Balance al primer mes de la línea de primeros auxilios psicológicos

Angustia, temor a enfermarse de coronavirus o sobrecarga de tareas por el teletrabajo, son algunos de los motivos por los que las personas consultan a la línea de asistencia denominada “Primeros auxilios psicológicos”.

Diego Zapata, presidente del Colegio de Psicólogos de la Provincia destacó que las comunicaciones son de todo el territorio provincial, indicando que, de nuestra región, recibieron llamadas de Villa María, Leones y Marcos Juárez. En total fueron 153 las comunicaciones recibidas en el primer mes de implementado el servicio.

“El primer informe que hicimos lo tomamos de 20 a 20, para cerrar el primer mes. Pero notamos que a medida que pasan los días sigue creciendo el número”, afirmó.

“Muchos de los consultantes ya tenían atención psicológica previa, lo que nos interpela sobre la situación de los servicios públicos de salud mental durante la pandemia”, agregó.

“El otro tema -puntualizó Zapata- es el de los adultos mayores que prácticamente no tienen cobertura de PAMI en salud mental, salvo algunas líneas específicas como la de excombatientes de Malvinas, en la que también están en cesación de pagos”.

Mujeres, la mayoría

Uno de los datos que surge del análisis realizado por el Colegio sobre la utilización de la línea de atención telefónica, es que más del 70% son mujeres.

“Nosotros lo vemos como un factor protector, porque la mujer, ante una situación, se anima a pedir ayuda. Tienen más recursos simbólicos”, dijo. Añadió que muchas de las consultantes son sostén de hogar y al verse sobrepasadas en esta cuarentena deciden llamar.

“La mayoría de las que llamaron continuaba trabajando con la modalidad de teletrabajo y además se encargaba de todas las tareas del hogar: tareas escolares de los hijos, hacer las compras, cuidados, etcétera”, indicó.

Economía

En los registros relevados por el Colegio de Psicólogos no surge que el problema económico sea el percibido como el origen del malestar psicológico.

“La mayoría de los que consultaron seguía trabajando como antes de la pandemia y los que antes de la cuarentena tenían empleo informal no llamaban por ese motivo puntual, sino por la angustia, el miedo o las dificultades en el cuerpo que generaba el encierro”, expresó.

“Muchas veces las personas no identificaron el origen de la angustia, pero, por ejemplo, cuando se aprobó la reforma jubilatoria recibimos muchas llamadas de personas que estaban por jubilarse o porque sentían una gran preocupación por sus padres. Había una sobreinformación que generaba un gran malestar entre los que consultaron por ese tema específico”, señaló.

Sobre las patologías que se pueden generar durante el confinamiento, Zapata enumeró que los malestares “esperables” son la falta de sueño, los dolores estomacales y hasta urticaria. “También hay personas que empiezan  vivir de manera hiponcondríaca la situación, es decir, viven con el temor permanente de contraer COVID-19”, agregó.

“Estas conductas pueden ser esperables en esta etapa de confinamiento y al intervenir a través de la línea de primeros auxilios psicológicos, se logra que no sean permanentes estos malestares”, concluyó.

Síntesis de los resultados

- El porcentaje mayoritario de llamadas corresponden a la ciudad capital de provincia de Córdoba, y en su mayoría de género femenino (70,6%).

- Las consultas específicas por aislamiento social obligatorio fueron 29, y por COVID-19 se recibieron 2 (pedido de información).

- Un 41,8% de las y los consultantes contaba con un diagnóstico previo de salud mental o afección neurológica.

- En un 18,3% vivieron situaciones de violencia o abuso.

- De la población consultante el 65,3% terminó el nivel secundario, el 17,8% finalizó su carrera terciaria o universitaria, y un 16,8% no la ha completado aún.

Silvana Pons, la mirada desde la delegación: “no hay que patologizar el malestar”

El Diario también solicitó la opinión de Silvana Pons, presidenta de la Delegación Villa María del Colegio de Psicólogos.

“Como colegio profesional nos encontramos atentos a la lectura de los efectos de esta pandemia inédita, desde su irrupción en lo social y durante su transcurso, con la consecuente modificación de la vida cotidiana”, indicó.

“Algunos números podrían indicarnos una primera aproximación, aun así, la vivencia de una crisis implica la prudencia del tiempo para su comprensión. Un atravesamiento por otra parte que es siempre singular”, agregó.

Sin ocultar las diferencias con la organización provincial, la profesional dijo: “No hay que patologizar la época, hay que enfocarse sobre todo en que el malestar y la angustia no es una patología ni deriva en una patología. Si lo hacemos, caemos en un error ético y moral. Es esperable que exista malestar y angustia frente a una situación que irrumpe como es la pandemia y el aislamiento”.

“Como delegación, nosotros no nos podemos precipitar ahora a una conclusión, pero sí estamos atentos a escuchar sobre qué motiva las consultas, si aumentan o disminuyen, o los temas que se exponen, porque no hay que perder de vista lo local”, agregó.

“Estamos desarrollando estrategias de acercamiento regional a través de referentes de cada localidad en el ámbito de la delegación y también como institución nos encontramos estrechando lazos con entidades provinciales y nacionales para unificar acciones que puedan ser aplicables a la realidad local”, señaló.

Finalmente expresó: “No creemos en la instalación de dispositivos de manera abrupta que fueron gestados para una localidad y extrapolarlos a otra, porque tenemos realidades distintas”.