Subieron al cerro Champaquí con Nicolás, que iba en silla de trekking adaptado

En grupo vencieron todas las barreras

Yamila Enricci, una de las integrantes del grupo que cumplió con la meta, relató la emocionante experiencia, en la que Nicolás Stupenengo efectuó la travesía en su silla
jueves, 5 de diciembre de 2019 · 09:00

En una travesía que se extendió tres días, y que en la primera jornada se produjo bajo un clima adverso en el que predominó la lluvia, debutó la primera silla de trekking adaptado que sube al cerro Champaquí.

Yamila Enricci, estudiante de terapia ocupacional, fue parte del singular acontecimiento protagonizado por Nicolás Stupenengo.

La joven, que reside en Las Perdices, relató la emocionante experiencia para El Diario.

“Cuando por primera vez me hablaron de terapia ocupacional no sabía de qué se trataba, ni tampoco imaginé con lo que me iba a encontrar, ni el camino que me tocaría recorrer.

Haber recibido un e-mail con una propuesta tan gratificante fue fantástico. Así comenzó esta aventura, sumándome a un grupo que no conocía, ni tenía muy en claro hacia dónde apuntaban. Durante el transcurso del mes se sumaron dos pilares grandes en esta aventura y fue completa.

Llegamos a Villa Alpina el 22 de noviembre. Había una estructura de caños verde, con un cartel blanco con las siglas “RTA” (Red de Turismo Accesible) estacionada frente a nosotros; y estábamos en ronda esperando que Mariano, a quienes todos conocíamos por habernos comunicado con él, dijera las primeras palabras. Nos presentamos y así fue como empezamos, agarramos mochila y Nico ya se encontraba sentado en la famosa “champa”, estando también Sofi, su perra, con su voluntario para llevarla. Arrancamos tratando de ir acomodando el equipaje que llevábamos a cuesta, rogando que nos acompañara el clima.

Ver a ocho personas pegarse a la champa para que avanzara y cuidando a Nico continuamente, cada uno con sus pensamientos y con un solo objetivo, es una imagen que va a quedarse conmigo por mucho tiempo, como también el escuchar alentarse entre todos, escuchar el guía señalando hacia dónde doblar, o en qué momento levantarla, en qué momento se hace el break; paradas mágicas donde todos se recuperaban y volvían a sacar fuerzas para seguir avanzando.

El clima no nos acompañó el primer día, pero valió la pena cada paso que dimos bajo la lluvia; pensando en que al llegar al refugio nos esperaba algo calentito. Llegar, sentir al grupo alentarse, aplaudir, abrazarse y escuchar decir a Nico que para él la famosa “cima” ya estaba, la habíamos alcanzado.

Mariano, con su calma para hablar y expresar las cosas, nos comunicó que nos íbamos a quedar en el refugio por las condiciones climáticas existentes, ya que no era seguro seguir, y comentó que al día siguiente teníamos dos opciones, o continuar o volvernos.

Nuestro segundo día era incertidumbre, ya que no sabíamos el camino que íbamos a tomar. Desayunamos, recibimos al cumpleañero del grupo (Santi) y escuchamos las palabras del guía: “decidimos que vamos a continuar”, dijo. Así arrancó el segundo desafío del viaje, en el que sumamos más gente al grupo de relevo y arrancamos hacia el segundo refugio. El clima nos acompañó, el ánimo seguía intacto y estábamos más aferrados que nunca. Hubo una parada técnica de una hora, con percances con la silla, pero como gran equipo se arregló y continuamos.

El 23 de noviembre a las 5 de la tarde, con el último respiro que quedaba, llegamos.  Fue el momento más emotivo que vivimos, pudimos disfrutar toda esta experiencia. Qué gran logro, qué gran equipo se formó.

Es inexplicable de expresar; un camino largo, de explorar, descubrir, probar, experimentar, investigar, reparar; cosas positivas, cosas negativas y el objetivo de llegar. Todo lo que se vivió, desde el momento cero hasta el regreso, fue una experiencia única.

Ese fin de semana se concretó una expedición al Champaquí, “Champaquí adaptado”, en el que el protagonista fue Nicolás Stupenengo, acompañando a los chicos de “Alto Rumbo” con su nuevo proyecto y propuesta.

Era todo un desafío, pero se pudo cumplir”.

 

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