La “mujer rodante” recibió el apoyo para mejorar su calidad de vida

Una silla de ruedas que es igual a un abrazo de amigos

En pocos meses Cristina Goupillaut tendrá su “silla, bici, moto” con motor, que es el regalo de amor que le hicieron los amigos que fue cosechando a lo largo de su vida
domingo, 28 de julio de 2019 · 09:00

Una red de solidaridad permitirá que en noviembre -fecha tentativa- Cristina Goupillaut pueda movilizarse con más libertad porque tendrá su silla motorizada.

La mujer que vive en Parque Norte hace seis años que está en silla de ruedas. Su enfermedad -esclerosis múltiple- no afectó su voluntad y, aunque se define como “vaga”, sigue haciendo, reclamando, andando.

Por ejemplo, va a un taller de radio que está a tres cuadras de su casa, pero como las veredas son “imposibles” para una silla de ruedas y en la calle hay reductores de velocidad, no puede con el impulso de sus brazos hacer ese trayecto. “Me viene a buscar el profesor”, dijo.

Muchas de esas vicisitudes cotidianas las fue plasmando en un libro: “Relatos de una mujer rodante”, que fue leído por una amiga de Buenos Aires, a la que hacía mucho tiempo que no veía. “Caly (Claudia Marzocchi) fue la que organizó todo, armó un grupo de WhatsApp, reunió a amigos míos que no se conocían entre sí e hizo una especie de colecta para comprar la silla”, relató Goupillaut a El Diario.

Primero, todo fue en secreto. “Mi hija me sacaba la silla cuando yo estaba durmiendo y tomaba medidas. Después me hacía preguntas técnicas. Me parecía raro, pero no podía darme cuenta por qué”, señaló.

Llegó la hora en que el plan no podía mantenerse en secreto y se lo contaron para que consulte con los médicos la conveniencia de esa silla. Los profesionales no fueron muy favorables a la idea. “Tienen miedo de que al no necesitar el movimiento de los brazos, me avance la enfermedad a estas extremidades, pero seguiré con la rehabilitación y movilizándome sin motor como hasta ahora dentro de mi casa y dando vuelta a la plaza”, dijo.

Igual, el consejo de los médicos la hizo dudar un poco, pero otro “amigo rodante”, Martín Galdeano -que fue motivo de una entrevista en El Diario porque  construye medios de movilidad con motor para personas con discapacidad-, le dijo: “Los médicos no saben lo que es venir de Parque Norte al centro en silla de ruedas”. Y entendió que tenía que avanzar en la idea.

Dado que sus amigos bonaerenses compraron la silla, la traerán a Villa María para que Martín sea quien la arme y adapte a la necesidad de Cristina.

“La verdad es que estoy muy contenta, me voy a poder mover con más libertad; pero además, veo que esto significa no sólo una silla costosa, sino un abrazo amoroso de los amigos que uno fue haciendo durante toda la vida”, dijo.

 

La cadena solidaria

Las personas que aportaron para mejorar la calidad de vida de Cristina están en Villa María, Buenos Aires, Brasil, Londres y otros sitios. Ellos, los que hicieron la cadena solidaria, son Natalia Torielli, Esteban Ramadori, Claudia Varela, Caly Marzocchi, Luis Tallarico, Silvia Tieffemberg, Bibiana Acuña, Juan Olmazábal, Adriana Ponce, Diana Schifer, Eugenio Xaus, Sandra Rava, Karina Cava, Fernando Díaz, Gabriela González y Guada.

 Son amigos que fue cosechando Cristina en Villa María, su ciudad, y en los distintos lugares en los que vivió, y que se juntaron entre todos para darle el abrazo en forma de silla de ruedas con motor.

Más de
20%
Satisfacción
80%
Esperanza
0%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

Comentarios