Una herramienta para quien sufre

El Día del Psicólogo se enmarca hoy “en un proceso en el que el colectivo de defensa de derechos humanos y de los usuarios de los servicios de salud mental está muy fortalecido, luego de diez años de la declaración de la ley de salud mental”, según subrayó la presidenta de la delegación local del colegio, Silvana Pons.

Entre los desafíos está el “entender la práctica de la psicología también por fuera de los consultorios, ampliando nuestro campo de acción, que la práctica pueda escuchar el discurso de la comunidad y que tenga un atravesamiento social, más alejado del discurso biomédico que nos sujetaba al principio”.

La profesional recordó que este día se declaró luego de un encuentro masivo desarrollado en 1974 en Córdoba, en el que al cierre “se propuso romper con la lógica que nos sujetaba al trabajo del médico y del psiquiatra, y empoderar la profesión”. Recalcó que actualmente se encuentran nuevamente con esa premisa, “con la ley, con una federación de psicólogos y con el desafío de siempre que es unirnos como colectivo profesional, respetando nuestras competencias, dándole importancia a la interdisciplina y escuchando a los usuarios”.

Pons, Melina Schiapparelli (vocal) y Dayana García (tesorera) fueron entrevistadas por El Diario ayer al mediodía y en ese marco Schiapparelli precisó que el psicólogo/a “es un instrumento, una herramienta que se pone al servicio de alguien que sufre y que consulta”.

“La institucionalización de la práctica es algo que se viene realizando desde hace algunos años a través de luchas y de muchas organizaciones y es consecuencia también de la comunidad, una comunidad que consulta es una comunidad que da valor a la práctica, que cree que allí alguna respuesta va a encontrar”, acotó.

Por su lado, García advirtió que en los inicios la profesión era “cercana o auxiliar a la psiquiatría, se relacionaba a la psicología con la psicopatología”, mientras que “hoy esa mirada ha cambiado, se vio que era mucho más que eso”.

Consultadas sobre la marcha de la implementación de la ley que fue reglamentada en 2010, Pons manifestó que entienden que los hospitales monovalentes “son parte de un proceso de los padecimientos mentales y son necesarios, pero lo que no es útil es que allí se vulneren los derechos de las personas internadas o que se cronifiquen las internaciones”.

Ante preguntas, evaluó que se trata de “un dispositivo terapéutico útil pero no como permanencia”, remarcando que “todos los sujetos tienen derecho a vivir en comunidad”.

“Fueron creados bajo una lógica política, es parte de un proceso, hay algunas cuestiones de patología que requieren de internaciones”, advirtieron.

“En el proceso de implementación de la ley hubo algunas cuestiones que tuvieron que ver con la industria farmacológica y algunas luchas de poder que hace que la norma no sea implementada plenamente. También los profesionales tenemos que cambiar el paradigma, encontrarnos en otro modo de trabajar, un paradigma mucho más social, en comunidad, con otros profesionales, en diferentes dispositivos”, consideró Pons.

En cuanto al abordaje estatal de la salud mental en la ciudad, Melina subrayó que “el hospital Pasteur cuenta con servicio de salud mental y con guardias pasivas de psiquiatría”, por lo que “debería llegar la respuesta”.

Ante planteos de este diario, Pons aclaró que como Colegio  no son órgano de contralor. “Sí escuchamos a los colegas que trabajan en el ámbito público con cuestiones que tienen que ver con la retribución de su trabajo, con la competencia profesional, si se los respeta en la elaboración de un informe o pedido de internación”.

“Tanto en el ámbito provincial (como Pasteur) como municipal se debería garantizar un servicio de salud mental que aloje los sufrimientos, padecimientos o angustias de la comunidad”, apuntó.

Schiapparelli añadió que “hay muchos colegas valiosos en el ámbito público”, pero “si es suficiente o no sería difícil de responder”.

En ese marco, la presidenta del colegio declaró que alientan a que “desde el municipio se resguarden las intervenciones de psicólogos, se los escuche en la práctica profesional” y sostuvo que “de nada sirve tener un equipo de salud mental que esté bajo la órbita de un médico que toma las decisiones”. Por eso, llamó a “empoderar a colegas para que tengan el poder decisor de la política de salud mental a implementar”.

Precisó que el área municipal de salud mental antes “existía, ahora ha sido reformulada y desconocemos el modo en que se encuentra”.

Finalmente, las tres entrevistadas destacaron que este mes la delegación cumple 25 años. “Pasaron doce gestiones, algo muy bueno. Y en estos ocho  meses de gestión, el colega se acercó, propuso, y muchas instituciones abrieron sus puertas” para un trabajo en conjunto con un colegio que nuclea a más de 600 profesionales.