Handball / Franco Stäuble
“En Noruega me siento muy cómodo”
Jugó en distintos equipos locales, se recibió de profesor de Educación Física y desde 2019 ha integrado equipos de España, Italia y Francia. En la actualidad, se radicó en el país nórdico, una de las potencias de este deporteFranco Stäuble, descubrió su pasión por el handball, en el Instituto del Rosario, tenía 8 años y ya había practicado fútbol, básquetbol y hasta el judo. Pero su vida cambió cuando encontró su lugar en el mundo en una cancha de handball, junto a la escuadra de su colegio.
Su documento de identidad dice que nació en La Falda, el 10 de junio de 1994, pero se radicó desde los 4 años en Villa María. Al handball jugó intercolegiales con la escuadra de su colegio, y en 2008 se incorporó como jugador federado a Central Argentino y luego en la selección de Córdoba, que dirigía el villamariense Mauro Stevenot. Integró también los equipos de CIEF, Villa María Handball y Alianza. Además, se recibió de profesor de Educación Física.
Hoy tiene 30 años, es jugador y entrenador, y en 2019, poco antes de la pandemia decidió darle un vuelco decisivo a su vida y emigrar a Europa. En el Viejo Continente ha jugado en equipos de España, Italia, Francia y actualmente es entrenador de un equipo de Noruega, una de las potencias de este deporte, cuyo seleccionado masculino ganó la Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de París 2024 y es una de las mayores potencias mundiales; y el femenino es el actual campeón mundial.
Desde el país nórdico, Franco dialogó con elDiario y contó su experiencia de vida y deportiva.
-¿Cuánto tiempo hace que te fuiste?
-Ya había estado en España en 2018, volví a Villa María en febrero de 2019, y el 17 de octubre de ese año regresé a Barcelona, para ir a jugar a Martorell. Allí estuve participando en la primera masculina y también como entrenador del equipo B femenino. Terminé siendo el entrenador del equipo A, antes que comenzara la pandemia del Covid-19. Ahí se frenó todo, pero el equipo iba primero y consiguió el ascenso a la Liga Catalana.
-¿Cuándo te vas a Italia?
-A mediados de 2020, fui a conseguir la ciudadanía italiana. Encontré un equipo a través de un representante, el Monteprandone Pallamano HC. En esta parte empecé a viajar con mi novia y hoy somos padres, tuvimos a Luka hace 3 meses. Ella es de Barcelona y jugadora de handball. Al final ella pudo jugar y yo no porque se demoró la ciudadanía, por temas burocráticos. Antes del final de la temporada deportiva regresamos a Barcelona por unos meses.
-¿Y cómo siguió tu carrera?
-Ya con la ciudadanía, nos sale la posibilidad de ir a Francia, para ir al Club Oyonnax, para jugar, ser preparador físico de la primera masculina y ser entrenador de un equipo infantil, y Alba, para jugar y entrenar un equipo. No terminamos la temporada, porque el club no cumplió con lo que nos había prometido. Tomamos la decisión de dejar jugar y volver a Italia, otra vez al Monteprandone, en la Liga A2, el mismo lugar donde estábamos antes.
Mientras jugaba trabajaba en un gimnasio, como personal trainer. A la par del handball siempre trabajé; en Barcelona vendiendo alarmas, en Francia trabajaba en un teatro, preparando salas e iluminación; un poco lo que marca el ADN del teatro de los Stäuble.
-¿Y cómo llegás a Noruega?
-Conocía a un mendocino que trabajaba en el handball de Noruega, en el Vikhammer, que está a las afueras de Trondheim, una de las ciudades más grandes del país. Él se iba a otro club y necesitaban un entrenador para el equipo. Vinimos por unos días, a ver cómo era el lugar, la gente, el club, la infraestructura, y ni lo dudamos. Nos vinimos hace un año y medio, y hace tres meses nació nuestro hijo, Luka. Estamos muy bien y contentos.
-¿Y también trabajas?
