Un reparto con sabor a poco

Escribe: Pablo Luna Broggi

Ricardo Gutiérrez empató de local 1 a 1 frente a Rivadavia en un partido deslucido, pero igual ambos esperan la última fecha con la clasificación asegurada.

A ritmo cansino arrancó el partido, con el dominio del balón compartido y sin protagonismo de ninguno de los dos equipos. La primera aproximación fue para el “Verde” con una débil volea de Bustos que sin problemas contuvo Julio Giraudo. Unos minutos después, fue Claudio “Lana” Díaz quien intentó abrir el marcador con un buen tiro libre directo, pero el experimentado uno local nuevamente le negó dicha posibilidad.

Tras estos “avisos” por parte del visitante, los palestinos reaccionaron y, primero con un gran desborde de Gastón Ripa que terminó con un fuerte remate que dio en el lateral del arco defendido por Marcelo Berardo y luego con un disparo de larga distancia de Alfonso que también inquieto al uno visitante, equilibraron la balanza en cuanto a llegadas con peligro por lado.

El partido era feo, friccionado, sin espacios, sin pausa, con mucho dinamismo pero imprudente e improductivo. Las situaciones aparecían por errores ajenos y para el espectador no era un buen espectáculo precisamente.

Las más “claras” del primer tiempo llegaron sobre el final: Leo Bianchetta la tuvo para el local, pero su remate cruzado se fue “besando” el palo izquierdo de Berardo; y Maxi Bustos casi pone arriba a Rivadavia, con un gran disparo de tres dedos que por poco no se clavó en el ángulo de Giraudo.

La primera mitad culminó con un justo cero a cero que evidenciaba lo que había sucedido en esos 45 minutos: un fútbol apático, sin sorpresas y con jugadores cansados y fastidiosos. Estaba como para terminarlo, pero como eso no se puede hacer, comenzó el segundo tiempo.

En el complemento, todo empeoró porque se sumó la mala actuación del árbitro que hizo que los jugadores aumentaran su agresividad y malhumor.

Sin embargo, cuando todo parecía perdido, el hombre más positivo de la cancha, Ramiro Giraudo, aguantó de espaldas un balón en el borde del área rival, y antes de que reaccionaran los defensores verdes remató de media vuelta y la clavó bien pegada al palo derecho de Berardo, que nada pudo hacer para evitar la apertura del marcador.

Golazo del local, que se festejaba con fuerza porque aseguraba la clasificación del “RG” a playoff después de más de una década.

Sin embargo, más allá de que Tottis y Rodríguez pudieron estirar la diferencia en diferentes oportunidades, sobre el final llegó el empate del conjunto conducido por Gustavo Miranda: una excelente habilitación de Díaz entre líneas le posibilitó al eterno Matías Bendazzi igualar el tanteador con un golazo que no se merecía este partido.

El resultado final fue 1 a 1, y ambos equipos se fueron contentos con la clasificación bajo el brazo. Sin embargo, el fútbol mostrado en los 90 minutos dejó mucho que desear: los creativos no aparecieron, los velocistas corrieron sin sentido, los encargados de marcar pegaron y protestaron por demás y el árbitro definitivamente tuvo una mala tarde.

Los únicos que cumplieron fueron Bendazzi y Giraudo, los históricos goleadores que siempre están y lograron pequeñas alegrías en una tarde para el olvido.

La figura: Nicolás Rodríguez. Fue el “alma” del local. Cortó y jugó durante los 90 minutos. Se adueñó totalmente del sector derecho del mediocampo. Solo le faltó hacer un gol y casi lo consigue.

El árbitro: Yoel Yúdica. Mal. Cobró mal incontables “fuera de juego” lícitos, y no midió con la misma vara infracciones del mismo tenor. Perdió autoridad con el pasar de los minutos.