Una realidad que lastima

Puentes: símbolos de la desigualdad

Tres hombres viviendo bajo el puente Negro y una pareja en subyacencias del puente Perón dejaron expuestas dolorosas historias en los últimos días
jueves, 17 de octubre de 2019 · 09:00

Escribe Damián Stupenengo De nuestra Redacción

Cada vez hay más gente en Villa María y Villa Nueva que vive en la calle. No es una apreciación personal; lo dicen ellos y ellas, quienes -por ejemplo- han pasado las últimas semanas viviendo bajo el puente y pelean, literalmente, con todos los que quieren ocupar ese espacio cada noche.

Ayelén Zapala y Mariano Romero estuvieron ocupando esa especie de cueva que se forma bajo el puente Perón hasta hace algunas horas. Y Walter Alvarez, Gustavo Orellano y Aldo Majic están haciendo lo mismo en subyacencias del puente Negro.

Historias diferentes atravesadas por un mismo anzuelo que los mantiene colgados a una lastimosa realidad.

El nailon que los cobija en estos días de lluvia

“Nunca imaginamos terminar así”

La lluvia no es tan intensa pero moja, y el frío se que se coló por la ventana de esta inestable primavera les trae pésimos recuerdos de lo que fue un invierno cruel.

En la vereda de la calle Córdoba al 144 de Villa Nueva están Walter Alvarez, Gustavo Orellano, Aldo Majic.

Allí se encuentra el almacén de Stella. Ella abre las puertas de su garaje para que tengan un refugio quienes no tienen hogar. Son muchos los que todos los días usan ese espacio como punto de encuentro mientras esperan una changa.

Los hombres golpearon la puerta de esta familia de enorme corazón hace algunos días, cuando al volver de "cirujear" se encontraron con que se habían llevado puesto su ranchito, donde vivían desde hacía casi cinco años y que estaba armado en un terreno baldío sobre calle Lima, en cercanías a un boliche. Tanto ellos como los vecinos que los alertaron apuntan contra la Municipalidad (ver “Versiones cruzadas con un triste final”).

Por eso no les quedó otra que trasladarse unos 200 metros hacia el puente Negro. Debajo del brazo de cemento encontraron resguardo. Hasta allá llevaron a El Diario.

“Estamos con lo puesto, nos llevaron todo, ropa, mercadería, un carro, nos mataron dos perritos”, contaron.

Mientras desplegaban los cartones que usan de colchón y un gran pedazo de nailon con el que se tapan los tres, contaron que hace cinco años que están en situación de calle. Al unísono, dijeron que la vida los puso ahí en distintos momentos, pero por las mismas circunstancias: “Tenían una familia, se separaron y no tuvieron adónde ir”.

Hay una bolsa con un perro muerto a centímetros de sus pies. "Esto es muy triste", sentenció Walter. El ruido que genera el paso de los vehículos no los deja dormir. “A las 5 de la mañana ya estamos con los ojos abiertos”, confiaron.

Aseguran que “la gente se porta bien con nosotros” porque les da algo para comer y ropa, cada tanto.

El espacio debajo del puente pueden ocuparlo recién cuando anochece “porque si no, nos saca la Policía” y tampoco los dejan hacer fuego. ¿Cómo se conocieron? Se ríen antes de contarlo: Gustavo lo señaló a Aldo y dijo que eran consuegros, y que a Walter lo encontraron en la calle, pero se conocían de antes “porque jugábamos al fútbol juntos en los campeonatos de barrio, de esos que ya no hay”.

Ayelén pasó meses bajo el puente colgante. Junto a su pareja lograron conseguir “un techito” en Arroyo Cabral (foto, Captura Uniteve)

“Nunca imaginamos terminar así. Duele contar esto. Estamos vivos, por lo menos”, lamentaron. Tienen 45, 53 y 54 años, uno es villanovense, los otros nacieron en Esquina (Corrientes) y Olivero (Santa Fe).

