Finalmente, cerró sus puertas el HSBC

Ayer a las 13, los obreros contratados para sacar los ploteos y dejar vacía la sede, ingresaron a la sucursal Villa María del HSBC y comenzaron a desmantelar el amplio espacio de la calle Alem. Fueron los últimos en atravesar la puerta del banco cuya sede central tomó la decisión de achicar el número de sucursales en Argentina, entre ellas, la de Villa María.

Mientras esto ocurría, los trabajadores bancarios se quedaron un poco más del horario de cierre para dejar todo listo. Luego salieron llevándose dentro de una caja los objetos personales que marcaron sus vidas laborales en ese banco.

Así fue como, finalmente, cerró el HSBC. Pese a los reclamos con asambleas y movilizaciones de la Asociación Bancaria, pese al apoyo de clientes y de otras organizaciones como la Pastoral Social de la iglesia, los empleados decidieron aceptar la indemnización acatando la política de la entidad crediticia. Frente a eso, no hubo más que hablar. “La sucursal Villa María estaba salvada”, había dicho en su oportunidad Pablo Bertoglio, secretario general de la Bancaria de esta ciudad, lamentando que el esfuerzo no diera sus frutos.

Por su parte, los clientes también quedaron con el sabor amargo, porque algunos no pudieron terminar los trámites necesarios para seguir operando con otro banco. Tal el caso de algunos médicos a los que una obra social les pagaba las prestaciones allí y no pudieron cerrar sus cuentas en el HSBC.

La foto muestra el cartel del banco que identificó la sucursal en los últimos años. Ahora, ya no hay nada.