Adopción y discapacidad - Charla a cargo de la titular del Registro, Patricia García

“Entre el 3% y el 7% de los que quieren adoptar buscan niños más grandes”

Antes de la charla organizada por el grupo Adoptar Villa María, Patricia García dialogó con El Diario sobre el sistema para ahijar niños, niñas y adolescentes
domingo, 1 de agosto de 2021 · 08:30

Actualmente en la provincia de Córdoba hay 300 interesados en “ahijar”, como prefiere decir la psicóloga y psicopedagoga Patricia García, jefa de departamento del área de servicios judiciales con funciones de Dirección en el Registro Unico de Adopción.

De ese total, entre un 3% y un 7% buscan niños y niñas grandes, grupos de hermanos o chicos con algún problema de salud.

Por eso, participó gustosa de la invitación que le hicieron junto a Alejandra Castro -coordinadora del equipo técnico- desde el grupo Adoptar Villa María para hablar sobre “Adopción y discapacidad”.

“Es una iniciativa de los grupos autogestivos y nosotros colaboramos siempre, porque es una forma de llegar a todas las personas interesadas en adoptar. Para nosotros es muy importante, porque no tenemos tanta gente anotada para el subregistro de niños y adolescentes con problemas de salud”, dijo García a El Diario.

Explicó que el registro de niños en condiciones de adoptabilidad se organiza en subregistros: el que lleva el número 1 es para bebés de 0 a 3 años; el número 2 para los chicos de 3 a 6 años; el número 3 para quienes tienen entre 7 y 11 años; el número 4 para los de 11 a 18; el número 5 para niños, niñas y adolescentes con problemas de salud o limitación en alguna de sus capacidades y el número 6 para los grupos de hermanos.

Si bien no hay un manual sobre características de familias que quieren ahijar a los que están en el subregistro 6, García, al ser consultada por este medio, señaló que “en principio, deben tener mucha flexibilidad y muchas ganas de tener un niño. Pero igual, hay que señalar que cada persona o pareja es totalmente distinta”.

En los casos que se logra dar en adopción a niños o niñas con problemas de salud, el equipo del Registro tiene una gratificación extra: “Es tan reparador ver un niño que no camina y a la semana está corriendo, porque hay alguien que lo quiere y lo mira como hijo”, señaló.

“Por supuesto, no es en todos los casos. Hay chicos con problemas crónicos, algunos más graves, otros más leves, pero hay muchas historias que gratifican cuando llegan a una familia que los cuida y quiere”, dijo.

 

Preferencia por bebés

De esos subregistros que mencionó García, salta un dato de la realidad: “A medida que avanza el número del subregistro, disminuye el número de interesados en adoptar. Por eso es importante esta charla”.

“El 90% de padres o personas solas en disponibilidad para ahijar, busca bebés de 0 a 3 años. Y te imaginás que no hay, porque el proceso en esos casos, una vez que el niño está en condiciones de adoptabilidad, es más rápido porque el tiempo de vinculación es mucho más corto que cuando se adopta a un adolescente”.

En los casos de los chicos más grandes, hay que hacer reuniones entre los padres posibles y los pibes, ver la reacción y comenzar el vínculo antes de iniciar el trámite. “Y fundamentalmente escucharlos”, dijo García.

 

El trámite

El Registro es el último eslabón en una cadena para llegar a la adopción.

En general, la primera intervención la hace la Secretaría de Niños, Niñas, Adolescentes y Familia (SENAF), donde tienen que agotar los recursos para que los pequeños o adolescentes puedan tener un vínculo con la familia biológica.

Cuando esto no es posible, la SENAF termina su labor y llega al despacho de un juez o jueza, quien después de analizar cada caso define si está en “condiciones de adoptabilidad”.

Ahí recién llega el oficio al registro y comienzan a intervenir en este tramo del proceso.

“Lo primero que hacemos es conocer al niño o niña, entrevistarlo, preguntarle por sus gustos e intereses. Si son más grandes, se hace un estudio psicológico”, dijo García.

Con esas referencias, incorporan los datos al subregistro que corresponda y envían al juez los legajos de las parejas o personas solas que pueden adoptarlo.

“Si el juez da el visto bueno, se empieza la vinculación”, indicó.

“El equipo de adopción es un orgullo para mí y para todos, porque la gente reconoce cómo son atendidos y la profundidad de los informes que se realizan”, indicó.

 

Hermanos

También es difícil que haya interesados en adoptar a hermanos. “Por regla general, tratamos de que los hermanos vayan todos a una misma familia, pero siempre depende de que haya gente dispuesta, del número de hermanos y de las condiciones”, dijo.

En el caso de que el grupo vaya a dos familias “se establece una periodicidad, de al menos una vez al mes, para que se encuentren. Nosotros participamos en las primeras reuniones, pero después siguen solos”.

“En otras ocasiones hay chicos que han vivido experiencias distintas, lo que define que salgan solos a una familia para después restablecer los vínculos con el resto de los hermanos”, dijo.

 

“Devoluciones”

La palabra así, entre comillas, es porque parece inconcebible que después de todo el proceso de adoptabilidad haya personas que desistan y “devuelvan” a los niños que quisieron cuidar. “Gracias a Dios son excepcionales estas situaciones y pasa más que nada cuando son adolescentes. Los padres de adolescentes tienen que tener una gran tolerancia a la frustración, porque avanzan dos pasos en la confianza, en el vínculo y después retroceden cinco. Los adultos no solo tienen que acompañar esta situación, de por sí crítica por la edad, sino que tienen que saber que a eso se suma la carga extra de la historia que han vivido, donde sufrieron la vulneración de sus derechos”, dijo.

Un dato para señalar retomando el tema que dio origen a la nota: en las adopciones de niños o niñas con discapacidad, casi no se dan episodios de “devolución”.

 

¿Adoptar o ahijar?

Patricia García, la titular del Registro, explica las diferencias de sentido de ambos términos. “Adoptar sigue siendo correcto y, además, tiene un lindo significado porque quiere decir ‘elegir lo mejor’, pero ahijar también me gusta, porque le da la misma categoría de un hijo biológico”, dijo.

“En definitiva, la idea es que tenga ese status de hijo, porque cuando nos referimos a un hijo biológico no agregamos que es biológico, simplemente decimos hijo. Eso nos gusta también para los que son adoptivos. Son hijos, y por eso elegimos siempre la palabra ahijar”, agregó.

 

Las cifras

300 / Las parejas o personas solas inscriptas en el Registro de Adopción de la provincia.

82 / La cantidad de niños, niñas y adolescentes que encontraron un hogar en el año 2020, pese a las restricciones de la pandemia.

 

3
1
80%
Satisfacción
10%
Esperanza
0%
Bronca
10%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

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