La grave situación social - Tienen un acuerdo con el municipio, que se cumple con atraso

Merenderos y comedores se ven perjudicados por demoras en la ayuda

Llegan los alimentos, pero varios días después de la fecha estipulada. A los talleristas se les debe el pago de julio y agosto. Ayer hubo una reunión con funcionarios, de la que se retiraron con buenas expectativas
jueves, 19 de septiembre de 2019 · 11:55

Escribe: Diego Bengoa (de nuestra Redacción)

Referentes e integrantes de comedores populares y de organizaciones sociales de la ciudad se reunieron ayer con funcionarios del Ejecutivo ante la falta de cumplimiento en término de un convenio firmado meses atrás, que establece ayuda estatal para estos grupos que trabajan con niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad social.

El encuentro arrancó pasadas las 11, con Lucas Pagliero, subsecretario de Descentralización Territorial, y una funcionaria de la Secretaría de Inclusión Social y Familia.

Según indicaron a El Diario miembros de organizaciones, de la reunión se llevaron el compromiso verbal de Pagliero de que se solucionarán las cuestiones planteadas.

Un pequeño grupo de vecinos de distintos barrios, además de jóvenes militantes, talleristas y personas que son parte de organizaciones populares esperaron el desarrollo de la reunión en las afueras del Palacio Municipal, al frente del mismo, en plaza Independencia.

Ninguno convocó a la prensa y varios dejaron en claro que no se trataba de una movilización, pero la presencia del grupo en la esquina de Mendoza y Antonio Sobral naturalmente llamó la atención.

 

El origen

El 17 de mayo pasado, ocho organizaciones sociales  -agrupadas bajo la denominación Unidad de Organizaciones-  suscribieron un convenio con el municipio. Son merenderos que en ese momento ya atendían la emergencia alimentaria de 300 niños y adolescentes. Para ese acuerdo, se adjuntaron los listados de los chicos que asisten a estos lugares, con sus respectivos DNI.

En los espacios se brindan talleres deportivos y culturales, seis de ellos subvencionados por el municipio.

Aquel día de mayo, el Gobierno de Martín Gill se comprometió a proveer, con regularidad, alimentos y la demanda que pudiera surgir, mientras que los distintos grupos se comprometieron “a realizar una gestión transparente y adecuada de la contribución de alimentos que realice el municipio, rindiendo cuenta de la cantidad de concurrentes que asisten a cada espacio”.

La entrega mensual de alimentos debe producirse “antes del 10 de cada mes”. Al menos eso es lo que dice el escrito original. Se trata de vales de mercadería a canjear en supermercados.

Cuando se firmó el acuerdo, el intendente Martín Gill expresó que se veía “un deterioro creciente y constante en la realidad social” y apuntó que los indicadores daban cuenta de que la situación “se ha disparado”. Puso como ejemplo las ayudas por desalojos, la atención en los CAPS y las asistencias alimentarias.

Desde entonces, por las megadevaluaciones, el contexto recrudeció.

 

El desarrollo

Desde aquella jornada, la Municipalidad viene prestando ayuda pero con atraso, que desde el oficialismo lo adjudican a la grave crisis macroeconómica que atraviesa la Argentina, que ha golpeado a las provincias y municipalidades.

Desde el Gobierno señalan que no cesan con la ayuda social en un contexto crítico.

La realidad financiera de la comuna se tornó muy evidente en las últimas semanas, ya que hay numerosas voces que hablan de atraso en el pago de personas que cumplen funciones para el municipio bajo figuras de precarización laboral. Lo que más se escucha es que “no hay plata”.

 

Qué dijeron ayer

Este diario habló con distintas personas de varias organizaciones.

“Hay un incumplimiento en los plazos. El mes pasado se iba a realizar una evaluación sobre la marcha del acuerdo y no se dio”, contó Luciano Ayala.

En efecto, en el escrito firmado en mayo se fijó el compromiso de hacer un análisis el 17 de agosto, al cumplirse el primer trimestre.

“Planteamos que se mejore la calidad de los alimentos y la regularización de los pagos a talleristas, que están atrasados y desfasados en relación a la situación económica”, especificó el joven.

Luciano precisó que el mes pasado se les pagó a talleristas “dos meses de atraso y todavía se debe julio y agosto”. “Representa no sólo el valor que le damos al trabajo, sino que con eso colaboramos también con la merienda en los espacios. Tiene un significado importante”, remarcó. “De nuestro grupo -que está formalizado-, somos trece talleristas, y sabemos de otros espacios que funcionan con varios más. Se dan talleres de música, con perspectiva de género, arte y literatura”, puntualizó.

Están en barrios Felipe Botta, Las Acacias, La Calera y Nicolás Avellaneda.

En cuanto a la mercadería, Olga, de Los niños de Martita, una copa de leche de barrio La Calera, contó que reciben azúcar, cacao y leche por parte del municipio, mientras que “quienes tienen comedor reciben arroz, fideos, salsas, que no son de muy buena calidad”.

“No lo estamos recibiendo en el plazo previsto. Deberíamos haberlo tenido el día 10, y hasta hoy no ha sucedido”, afirmó.

A ese merendero asisten de lunes a jueves una treintena de chicos.

Los espacios que son parte del acuerdo son: Merendero Potrerito, de calle Malvinas Argentinas 735; Centro Comunitario Pinceladas, en calle Buenos Aires 3095; Merendero Manitos Unidas, en barrio San Martín; Merendero La Unidad, ubicado en calle Salta 2610; Merendero Los Soles, situado en calle Aluminé 350; Casita Popular Eduardo Requena, que se encuentra en Jujuy y Humahuaca; Merendero Lugar de Amparo, situado en Intendente Seydell y Salta; y Niños de Martita, ubicado en Arenales 665.

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