Giraudo, volando hacia atrás para sacarla con una mano.

“Si no entró esta, no entra más”, habrá pensado más de un colonista. Sin embargo, el partido dio tiempo para más y cuando los cabralenses se probaban el traje de campeón, otro defensor, Pablo Picotti, la bajó por la izquierda, la pelota recorrió la zona de sentencia y Falco llegó para empujarla antes que Moyano para establecer el empate definitivo, a los 90 minutos.

 

Hasta las manos

Colón sintió el impacto como nunca antes. Esa sensación de derrota le recorrió todo el cuerpo en un ambiente donde la energía positiva se trasladaba hacia la tribuna techada, donde alentaban los académicos.

Quedaban los penales y el fútbol siempre fue la dinámica de lo impensado, pero este campeonato dejó algunas certezas: una fue que Giraudo es gordo por crack, que desafió al prototipo de arqueros de una manera fantástica, sin discusiones. Y otra es que, mientras Colón tiene a uno de los mejores arqueros del fútbol doméstico, Universitario tiene a otro que pertenece a una categoría superior, que le queda chica la Liga.

Ya lo había entendido así Rivadavia, el otro cabralense, cuando quedó eliminado por culpa de Mellano. Y ayer lo padecieron los colonistas, sobre todo Barrionuevo y Ramiro Giraudo, víctimas de las voladas de don Simón en la definición por penales.

No fue casualidad que la imagen de la victoria haya sido la corrida de los jugadores hacia donde el arquero celebraba de rodillas, con el grito lleno de gloria.

Así cerró Universitario su epopeya, concretando el final soñado, sosteniendo sus virtudes, agrandando su historia.

 

Opina

Daniel Bachanini (*)

Lo tuvo a Mellano y ya sabemos...

Si el partido hubiese durado dos minutos menos, se comprobaría que el que más tiene la pelota no siempre es el que termina ganando. Creo que así se dio el partido, Universitario tuvo el balón 82 minutos, pero en el primer tiempo careció de profundidad. En ese sentido, las chances más claras que tuvo fueron un tiro libre de Pratti, que pasó por arriba del travesaño, un cabezazo de Barengo que sacó Giraudo y una jugada en la que no le cobraron penal a Gayoso.

En síntesis, durante el período inicial a la Uni le faltó un referente de área para terminar las jugadas que creó.

Mientras tanto, Colón estuvo bien abroquelado atrás y contó con Barrionuevo, quien creo está un escalón por encima de los demás. Cuando agarra la pelota tiene pinceladas de buen fútbol y se nota que es un jugador distinto.

Pasando al segundo tiempo, Colón se quedó atrás, ingresó Luppo como “doble cinco” para defender el resultado y tuvo en Julio Giraudo a su hombre más relevante, porque tapó una pelota impresionante y después manejó los tiempos muy bien.

Después, en los penales, Universitario lo tuvo a Mellano y todos ya sabemos lo que pasó.

(*) Exjugador y actual DT

 

Minuto a minuto

Las mejores jugadas

Primer tiempo

3 m: tiro libre de Pratti. Arriba del travesaño.

4 m: Gayoso cae en el área. ¿Penal? No lo cree así el árbitro.

6 m: centro de Pratti. Cabecea Barengo. Atrapa Giraudo.

11 m: Barrionuevo prueba de lejos. Controla sin problemas Mellano.

14 m: ¡Goool!, 1 a 0 para Colón. Pelotazo largo que sobra a Picotti. Barrionuevo se aviva y queda solo ante Mellano. Amaga y le pega al palo más cercano, a la derecha del uno.

23 m: Cipolat cae ante Layús. ¿Es penal? No, dice el juez.

24 m: individual de  Acosta. Controla Giraudo.

30 m: le pega Barrionuevo, tapa Mellano. Sigue la jugada y otra vez le pega Barrionuevo, ahora fuerte, pero Mellano vuelve a tapar, magistralmente.

34 m: Gayoso la toma desde afuera del área y saca el remate. Afuera.

36 m: prueba Barengo. Arriba del travesaño.

 

Segundo tiempo

15 m: tiro libre de Barengo. La pelota hace una parábola y se va por milímetros, cerca del travesaño.

16 m: Pratti encara por derecha y le pega cruzado. Afuera.

21 m: pelotazo para Barrionuevo con la defensa de la U adelantada. Mellano llega para cerrar.

35 m: Falco es un delantero más y saca un balinazo. Vuela Giraudo y la saca con una mano.

36 m: cae Gonzalo Acosta en el área. Parece penal. No lo ve así el árbitro.

45 m: ¡Goool!, 1 a 1: Piccotti se la juega por izquierda y manda el centro bajo. La pelota sobra a todos, pero llega Falco por el medio y empata el partido.  Colón no lo puede creer.

 

Penales

-Ejecuta la U. Patea Pratti al lado izquierdo de Giraudo, que no llega. 1 a 0.

-Va Barrionuevo. Le pega no tan cruzado y ataja Mellano.

-Goroso la clava en un ángulo, 2 a 0 para la U.

-Cipolat le pega abajo y a la izquierda, 2 a 1.

-Picotti la asegura con el pie abierto, a más de media altura, 3 a 1.

-Velasco, a la izquierda también, 3 a 2.

-Falco le pega con jerarquía, al ángulo, 4 a 2.

-Ramiro Giraudo le pega a la izquierda. Ataja Mellano.

 

La figura

Federico Falco

Defensor, volante y delantero, fue de todo cuando el partido se lo pidió y terminó empatando a los 90’. Ante Giraudo le sacó un disparo de gol. En los penales, claro, la gran figura fue Simón Mellano.

 

El árbitro

Cristian Rivadera

Aceptable. Le protestaron tres penales, de los cuales el último podría haber existido. Igual manejó el partido sin problemas y mostró las tarjetas cuando la situación lo ameritaba. Cumplió en la finalísima más esperada.

Más de
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