“La gente del barrio nos conoce a todos. Hay muchos muchachos que están en la misma, hay muchos indigentes como nosotros y la calle está brava. Será que a nosotros nos respetan porque somos viejos, pero está brava la calle”, reflejaron.

 

Una pareja, otro puente

Ayelén Zapala tiene 23 años y Mariano Romero, 30. Con nailon y una carpa armaron una especie de choza debajo del puente Presidente Perón en la cual permanecieron durante meses.

Ella está embarazada. El se quedó sin una changa y no pudieron seguir pagando el alquiler del lugar que ocupaban en barrio San Nicolás. Dudaron, pero decidieron que ir debajo del puente sería la mejor opción.

Allí, advirtieron, pasaron las noches despiertos defendiendo a los golpes el lugar que muchos otros querían ocupar.

Algunos vecinos les acercaron ayuda, el municipio le ofreció a ella el refugio de mujeres, pero lo rechazó para no separarse de Mariano.

Ayer, Ayelén contó que lograron dejar ese espacio porque “conseguimos un techito en Arroyo Cabral”.

“Fueron meses de mucho frío, no se puede vivir así”, confesó, aunque con el miedo de saber que en cualquier momento puede llegar a tener que volver.

Las imágenes más lastimosas que puede ofrecer la realidad de nuestro país se encuentran a metros de la costanera o a algunas cuadras del centro.

Dos de los brazos que unen a Villa María y Villa Nueva se convirtieron paradójicamente en un símbolo de la separación que hay entre los que menos tienen y los que creen tener un poco más.

 

¿Qué pasó con el ranchito? - Versiones cruzadas con un triste final

El viernes pasado un grupo de vecinos advirtió que un camión de la Municipalidad de Villa Nueva había sacado todo lo que Walter, Gustavo y Aldo tenían en su ranchito. “Solo rescatamos un carrito. Se llevaron hasta los documentos. Todo. Nos mataron dos perritos. Teníamos cobija, colchones, calzado. Había mercadería, no quedó nada”, se quejaron.

No lograron encontrar una explicación al accionar del municipio. “Después de tantos años en el lugar, nunca pensamos que nos harían esto. Creo que, por lo menos, nos tendrían que haber avisado que nos busquemos otro lugar. Nunca habíamos tenido problemas. Pedimos que venga alguien de la Municipalidad para hablar, pero no vino nadie. Mandaron a algunos empleados municipales que sabemos que no tienen la culpa, no nos podemos pelear con ellos”, describieron.

El Diario consultó a la Municipalidad sobre la situación y solo se limitaron a decir que “hacía tiempo que se les había advertido que tenían que irse de ese lugar”.

 “Ahora, a empezar de cero de vuelta”, lanzaron, cabizbajos, parados en el lugar donde vivían los tres.

-Muchachos, ¿están resignados?

-¡No! Vamos a salir adelante, esto alguna vez va a cambiar.

 

La oposición le pide al municipio que dé explicaciones por lo ocurrido

Los ediles de Juntos por Villa Nueva, Justina Pucci e Ignacio Tagni, a raíz de lo ocurrido con Orellana, Majic y Alvarez, presentaron en el Deliberante un pedido de informe a la Municipalidad. “Solicitamos se nos informe sobre el desalojo llevado a cabo el viernes 11 de octubre, a la vera del río Ctalamochita entre el boliche York y calle Lima, producto del cual quedaron sin techo y viviendo bajo el puente tres hombres”, plantearon. “Según explicaron, fue sin previo aviso, y la Municipalidad ordenó desalojar el predio que ocupaban”, advirtieron en el escrito y agregaron: “No les dejaron sacar ni la comida, rompieron y tiraron todo con una pala mecánica, acompañados de la Policía. Nadie mostró una orden ni les explicó el motivo”. “Solicitamos nos fundamente el porqué de su accionar y nos manifieste de manera concreta cuáles son las medidas a tomar, para solidarizarse con las personas mencionadas”, concluyeron.

 

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