LIGA ARGENTINA / AMEGHINO HACE HISTORIA EN EL DEPORTE LOCAL
Un paso más hacia el gran objetivo
El gran momento del León deja ilusión y enseñanza. Es parte de un proyecto que tiene más de una década de vida. Hoy está a tres victorias de llegar al nivel más alto del básquet argentino
Todos hablan de Ameghino. En la calle, en un café, en la cola de un banco. El club villamariense ha generado una ilusión increíble en la ciudad y región. Una campaña histórica en la fase regular y un paso arrollador en los playoffs cimentan la ilusión de un plantel y de un club, que desde que realizó su pretemporada, allá por setiembre del 2022, (mucho antes que comenzara la Liga Argentina por el mes de octubre), se trazó un objetivo: ir por el ascenso.
El León, el lunes por la noche, dio otro paso histórico en la ciudad de San Luis: por primera vez fue campeón de la Conferencia Norte y ahora jugará la final nacional de la Liga Argentina. Su paso firme por el torneo lo demuestran los números: 27 ganados y 5 derrotas en la fase regular, siendo el número 2 de esa conferencia. Y luego en los playoffs: 3 a 0 ante Montmartre de Catamarca, en cuartos; 3 a 1 a San Isidro, en semifinales; y 3 a 0 ante GEPU de San Luis en la final.
Mientras espera quién será su rival (Racing de Chivilcoy o Zárate Basket), disfruta y goza de una clasificación histórica.
Pero detrás de este logro, hay más de una década de un proyecto que comenzó muchos años atrás, inclusive se podría decir, un par de años antes de la llegada de Pablo Castro y el respaldo del dirigente Pablo Giraudo. Aunque la llegada de estos últimos le puso piso al sueño.
Un día de 2008, apareció por la redacción de El Diario el profesor Jorge Deulofeu, por entonces dirigente de Ameghino. Entre otras palabras dijo “La idea es un proyecto a cinco años. Primero participar de la Liga Provincial B, jugarla el primer año y ser protagonistas, el próximo año ir por el título y el ascenso. Una vez en el Provincial A, lo mismo, al segundo año, buscar el título para jugar el Torneo Federal”.
El proyecto fue, seguramente, algo más lento, pero se sumaron más dirigentes y se consolidó a paso firme. En 2009 con Darío Arrigoni como entrenador se consiguió el título y el ascenso. Ese año se sumó un juvenil que llegó desde Sparta: Abel Aristimuño.
En 2010, se incorporó, silenciosamente, un dirigente: Pablo Giraudo. Ese año llegó también Pablo Castro, un entrenador bonaerense que comenzó a trabajar en un proyecto a largo plazo.
El sueño de Ameghino transitó varias temporadas en el Provincial A. En 2014 fue subcampeón y en 2015 logró el histórico título y el ascenso al Federal.
Lo que siguió ya es historia más o menos conocida. Dos años en el Torneo Federal, con la invitación por “mérito deportivo” para jugar la Liga Argentina.
En esta van seis temporadas, consolidando una identidad propia, con un referente villamariense en el equipo (Abel Aristimuño) y otro que llegó para aquerenciarse del club y la ciudad: Juan Luis Abeiro.
El dirigente Pablo Giraudo (durante varios años director deportivo del proyecto) y el entrenador Pablo Castro han sido mentores de un proyecto que comenzó con un enorme gimnasio con pisos de mosaicos y sillas de chapa para los espectadores.
De a poco consolidaron un proyecto que se fue profesionalizando en cada sector de la estructura hasta el día de hoy: el gimnasio, el equipo de preparadores físicos y kinesiólogos, la captación y reclutamiento de juveniles, los acuerdos de colaboración con clubes vecinos, la logística. También se fueron sumando los nuevos vestuarios, las tribunas, la iluminación, la renovación de La Leonera (hoy llamado estadio Contigiani-Ameghino) y el frente de la entidad, que sigue siendo un club de barrio.
Hoy el club que preside Ariel Ferreyra, disfruta hace tiempo del crecimiento. En la parte final del torneo se sumaron nuevos testigos, en la que Ameghino jugó en el Salón de los Deportes y este escenario pareció quedarle chico ante la enorme convocatoria.
El sueño ahora es dar el paso más importante: ascender a la Liga Nacional. Sus referentes cada tanto, miran para atrás en el tiempo y no se olvidan de dónde vienen, sostenido en su trabajo a paso firme. Es que el sueño comenzó mucho antes, y no se olvidan que debajo de aquel parqué flotante donde trabaja el equipo que hoy camina hacia un sueño, siguen estando las baldosas donde empezó todo.
