Su próximo destino será Barreal, una localidad de San Juan

La abuela viajera no descansa y ya planea sus próximos recorridos

Elva Ratero enseñó costura a cambio de casa y comida, trabajó haciendo delivery en Europa y hoy sigue recibiendo invitaciones desde España, Marruecos y hasta India para alojarla
miércoles, 22 de enero de 2020 · 10:30

Escribe: Celeste Coschica

DE NUESTRA REDACCIÓN

 

Elva Ratero recorrió varios países de Europa en 2019 intercambiando sus conocimientos de costura por casa y comida. Así, se hizo conocida como la abuela viajera y compartió sus días a través de su cuenta de Instagram. Pero lejos de haber sido una experiencia por una única vez, Elva volvió con ganas de seguir viajando y ya tiene propuestas dentro de nuestro país y de distintos lugares del mundo. Como jubilada no tiene los medios para costear los altísimos precios de pasajes, estadías y comida, pero a través del sistema que ideó junto a su nieta puede hacerlo accesible.

En las próximas semanas viajará a Barreal, una localidad en plena cordillera de los Andes, en la provincia de San Juan.

“La invitación era para ir a la Fiesta de la Virgen de Andacollo, en diciembre”, contó Elva.

Por cuestiones personales no pudo ir en esa fecha, pero sí se comprometió a visitar el lugar en las próximas semanas.

“Es una virgen muy especial para los habitantes del lugar. Estoy con muchas ilusiones porque es una población muy chiquita de gente lugareña. Hay pocos argentinos y muchos chilenos”, contó a El Diario.

La invitación a este viaje es producto de su camino como abuela viajera.

“Es una consecuencia muy linda. Todavía no termino de caer del viaje a Europa porque a donde voy me siguen preguntando. Fue muy mágico todo lo que pasó. Yo no había puesto muchas expectativas en el viaje. Me iba sin esperar mucho porque llegaba a lo desconocido, gracias a mi nieta que logró esta magia”, expresó.

Elva cuenta que cuando llegó a su primer destino, Brighton (Inglaterra), se encontró con algo sumamente distinto y “empezaron a aparecer cosas muy lindas”: “Primero, la vida familiar en Inglaterra, que es totalmente desconocida para nosotros. Son muy organizados, educados y los abuelos somos muy atendidos. Cada vez que salía del supermercado se acercaba un joven o alguien a ayudarme. No dejaban que vaya sola, me acompañaban hasta mi casa sin conocerme”, recuerda de sus días en la ciudad inglesa.

La abuela viajera manejaba algo del idioma, pero le costaba la fonética, por lo que se apuntó en un curso: “Son clases que le da el Estado a la gente joven que se va a vivir allá y necesita saber el idioma. Siempre digo que quedé como la reina de lugar porque era la mayor”.

Desde esa ciudad se fue a conocer los acantilados ingleses y la ciudad de Londres: “Ahí pasé de una sorpresa a la otra. Es como una película, pero estar ahí es increíble. En esa ciudad confluye el mundo entero. Fue una experiencia muy fuerte”.

Otra de las experiencias que recuerda con más cariño es cuando la invitaron a contar cuentos al jardín de infantes en la escuela con pedagogía Waldorf a la que asistía la niña de la familia que la alojaba.

“También estuve en la casa de una familia marroquí a la que terminé haciéndole un disfraz para el día de Halloween. Tuve experiencias muy lindas”, expresó.

Estuvo en cosechas de olivos y almendros, recorrió ciudades, fue a cursos, cocinó y fue invitada a cenar por personas de todo el mundo, entre muchas otras cosas, todo eso a cambio de dar lecciones de costura: “En Inglaterra enseñé costura. En Palma de Mallorca conocí a muchos jóvenes de distintos países y vivíamos en una casa todos juntos. Ahí trabajé de delivery. Repartía pizzas y entre medio íbamos a la playa, a conocer las iglesias, tomábamos mate. Era una sorpresa tras otra y nos divertíamos mucho. También había momentos serios en donde hablamos de la juventud. Los chicos que se van a trabajar allá tienen las cosas más fáciles en los económico, pero también el desarraigo en bravo”.

En un acto de arrojo se fue a Sevilla, donde cumplió sus 81 años junto a su nieta Sofía. La artista local Sofía Toribio vive hace unos años en Florencia (Italia) y fue una de las impulsoras de esta aventura de su abuela Elva: “Volví con la cabeza dada vuelta y ya me quiero ir de nuevo. Tengo una invitación para viajar a España, de parte de ocho familias. Sigo en contacto con todos ellos, hablamos por teléfono todos los sábados, y apenas pueda juntar el dinero para el pasaje me voy”.

“Hay un matrimonio de árabes que me han invitado para que les vaya a arreglar sus cortinas. También la gente de la escuela de Brighton me dijo que puedo ir para hacerles los trajes de fin de año de los niños”, detalló sobre algunas de las propuestas que tiene para concretar en los próximos meses de 2020.

Pero no solo la han invitado desde países de Europa, sino que recibió la propuesta de familias de Africa y Asia: “Me invitó una señora para ir a la India y también me ha invitado un matrimonio para parar en Marruecos. Soñar no cuesta nada”, finalizó.

 

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