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El León, con el zarpazo del final

Gon un gol de penal sobre la hora, Alem derrotó 3 a 1 a 9 de Julio de Pasco en La Leonera y se metió en cuartos. El cotejo se vio opacado por incidentes
lunes, 10 de junio de 2024 · 13:00

En un final para el infarto, Alem venció a 9 de Julio de Pasco 3 a 1 en La Leonera y logró el pasaje a cuartos de final del Apertura 2024 de la Liga Villamariense de Fútbol (LVF) por contar con ventaja deportiva. En la ida, disputada en cancha del Patriota, Alem había caído por idéntico marcador.

Tras un partido intenso y emotivo, el juego  se vio empañado por algunos hechos de violencia sucedidos tras la sanción de un polémico penal a favor de la visita cerca del final. La intervención del personal policial evitó que la situación pasara a mayores, pero la gente llegada de Pasco pasó un mal momento, debido a algunas piedras arrojadas por algunos inadaptados que pusieron en riesgo la integridad física de los mismos.

Por suerte, el grueso de los simpatizantes tricolores no se plegó a la vandálica actitud de ese minúsculo grupo que a punto estuvo de arruinar la fiesta futbolera. Hasta que la gente del fútbol no termine de comprender que los errores arbitrales forman parte del cotidiano quehacer humano (por lo tanto, pasibles de equivocación), seguiremos viviendo estos lamentables episodios que esperemos no se repitan.

Antes se había vivido un encuentro jugado a pleno y con muchas emociones.  Alem salió a jugarlo con todo, sabiendo de antemano que debía dar vuelta la historia del partido disputado en Pasco.  En la primera situación clara del juego, el defensor visitante Enzo Becerra derribó al delantero local Jorge Molinari en su propia área y el juez Federico Valle no vaciló en sancionar la pena máxima para el local. El propio Molinari se encargó de transformarla en gol y, antes de los cinco minutos, los tricolores ganaban 1 a 0.

Rápidamente, el elenco patriota comprendió como debió jugarse este partido. Dientes apretados para disputar cada pelota e inteligencia para moverse en ataque y sorprender. Fue la consigna de los dirigidos por Laureano Romero, que se plantaron bien firme en el campo.

El juego se hizo friccionado y en pocos minutos el juez debió apelar a la tarjeta amarilla para contener tanta entrega. Cuatro amonestaciones (dos por bando) parecieron ser suficiente para frenar los ímpetus de los jugadores.  Lo mejor que mostró la visita fue su ofensiva. Con dos rapiditos difíciles de localizar y encaradores (José Romero y Kevin López), bien apoyados desde el medio por Enzo Medina. Los locales debieron ajustar las marcas y optar por perseguir al hombre como recurso. Alem ganaba, pero su técnico les pedía a sus dirigidos que no sacaran el pie del acelerador.

El partido se volvía más que interesante, porque se jugaba con un ritmo infernal.  La zona de mitad de cancha -por fortuna- era de tránsito y el gol parecía estar al caer en cada ataque. Faltaba la pausa necesaria para encontrar el momento y el lugar justo para filtrar la última pelota, pero el corazón le ganaba a la cabeza. La visita, a pesar de sus interesantes delanteros, no podía resolver con acierto sus intentos. Lucieron una liviandad que terminaría pagando caro para sus ambiciones posteriores en el juego. Un rústico como Gastón Giorgis, ante la falta de contundencia de sus compañeros de ofensiva, tomó la lanza y se perdió un gol increíble en la boca del arco rival, con Montiel fuera de lucha. Alem, sin lucirse en su funcionamiento colectivo, se las ingeniaba para complicar. Un par de remates largos de Fabián Martínez causaron zozobra en el arquero visitante, que resolvió sin complicarse. El viento también jugaba a favor del local en ese primer tiempo. El reloj pronto se asomó como otro rival de peligro para las intenciones del local. El Patriota se acomodaba a la ventaja del partido en su cancha y, cuando podía, hacía todo el tiempo que el juez le permitía, en especial a su arquero.

Pero Alem no dejaba de intentar, aunque no le sobraran ideas.  Hasta que un remate desde afuera del área ejecutado por Daniel Berterame, que tocó Jonathan Rodríguez, fortuitamente terminó descolocando al portero visitante.

El 2-0 le servía a los locales para pasar de ronda por esa cuestión reglamentaria de la ventaja deportiva. 9 de Julio intentó volver al partido, pero le costó demasiado. Ya no lucía tan claro como al comienzo, pero no pensaba en dejar de intentarlo.  Confundida y todo, la visita buscaba de cualquier manera. Las formas poco importaban a esa altura, hasta que llegó la primera gran polémica de la tarde. Pelota al área de Alem y, en su afán de rechazar, Fabián Martínez termina impactando con su mano la pelota en dura lucha contra Fernando Rodríguez. Federico Valle no titubeó un instante y marcó el punto penal. Después, lo que siempre sucede en estas situaciones. Jugadores rodeando al árbitro, reclamos de todos los hombres de Alem... Caos adentro y piedras volando fuera de la cancha. Momentos de tensión y zozobra que, por fortuna, no derivaron en situaciones más graves. Cuando la calma retornó, Enzo Medina, con gran decisión y calma,  ejecutó con notable maestría el penal y batió a Fabián Montiel. Precisar el tiempo perdido y jugar lo que faltaba fue decisión del juez del partido, ya convertido en protagonista excluyente del mismo.

Alem, con diez jugadores por expulsión de Nicolás Pedernera y sintiéndose perjudicado por el fallo arbitral, fue a buscar el gol que necesitaba en un ambiente en llamas. Cada pelota al área visitante significaba un boleto a la ilusión para los locales y una estocada al corazón de los visitantes.

Todo fue caótico y vibrante, hasta que Maxi Le Roux recibió de espaldas, aguantando una pelota incandescente que nadie se atrevía a trasladar y frotó la lámpara. Seguro imaginó que a su equipo le debían algo y quiso girar con el defensor pisándole los talones. El resto fue complicidad del defensor, que pecó de ingenuo, y rapidez de reflejos del árbitro para apurarse a cobrar un penal que, sin dudas, fue. El pibe Alexis Agosto (sobrino del entrenador), con la sapiencia de todos los jugadores del León sobre sus espaldas, le rompió el arco al arquero patriota para desatar un festejo loco y desbordante con los verdaderos hinchas del Tricolor.

El árbitro - Federico Valle

Regular. El partido lo exigió al máximo. Debió recurrir a la tarjeta en forma sistemática para encauzarlo. En un final en llamas, demostró coraje para sancionar dos penales determinantes.

La figura - Maximiliano Le Roux

Su ingreso le otorgó la cuota de fútbol que su equipo necesitaba y su rebeldía le dio otra impronta al ataque tricolor. Le cometieron el penal convertido por Alexis Agosto, quien también tuvo un partido destacado y resolvió esa acción decisiva con tranquilidad.

 

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