“No es algo nuevo, pero se nota más con este tipo de escolaridad actual”

“Tenemos la educación inclusiva solo para los que tienen obra social”

El caso de una mamá y sus dos hijos motivó a una vecina que la asiste a contar una situación “que no es la única en la ciudad”. “¿Qué pasa con el acceso a la educación cuando se juntan la discapacidad y la pobreza?”, es la pregunta que se hace, y para la cual tiene una respuesta

“¿Qué pasa con el acceso a la educación cuando se juntan la discapacidad y la pobreza?”. La pregunta fue la introducción que hizo una vecina para contar una situación que está atravesando una mujer con sus dos hijos en estos momentos y que pidió sacar a la luz. No para reclamar, no para pedir, sino para concientizar, para que se sepa que hay una realidad aun peor que la que muchos viven a diario.

“D” es la mamá, cuyo nombre será reservado para evitar la estigmatización suya y de sus dos hijos. Y quien contó la situación también pidió mantener reserva de su identidad, ya que es docente y “esto podría generarme problemas”. “Así estamos”, resumió.

“Hablemos del acceso a la educación. ¿Qué pasa cuando se juntan la pobreza y la discapacidad? Es un caso concreto y estamos hablando de chicos, pero no es el único que hay en la ciudad. Cuando se juntan la pobreza y la discapacidad es inaccesible la educación”, expresó.

“No es algo nuevo, pero es algo que se nota más aun con el tipo de escolaridad en la que estamos en estos momentos por la pandemia”, insistió y planteó que “el que no lo padece no lo conoce”.

La mujer describió que “D” tiene dos hijos con discapacidad y no tiene dinero para acceder a muchas cosas “como el Zoom, la plata para fotocopias, y cuando le pidieron usar el Classroom salió a pedir ayuda porque no tenía idea de qué se trataba”.

“Tiene un teléfono que a duras penas recibe WhatsApp. No sabe, no puede acceder a las herramientas de virtualidad que pide la escuela”, puntualizó quien se preguntó: “¿Y el área de Educación de la Municipalidad, dónde está?”.

Acá, la vecina que recibió el pedido de ayuda de “D” hizo un paréntesis para contar que sus dos hijos obtuvieron los certificados de discapacidad porque lograron que se les realicen “las valoraciones ad honorem”.

“Ella fue al Hospital Pasteur, al área de Rehabilitación, donde esta el neurólogo. Pero hoy no hay neurólogo infantil gratuito. En un momento había, pero ya no. Entonces le piden una resonancia y valoración neurocognitiva, que justamente no hacen en el Pasteur. Ahí se le corta la cadena”, planteó.

En ese aspecto, prosiguió: “Consiguió hacerlo para el primero de sus hijos, pero para hacer el del segundo ya ni siquiera había neurólogo en el Hospital”. Así es que debió acudir a la Defensoría del Pueblo “para que le consigan una consulta en una clínica privada” y lograr tener los dos certificados.

Volviendo a la dificultad que atraviesa “D” y sus hijos hoy en relación a la escolaridad, contó que los dos “van a una escuela común, pero ambos terminaron sexto grado sin saber leer ni escribir, es una discapacidad intelectual que tienen”.

Hoy, ambos en secundaria, “ninguno tiene maestra integradora”. “Tenemos la educación inclusiva, pero solo para los que tienen obra social. La escuela te los recibe, pero no hacen las adecuaciones. Si tenés obra social te lo cubre. Si sos pobre, no. Para cubrir eso el Estado puso las escuelas especiales, pero para que los chicos asistan allí la escuela a la que van hoy debe pedir una maestra integradora. Trámite que lleva año o año y medio. O sea que los dos estudiantes van a estar todo el año así”, reclamó.

“Esta mamá quiere mandarlos a la escuela especial. Ella tuvo una hermana que fue, tiene un buen recuerdo de la escuela especial, pero hoy ha quedado como opción para chicos con multidéficit, otros tipos de discapacidad. Para que la escuela especial los reciba, es la escuela a la que asisten hoy quien tiene que decir que no los puede tener. Pero al mismo tiempo no lo va a hacer porque si no, dicen que no es integradora o inclusiva... y así... Es el sistema el problema. No es el único caso. Quedan en un embudo, dando vueltas”.

“La pandemia, la discapacidad, la pobreza... Todo esto junto hace inaccesible la educación. Le mandan fotocopias que la madre saca, pero los niños no saben contar más allá del 100. Se van tapando agujeros los profesionales con voluntad, pero hace falta una solución”, cerró.

 

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