-Sí, en una fábrica, por la mañana. El equipo todavía no tiene nivel de profesional. Actualmente, entreno dos categorías: la primera femenina del club, que compite en cuarta división y vamos primeros con el objetivo de ascender, y la categoría 2008, chicos de 15-16 años, que clasificamos a la Liga local, la Regional y la Nacional. Hay muchos viajes, muchas historias y experiencia. Al mismo tiempo estoy haciendo el curso de entrenador a través de la Federación Española de Balonmano. Soy Nivel 2, con proyección el año próximo a realizar el Nivel 3.
-¿Tu novia también juega?
-Era jugadora en Barcelona y venía de una lesión. Jugó un tiempo en Italia, en el primer viaje, luego en Francia, por hobby. Acá solo lo hizo la primera parte de la temporada. Acá era la entrenadora de un equipo Sub-16 femenino, pero con esto de la maternidad, no está trabajando, pero quiere volver a entrenar el año que viene.
-Noruega es top a nivel mundial. ¿Cómo vivís esa experiencia?
-Acá el nivel de handball es increíble. Tengo la suerte de estar trabajando para la Región Norte de la Federación Noruega, en el programa de selección y desarrollo de talentos, chicas y chicos de categorías 2008 a 2010. Hacemos dos entrenamientos al mes con grupos de 30 a 90 jugadores por turno de entrenamiento. Es una experiencia increíble. Noruega es campeón mundial a nivel femenino; es top ten a nivel masculino. Acá tenemos un equipo que es el Kolstad, que juega la Champions League Europea”.
¿Cómo te manejas con el idioma?
“Estoy aprendiendo el noruego. En el día a día me manejo con el inglés. También aprendí a hablar italiano y francés, por haber jugado en esos países. Soy un principiante del idioma noruego, como para proyectar una carrera de entrenador en el handball nórdico, que tantos beneficios e infraestructura tiene”.
Como jugador ¿Colgaste los botines?
“Decidí poner mi carrera de jugador en stand by, todavía no pensé en colgar los botines. Estaba trabajando por la mañana, entrenando los dos equipos y jugando a la vez, era un mucho. Además, mi novia quedó embarazada; y yo quería estar en mi casa colaborando y estando con mi hijo desde su nacimiento. Estuve jugando hasta la temporada pasada, en la segunda división que es un nivel muy bueno”.
¿Qué te sedujo para irte a Noruega?
“Una de las cosas que nos ayudó a venir fue el primer nivel de handball. Para ver cómo se trabaja, con las cosas que conllevan estar lejos, la familia, pero viviendo una experiencia espectacular y con el plan de estar viviendo acá por muchos años. La expectativa de venir es porque a los dos nos ofrecían trabajar en el handball y al mismo tiempo otro trabajo. Sabíamos que íbamos a estar cubiertos, ambos con contratos. Estamos muy cómodos. Yo me sorprendo cada fin de semana. Acá hay un equipo en cualquier pequeño pueblo o barrio. En todas las ciudades hay un equipo de primera. El nivel y las canchas son increíbles. Hay torneos de todos los niveles, Champions League, Mundiales, veo a la selección noruega. Al trabajar para la Federación Noruega veo cómo se organizan, como trabajan a nivel país. Es increíble lo que se aprende. Y vamos sumando amigos que son entrenadores y vamos aprendiendo de los que saben más que uno, que era mi objetivo al venir acá”.
¿Y a nivel de calidad de vida?
“La cultura nórdica es llamativa, pero increíble a nivel estilo y calidad de vida. Es diminuto el peso que tiene el trabajo en relación a la vida y la familia. El lema de ellos es que la familia es lo primero y es así. La mentalidad también. En los otros países que estuve, es diferente, por la cultura mediterránea, latina. Noruega es totalmente distinta. Además acá pasas de 24 horas de luz en verano a cuatro horas en invierno. Acá por la naturaleza, comodidades, calidad de vida, a nivel laboral, de desarrollo personal, te permite pensar y darle prioridad no solo al trabajo. En Argentina no podemos hacer eso, no estamos quietos, no estamos acostumbrados. Cuando vamos a otro país eso nos sirve porque nunca estamos quietos y podemos ser un poco más que el resto”.
Profesor de educación física, jugador y entrenador de handball; ahora también padre. Franco es un trotamundos de este deporte que lo sigue viviendo con la misma pasión de aquel pibe que se deslumbró con este deporte cuando tenía ocho años.