“No hay posibilidades de dar una solución habitacional”

En Villa del Sur se hace una diferencia. Hay propietarios de casaquintas y terrenos y, por otro lado, familias ubicadas en los márgenes del Ctalamochita. De acuerdo con la secretaria de Inclusión Social y Territorio de la Municipalidad de Villa María, Celeste Curetti, el asentamiento a orillas del río “data de unos 14, 15 años”. En este sentido, aclaró: “Hay una parte que es la que linda con el boliche bailable”. Al respecto, puntualizó que son construcciones “más establecidas”. Con los años llegó más gente, se instaló en sectores próximos al agua y eso, según lo señalado, es lo “más peligroso”.

La funcionaria contó que en la zona donde se encuentran las casillas hay familias de diferentes lugares: por ejemplo, de Rosario, de provincias del norte argentino y hasta de otros países. Seguidamente, destacó que ese sitio no es habitable porque está en los bordes y hay riesgos “constantemente” por el caudal del río. “Por lo tanto, no hay posibilidades de dar una solución habitacional”, afirmó. Asimismo, comentó que desde su cartera realizan informes y un “relevamiento semanal” en términos de seguridad alimentaria y llevan adelante un acompañamiento por la situación de vulnerabilidad.

El reclamo de los “consolidados”

Actualmente, en consonancia con lo detallado por Curetti, el reclamo “de los vecinos consolidados en el barrio” se relaciona con “la reactivación de la construcción” y explicó que “muchas empresas que tienen manipulación de arena y de escombros” transformaron el espacio en un área de “intercambio”, lo que produce “una mala convivencia” entre los dos sectores. Cabe recordar que la mayoría de las familias asentadas trabajan de la extracción de arena. Y, en este punto, ella declaró que esa actividad “no está habilitada por la Provincia”.

La titular de la cartera también expresó que atendieron “a las dos partes” y dijo que visitan de manera “permanente” Villa del Sur.

“De hecho, yo fui cuando la Policía desalojó a las personas que están más en riesgo”, rememoró. Eso sucedió el jueves 7 de enero, cuando hubo procedimientos por parte de personal de la Departamental San Martín de la Policía Ambiental, de la Administración Provincial de Recursos Hídricos (APRHI) y de Seguridad Ciudadana de Villa María.

En ese momento se entregaron notificaciones de desalojo. Acerca de esto último, la funcionaria indicó que se trata de tres personas: una estaba con su pareja y las restantes son solas. En esta línea, describió que una de ellas es oriunda de Villa Nueva, otra del barrio Nicolás Avellaneda -se determinaron, a través de las redes, sus vínculos familiares- y la última de una provincia vecina, a la que regresó. “Momentáneamente tienen dónde establecerse”, confirmó Curetti y agregó que “el déficit habitacional existe en la ciudad de Villa María como existe a nivel nacional”. A la vez, subrayó que la demanda siempre supera a la oferta de vivienda. “Obviamente hay que trabajarlo en el transcurso de los años”, dijo.

El relevamiento

Desde la Secretaría se asiste, según la palabra de Curetti, no sólo en lo que atañe a comida -módulos alimentarios del Programa de Seguridad Alimentaria-, sino también, en varias ocasiones, en lo que respecta a vestimenta y cuestiones de la “subsistencia del día a día”. Posteriormente, describió que gran parte de quienes están instalados en las casillas son trabajadores. Y añadió que lo “dificultoso” es poder acceder a un hogar. Sobre este aspecto, recalcó que los alquileres de la ciudad en muchos casos “son altos”. “Y además, el requerimiento para poder alquilar es siempre con garantías”, sumó. Junto con ello consideró que otro de los asuntos, también de carácter complejo, es que en la mayoría de las oportunidades el trabajo es informal. Entonces no existe la posibilidad de presentar un recibo de sueldo.

Otra de las tareas que llevan a cabo se vincula con la educación. Durante 2020, por la pandemia de coronavirus, ella explicó que hubo una labor “articulada” entre distintas instituciones. Así, concluyó que la situación “es de vulnerabilidad, lógicamente”, debido a que las viviendas no reúnen los parámetros para que se conviertan en tales. No poseen servicios básicos: ni luz, ni agua, ni gas, ni cloacas. “No hay forma de que se habiliten esas obras”, dijo. Por otra parte, aseguró que “la mayoría de las familias tienen los ingresos de los beneficios del Estado: la asignación universal, la Tarjeta Alimentar, planes temporarios como fue el IFE”. Y agregó que una cantidad importante también tiene ingresos por trabajo, aunque sea “en negro”.

¿Cómo se sigue?

Curetti sostuvo que el Estado Municipal garantizará la convivencia y el respeto por las medidas ambientales. “El primer reclamo de Villa del Sur es el traslado de los camiones al asentamiento. Eso hace a la insalubridad ambiental, a la generación de basura permanente”, refirió e insistió en que la extracción de áridos, al estar prohibida, impacta negativamente en el entorno.

Luego, para finalizar, indicó que algunos vecinos del sector “consolidado” argumentaron “problemas de inseguridad”. Sin embargo, ella, en una reunión, les dijo que gran parte de los que están allí trabajan y que, no por ser un asentamiento con precariedad habitacional, ello es sinónimo de delincuencia.