Los diseños de un arquitecto de las pampas

Carlos Alonso contribuyó a modernizar la ciudad aprovechando los factores naturales que aporta el terreno y el ordenamiento dado por la vida de la población
lunes, 5 de abril de 2021 · 08:43

Escribe Sergio Vaudagnotto

De nuestra Redacción

Hace dos semanas, traíamos a la memoria de nuestros lectores a la villamariense Odilia Edith Suárez (1923-2006), quien fue vicepresidenta de la Sociedad Central de Arquitectos de la Argentina y secretaria de Investigación y Posgrado en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, además de profesora emérita de la misma casa de altos estudios, de la que había egresado en 1950 con medalla de oro. Esta mujer se encuentra, sin duda alguna, entre los más grandes profesionales de la arquitectura que dio Villa María aunque, claro está, ejerció fuera de la ciudad.

El arquitecto Carlos Alonso

Entre los que se quedaron y enaltecieron la profesión aquí figura Carlos Alonso, autor de innumerables obras con las que nos encontramos en nuestro cotidiano ir y venir por nuestras calles y avenidas.

En septiembre de 2019, seis meses antes de la pandemia, Alonso publicó “Memorias de un arquitecto de las pampas”. En el libro cooperaron muy especialmente su hijo Sergio, su colaborador Gastón Puente y el periodista Iván Wielikosielek, quien en la introducción formula una revelación en torno al profesional que nos ocupa: “Cuando este libro estaba terminado y yo no había siquiera empezado a escribir este prólogo, hice un descubrimiento prodigioso. Leyendo una novela policial de George Simenon (‘El ahorcado de la iglesia’, de 1931), di con este párrafo: ‘La casa era nueva, y tanto en sus líneas como en los materiales empleados se percibía la intención de transmitir una sensación de comodidad y tranquila modernidad y fortuna bien habida’. Y pensé, no sin dejar de maravillarme, que 85 años antes un escritor belga había descrito en pocas líneas el ‘estilo Alonso’”.

Sobre el final del volumen, en la página 79 de 80, Alonso explica: “...de la experiencia que tuve en la Municipalidad en mis inicios, adquirí una idea de las necesidades y de cómo conseguir los recursos para resolverlas”.

Y luego de reconocer el aporte de Francisco Salamone a la arquitectura villamariense, el profesional hace entrega de diplomas verbales a sus colegas que, a la luz de esa impronta forastera, planificaron el desarrollo haciendo un “aprovechamiento de los factores naturales que aportaba el terreno y el ordenamiento dado por la vida de la población, típico de una ciudad en desarrollo”.

La explanada del Monumento al General San Martín

Un catálogo de obras

Entre aquel prólogo y esas palabras finales, una jugosa entrevista “a tres bandas” con Nino Menardo y Carlos Pajón, y todo un catálogo de obras públicas y privadas realizadas por Alonso: la explanada del Monumento al General José de San Martín y su nudo vial de subida y bajada del puente Alberdi; la Casa Gabetta, aquella que estiraba los paseos domingueros de los 70 hasta bulevar Sarmiento y 9 de Julio; los planes de vivienda que realizó con la arquitecta María Amelia Menoyo para Amptra y CEC, entre otras entidades; la casa Andreani, en Carlos Pellegrini al 500; los panteones del Centro Vasco, en el cementerio La Piedad; la Casa Depetris, en Lisandro de la Torre 30; la Casa del Obispado, en Buenos Aires al 500; la Casa Albert, en Buenos Aires y Estados Unidos; la Casa Cantillón, ubicada en Entre Ríos esquina costanera, el edificio del Círculo Médico, en Buenos Aires al 1000; el edificio Anselmo, en José Ingenieros esquina Santa Fe, y la mismísima plaza San Martín, frente a la Catedral, por citar algunas de las edificaciones y paseos ideados por Alonso, con los que “nos cruzamos” seguido en el tránsito por la ciudad.

El listado no deja dudas. Entonces conviene tomar nota cuando un profesional de este calibre ha dicho que, para que se proteja la obra de Bonfiglioli, por ejemplo, no se necesita solamente la voluntad de los concejales, sino también “sensibilidad de parte de la población”.

“Pero acá eso no le importa a nadie, si todavía estamos discutiendo lo de la Placita de Ejercicios Físicos... Si han volteado el Colegio Mariano Moreno, me imagino que a la ‘Casa Redonda’ un día la van a tirar sin piedad. El tema es que la formación sociológica de Villa María ha sido siempre el oportunismo del negocio fácil, sin ningún cuidado patrimonial”, ha sentenciado Alonso, alguien que, cuando se le pregunta qué le aportó a la arquitectura local, responde: “Modernidad. Eso fue todo lo que aporté. Quizás no haya sido mucho, pero no fue poco”.

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