Una viajera especial

Eugenia salió de Río Tercero el 11 de noviembre para afrontar otra vida. Viaja en bici con sus amigos perrunos, Manchino y Ofelia, soñando con llegar a Uruguay. Atrás dejó una historia complicada que relató con este suple, en su paso por Villa María y Villa Nueva

Nada sucede porque sí. Los vaivenes de la vida terminan marcando decisiones importantes y una de esas es la que tomó Eugenia, una joven de 29 años que transita las rutas en bicicleta, pero no como cualquiera, sino llevando en un carro a sus dos queridos perros: los hermanos Manchino y Ofelia.

La viajera y sus amigos, que ayer circulaban cerca de Las Varas, estuvo el fin de semana entre Villa María y Villa Nueva y fue recibida con los brazos abiertos por animalistas locales, que les dieron lugar.

Eugenia con sus perros descansaron en el hermoso espacio que cuida con gran corazón Liliana Alvarez 

“Soy de Río Tercero, pero salí de mi casa el 11 de noviembre, ya que fui primero hacia las sierras y luego me largué para este lado. Mi objetivo es llegar a Uruguay; después ver qué pasa”, contó Eugenia apenas llegó a la guardería canina que cuida Liliana Alvarez y acompañada del Grupo de Salchicheros Villa María.

De la bicicleta, una mountain SLP, cuelgan algunos bolsos pequeños, un morral y hasta un instrumento, pero lo más pesado es el carro, de aproximadamente 80 kilos, donde van Manchino y Ofelia, pero también otros bolsos.

“Esto es todo lo que tengo en la vida, pero con ellos soy feliz”, explicó la joven, señalando a los hermanos perrunos, que rescató cuando nacieron y decidió quedárselos para siempre. Hoy tienen 4 años y no se le despegan, mientras van cuidando el carro con suma atención.

“Cada una hora y media, aproximadamente, paro siempre en la ruta para darles agua o de comer, igual ellos siempre avisan si quieren algo”, señaló Eugenia.

En el camino, mientras, se va cruzando con viajeros que se sorprenden y les ayudan.

“Me pasan cosas increíbles, hay quienes sacan alimentos para ellos o me ayudan con dinero para comprarles algo; la gente fue muy solidaria desde que salí de casa”, explicó.

 

La otra vida

Para quienes crean que el desafío de llegar a Uruguay es demasiado duro, deberán conocer la historia de Eugenia. Ella sabe bien que lo malo estuvo en su pasado, lo que dejó atrás pedaleando.

“Mi mamá murió cuando yo tenía 16 años y me quedé sola, por eso aprendí muchas cosas de la vida”, contó.

Al terminar la secundaria, la joven estudió Psicología y luego trabajó como acompañante terapéutica.

“Trataba con personas con discapacidad casi todo el día y me cansé, pero no de la gente, sino de todo el sistema de salud, de las mutuales... En un momento me pregunté, ¿en qué momento vivo?”, confesó.

En ese contexto, Eugenia padecía además un grave problema de obesidad que también quiso dejar atrás. Y lo hizo de una manera formidable: bajó 75 kilos.

“A la bici la agarré por un amigo de la primaria que hacía esto de viajar largas distancias. En abril del año pasado me fui a La Cumbrecita y me terminó gustando. Después hice lo que tenía que hacer: vendí todo, me desprendí de lo que tenía y me fui con ellos (los amigos perrunos). Ahora, lo que tenía de enfermedad, lo cargo en estilo de vida”, apuntó Eugenia.

La acompañante terapéutica es ahora artesana y tatuadora, pero sobre todo viajera distinta.

Se puede seguir su largo viaje por las redes (@eugenia_encleta en Instagram y eugenia en clata en Facebook), por donde también se contactó con quienes la esperan en cada pueblo.

“Voy a Uruguay, pero primero voy conociendo personas hermosas”, dice ella. Desde el país vecino (donde tiene amigos que la esperan), sueña con pasar a Brasil, luego a Paraguay y así por todos lados. A donde la lleve la vida. A ella. Y a sus queridos amigos de cuatro patas.

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