Manos anónimas, corazones grandes

Si algo ha dejado expuesto esta cuarentena que vivimos desde marzo hasta la fecha, es la agudización de las necesidades en todos los sentidos, especialmente de los grupos más vulnerables a los que en más de una oportunidad se les hizo -y se les hace- difícil poner un plato de comida en la mesa. Pero este mismo aislamiento, paradójicamente, ha sacado lo mejor de muchos, ha desnudado esa veta solidaria que suele surgir en los peores momentos de la vida y ha movilizado a cientos de personas a tender una mano a quien no tiene. Este noble impulso de dar sin mirar a quién, llevó a un grupo de socios del Jockey Club a entregar más de cinco mil porciones de comida, principalmente a niños y niñas de la ciudad, pero también a todo aquel que se acercara en busca de alimentos.

“En marzo arrancamos haciendo unos bolsones de frutas y verduras para complementar las cajas del Paicor que inicialmente no las tenían, luego se hizo un convenio con el Mercado de Abasto. Entregábamos unos 50 bolsones a los chicos de la Escuela Urquiza, que es con la que trabaja el merendero que tiene el club”, contó Manuel Sosa (hijo), presidente de la institución.

“Cuando llegó abril, hablamos con los responsables de un comedor del barrio Las Acacias para conocer sus necesidades, nos dijeron que la comida hacía falta especialmente los domingos, entonces empezamos a cocinar ese día. Al comienzo entregábamos entre 400 y 450 porciones, eran muchas porque nadie estaba trabajando y la necesidad era muy grande”, recordó.

“En ese momento también empezamos a cocinar para que una fundación del barrio Roque Sáenz Peña pudiera dar las viandas a familias que asisten allí”, agregó.

“A partir de mayo nos llamaron desde una biblioteca del barrio Los Olmos, donde daban de comer tres días de la semana, para pedirnos si podíamos ayudarlos los fines de semana, entonces la sumamos y vamos a cocinar allí los sábados, cuando entregamos, en promedio, unas 100 porciones”, indicó.

“Durante la cuarentena llevamos entregadas 5.251 porciones de comida. Ahora bajó la cantidad de porciones que se reparten semanalmente y eso se explica en que algunas personas ya retomaron su trabajo”, precisó el presidente del Jockey.

Sosa dijo que las comidas se elaboran con el aporte de los socios y las donaciones que reciben de distintos comercios.

“Tenemos un grupo de responsabilidad social en el Club que está encargado de juntar las donaciones, hay empresas que nos ayudan todas las semanas, y cuando no nos alcanza ponemos un poco cada uno”, aseguró Sosa, quien aclaró que la comida que entregan siempre tiene proteínas para que sea nutritiva.

“Agradecemos a todos los que aportan su granito de arena para hacer posibles estas actividades, con sus donaciones nos ayudan a ayudar a quienes menos tienen. Estamos muy contentos de poder darle continuidad a esta tarea dirigida a familias con niños que se encuentran en mayor estado de vulnerabilidad, somos conscientes de la importancia de este tipo de acciones para llevar un plato de comida a quienes más lo necesitan”, concluyó.