Por qué los gatos lamen a sus dueños

Los felinos tienen tres motivos esenciales para chupar las manos de los humanos. Enterate cuáles son

Los gatos tienen fama de ser distantes e independientes. Sin embargo, nuevos estudios sobre la forma en que responden a sus cuidadores sugieren que sus habilidades sociocognitivas y la profundidad de sus apegos humanos se subestimaron. Los gatos quieren a sus dueños, sienten afecto por ellos, y una forma de demostrarlo es lamiéndolos.

Muchos se preguntan por qué los gatos lamen las manos a sus dueños. Y la respuesta es que hay varias razones para que realicen dicha acción, entre ellas cuestiones de amor y fidelidad similares a cuando los felinos se lamen entre ellos.

En primer lugar, se hace referencia a la lengua de los gatos. Es una parte clave del animal, que está cubierta de cientos de espinas puntiagudas, las papilas. Por esta razón, cuando nos lamen las manos la sentimos tan áspera. La lengua cumple un amplio abanico de funciones. Por ejemplo, a la hora de alimentarse, les resulta muy útil para raspar la carne de los huesos de sus presas.

El primer análisis para entender por qué los gatos lamen las manos a sus dueños deberá apuntar a entender antes por qué los gatos se lamen unos a otros. Hay factores predominantes: cuidar el pelaje, fortalecer el vínculo y percibir el olor.

 

Tres razones

-Afecto: los gatos tienen muchas formas de comunicarse con los humanos, y una de ellas es el lamido. Cuando acariciamos a un gato, y luego este nos lame la mano mientras ronronea, podemos considerarnos afortunados porque significa que nos quiere y le gusta estar con nosotros.

-Sudor: por increíble que parezca, a algunos gatos les gusta el sabor ligeramente salado del sudor. Por lo tanto, esta puede ser otra de las razones por las que el gato nos lame la mano.

-Territorio: los gatos son animales muy territoriales, así que también cabe la posibilidad de que el gato nos quiera marcar. Su sentido del olfato está mucho más desarrollado que el de los humanos, y a través del lamido deja pequeñas partículas de olor.

Cuando el gato lame, espera una respuesta del humano, por lo que es aconsejable  brindar ese gusto para que se sienta querido. También se lo puede peinar con un cepillo suave.

 

Los gatos quieren a sus dueños

Un estudio de 2017 citado en la revista Current Biology muestra que, al igual que los niños y los perros, los gatos domésticos forman vínculos seguros e inseguros con sus cuidadores humanos.

"Es la primera vez que investigadores demuestran empíricamente que los gatos muestran los mismos estilos de apego que los bebés y los perros", dijo la principal autora del estudio, Kristyn Vitale, investigadora del Laboratorio de Interacción Humano-Animal de la Universidad Estatal de Oregon (Estados Unidos).

"Tanto en los perros como en gatos, el apego a los humanos puede representar una adaptación del vínculo entre la descendencia y el cuidador", siguió Vitale.

"Nuestro estudio indica que cuando los gatos viven en un estado de dependencia con un humano, ese comportamiento de apego es flexible y la mayoría de los gatos usa a los humanos como fuente de confort", afirmó la investigadora.

Los investigadores hicieron que los gatos participaran en un test similar a los que realizan en niños y perros para estudiar sus comportamientos de apego.

Durante la prueba, cada gato pasó dos minutos en una habitación con su cuidador. Luego estuvo dos minutos solo. Por último, volvió con su dueño por dos minutos más.

Al regresar con su cuidador (después de la ausencia), los gatos con un "apego seguro" a la persona estuvieron menos estresados y equilibraron su atención entre el humano y sus alrededores. Por ejemplo, siguieron explorando la habitación.

Por otro lado, los gatos con un "apego inseguro" mostraron signos de estrés, como mover la cola y lamerse los labios, y mantenerse alejados de la persona (evitación) o aferrarse a ellos saltando sobre su regazo y sin moverse (ambivalencia).

En el estudio participaron gatos pequeños y adultos. De 70 cachorros, el 64% se categorizó como de "apego seguro" y el 36% demostró tener un "apego inseguro".

Los investigadores quisieron averiguar si una capacitación en socialización cambiaría esos porcentajes. Pero después de un curso de seis semanas, no hubo diferencias significativas. "Una vez que se estableció el estilo de apego entre el gato y su cuidador, permanece en forma relativamente estable a lo largo del tiempo, incluso después de un entrenamiento y socialización", subrayó Vitale.

"Los gatos, al igual que la mayoría de los animales domésticos, conservan ciertos tratos juveniles hasta la madurez, y siguen dependiendo de los humanos para su cuidado", agregó.

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