Tressen - Alta cocina y un año de esta nueva apuesta

La especialidad está en el café

A un año de haber implementado la cafetería de especialidad, los responsables del espacio gastronómico evalúan y celebran haber emprendido la apuesta
sábado, 30 de julio de 2022 · 13:01

“Sabíamos que era un desafío y somos conscientes que debemos continuar. Es una apuesta, la primera de la ciudad, para brindar cafetería de especialidad en Tressen”, dijo Gisella Orellano, barista, formada en Buenos Aires, y quien está a cargo de esta propuesta junto a Rodrigo Irusta, en la primera cuadra de bulevar Italia.

De esta manera y en ese espacio que lleva poco más de una década, enarbolaron hace un año esta nueva bandera de la tendencia en cafetería, “para dar esa vuelta de proponer el disfrutar de los sabores, de los aromas y las texturas”, dijo Orellano.

Juntos, como pareja y propietarios, describen que Tressen (tres sentidos) llevan adelante Tressen, “una apuesta de alta cocina y ahora se mejoró con la alta cafetería”.

“Hace un año que arrancamos y sabíamos que no sería nada fácil, que estábamos arriesgando un montón de cosas, pero el cambio fue para bien”, evaluó la barista, quien describió que este tipo de cafetería “le da mayor importancia a toda la cadena del café y con sus debidos cuidados”. Es decir, destacó, “desde el productor, el importador, el tostador, el barista y el consumidor”. “Se enfoca en que cada etapa es llevada a cabo de forma minuciosa con el solo objetivo de llevar el más alto estándar de producto al consumidor. Hablamos de un café seleccionado y cuidado, y Tressen se colocó ya hace un año a la vanguardia de la cafetería en el interior de Córdoba y en Villa María”, confió Gisella.

Rodrigo es un minucioso ingeniero en Alimentos, que se encarga de casi todo en el local, en tanto Gisella asume la responsabilidad en la cafetería de especialidad y en el “artelatte”, haciendo gala de su formación: “Hay dos tipos de café, los comerciales y los de especialidad; donde cada uno de ellos tienen características y cualidades diferentes”, dijo.

Sobre la respuesta de los clientes, indicaron que “a nivel general, y a pesar de haber tenido un público acostumbrado más a lo tradicional, digamos, fue muy bien aceptado y se adapta a esta cultura de tomar café, por lo que creemos más en este proyecto”·

La inversión

Irusta y Orellano detallaron que “para poder llevar adelante esto, se adquirió una máquina espresso italiana Simonelli y un molino alemán Mahlkonig, equipamiento provisto de alta tecnología y precisión que estandariza la oferta de productos en todo momento”. Agregaron que “si bien el producto que veníamos trabajando era muy bueno, decidimos adquirir los granos que produce Café Puerto Blest (Café de Especialidad)”. También precisaron que, en ese marco, “fue necesario iniciar un fuerte proceso de capacitación para todo el equipo de trabajo, con el objetivo de generar una cultura de buen café y de elevar esa sensación de disfrute de un momento, que incluye comunicarlo, contar de qué se trata”. “Es importante porque es la segunda bebida más consumida a nivel mundial, después del agua”, apuntó Gisella. Los propietarios marcaron que se propusieron esta inversión “como un deseo de siempre, de muchos años, para transmitir, mostrar y hacer entender qué es un Espresso, un Americano o un Doppio”. Y aclaró que “asociar el consumo al tamaño del recipiente es un error”.

La barista junto a parte del plantel de salón de Tressen

Al pocillo

La novedad fue acompañada también por una renovación en la vajilla, “que también rompe lo tradicional”, dijo Orellano. Añadió que “hay artesanales y de baristas, con distintos formatos y colores, lo que la hacen más llamativa”. Pero para llegar a los recipientes, la especialista asegura que “un café se genera a partir de una receta, que implica gramos de café, gramos de agua y tiempo de extracción. Todo con el propósito de obtener una bebida equilibrada en sabores (dulce, ácido y cuerpo), la cual genere en el consumidor un impacto en la boca que lo lleve a consumir otro café". Y en esa línea, se preguntó “¿para qué agregar el azúcar?”. Para Gisella, “el azúcar no permite identificar los verdaderos sabores del grano de café y la texturización de la leche aporta el dulzor necesario en la bebida”. Todo se explica en con una carta italiana que a modo de gigantografía se luce sobre la barra del lugar, “para educar el paladar”, agregó.

También manifestaron que “para nosotros es superimportante el personal, el equipo de trabajo. Cada uno cumple un rol importante, que hace de Tressen lo que es hoy”.

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