Félix Peña estimó que llevará unos tres años completar el “compromiso político”

“En materia de acuerdos, el diablo está en los detalles”

Félix Peña, especialista en relaciones comerciales internacionales, se refirió al tratado del Mercosur con la Unión Europea y habló sobre lo que debe fortalecer nuestro país para equiparar asimetrías
lunes, 12 de agosto de 2019 · 11:35

El director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC y de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, Félix Peña, estuvo en Villa María participando de las jornadas de AERCA en el precoloquio de industria.

En diálogo con El Diario, Félix Peña  hizo un análisis del escenario argentino a partir de las elecciones de este año que definirán un gobierno para los próximos cuatro y el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea.

“El tema del acuerdo de la Unión Europea con el Mercosur todavía hay que elaborarlo y trabajarlo mucho, y trasciende al período electoral. Es un tema que de alguna manera refleja la importancia que siempre le hemos dado en Argentina al tema de la integración”, indicó.

“Me tocó participar de la génesis del Mercosur en los 90 y desde siempre lo he seguido muy de cerca. A su vez me formé en temas de integración europea y seguía esto desde hace muchos años. Eso me permite hoy constatar que, por lo menos en mi experiencia personal, nunca he encontrado a nadie que en nuestro país esté en contra con la idea de hacer un acuerdo con la Unión Europea. Otro tema es el cómo y el contenido de ese acuerdo. Pero estamos hablando de algo que responde a una fuerza profunda en Argentina, por muchos motivos”, expresó Peña, que también es miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).

“Las disidencias hay que colocarlas en la perspectiva de una actitud profunda de nuestra sociedad, a favor de algo que nos lleve a trabajar juntos con la Unión Europea. A la vez poder desarrollar esto de la manera más conveniente a nuestros países. Eso significa negociar”.

Respecto a las asimetrías que existen entre los países del Mercosur y de la UE y si será posible llegar a un acuerdo que no perjudique a los países latinoamericanos, con economías más débiles, Peña destacó que “en toda negociación internacional, siempre va a haber asimetrías”: “No conozco una negociación donde uno y otro sean exactamente del mismo valor. El tema es la capacidad que pueda tener uno y otro de concertar a pesar de las asimetrías. Eso es encontrar denominadores comunes que lleve a una ganancia-ganancia (win-win). Tengo la impresión de que lo que tenemos por delante, en nuestro país en este momento, y en los países del Mercosur, es demostrar habilidad para construir un acuerdo que sea win-win entre grupos de países que son obviamente desiguales. No es un tema que impide llegar a un acuerdo detallado, efectivo y, sobre todo, al éxito en su funcionamiento. Tampoco se puede decir que eso esté garantizado”, señaló el especialista, padre del jefe del Gabinete nacional, Marcos Peña.

Consultado sobre los sectores que más hay que trabajar en nuestro país y promover su desarrollo para poder equiparar asimetrías, el especialista señaló que deben ser “todos”: “Uno podía decir el sector automotriz e industriales. Personalmente creo que quienes se sienten en la mesa de negociación, deben visualizarse como constructores. Deben construir un proceso que permita ganancia, que no es fácil. Para poner un ejemplo, sí se logró cuando Raúl Alfonsín como presidente llegó a articular el primer acuerdo Argentina-Brasil. El factor humano es clave”, destacó.

 

En diez años

Peña estimó que llevará unos tres años completar el acuerdo, que implica además el proceso de aprobación parlamentaria en los cuatro países del Mercosur y en la UE: “Lo que hay es un acuerdo político. Ahora hay que ir por la letra chica. Teniendo en cuenta que muchas veces se dice, y con razón, que en materia de acuerdos el diablo está en los detalles. Por consiguiente, tanto uno como otro tiene que tener la habilidad de que el otro no te meta un diablito sin que te des cuenta”.

A partir de esos estimados tres años, se abre un período que puede ser de diez a quince años, para que efectivamente termine de ponerse en vigencia el acuerdo: “Esto quiere decir que al día de hoy, hasta el momento en el que realmente aquel sector que pueda tener más problemas con el acuerdo haya empezado a sufrir los efectos, pueden pasar entre diez y quince años. La pregunta es cómo empleo el tiempo de aquí a ese momento, para que efectivamente los efectos no sean adversos. Hay que buscar precedentes y ver qué se ha hecho en otros casos cuando hay acuerdos que pueden producir daños a la parte más débil. Hay un caso interesante que es la incorporación de Europa del Este a la Unión Europea, donde se implementó un programa de financiamiento llamado de transición asistida. Eso significaba que asistían a los países para que se modernicen y se coloquen en condiciones. Eso hay que discutirlo en el tiempo que falta completar la negociación del acuerdo”.

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