Desastre ambiental de Repsol: el presidente anticipó sanciones

“Condenamos el desastre ambiental provocado por la refinería La Pampilla, a cargo de Repsol. El daño ecológico en nuestro litoral es inadmisible. Desde el Estado, se han dispuesto las acciones penales, civiles y administrativas a fin de cautelar la soberanía y bienestar del país”.
Con esas palabras, el presidente de Perú, Pedro Castillo, condenó el desastre ambiental provocado por el derrame de petróleo de la refinería La Pampilla, propiedad de la empresa española Repsol, y anunció que se les inició acciones “penales, civiles y administrativas” por los daños irreparables en la región norte de la capital, Lima.
El mandatario afirmó que el país afronta “uno de los ecocidios más grandes”.
Adelantó que sancionarán “a los responsables del daño que afecta trágicamente a la flora, fauna y a las comunidades puestas en peligro y privadas de su sustento cotidiano”.
También demandó “el respaldo de todos los representantes políticos y los ciudadanos” y que se tomaran acciones urgentes. “No dejaremos que pisoteen impunemente nuestros ecosistemas y la honra de nuestro pueblo”, remarcó.
El jueves pasado, el mandatario peruano visitó la zona del derrame y firmó una ley para combatir las consecuencias del cambio climático. 
“Aquí no podemos rehuir las responsabilidades, se trata de asumirlas, en ese caso de la empresa causante del desastre ecológico”, expresó Castillo, en el marco de protestas del pueblo ante el ataque al ambiente.
El hecho se desencadenó hace una semana en Ventanilla, en la provincia El Callao, durante el descargue del buque tanque Mare Dorium, de Repsol. 
El derrame sucedió a las grandes olas provocadas por la erupción volcánica en las cercanías de la isla de Tonga, que chocaron contra la embarcación, causando el vuelco del petróleo en el agua y llegando a las playas cercanas.
Como consecuencia del hecho, se produjo la muerte de varios animales y la contaminación de al menos dos reservas naturales. Además, se encuentran detenidas las actividades pesqueras, y hubo perdidas para los pescadores artesanales de las zonas aledañas.