Una ayuda para terminar sus casas

Cuarenta y dos familias de la ciudad en situación de emergencia habitacional recibieron ayer órdenes de compra para materiales, mediante el programa de Asistencia Constructiva que financia el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

Esto les servirá para poder terminar o ampliar sus hogares.

Semanas atrás, el municipio había hecho entregas a 32 familias, con lo que ahora ya son 74 las alcanzadas. Las viviendas fueron objeto de un relevamiento territorial que llevaron adelante los equipos de los MuniCerca.

En la fría y lluviosa mañana del miércoles, el intendente Martín Gill junto con la secretaria de Inclusión Social y Territorio, Celeste Curetti, encabezaron la entrega en el MuniCerca 1 de barrio Nicolás Avellaneda, que se vio rodeado de agua.

El salón estuvo lleno de personas, quienes tienen 7 días para retirar los materiales y 60 días para iniciar la obra.

Estrella Merlo vive en barrio Belgrano con dos hijas y un nieto.

Abordada por El Diario, contó que su casa cuenta con dos piezas y una cocina, y que tiene que terminar una de las habitaciones y “techar porque el baño quedó afuera”.

Sus hijas tienen 23 y 26 años, y su nieto, 4. “Una trabaja por su cuenta, la otra está en negro y yo tengo una pensión. Esto es de mucha ayuda, voy a ver para qué me alcanza”, dijo minutos antes de iniciarse el acto.

También hablamos con María Estela Mercado, del San Martín, quien reside en “una casa precaria que la estoy haciendo como puedo”. Allí vive junto con su hermano menor y su hijo más chico.

“Mi hermano más chico tiene ELA (esclerosis lateral amiotrófica), yo trabajo limpiando casas y no llego para terminar el baño, que lo quiero, sobre todo para él. Fui hasta el MuniCerca para ver si me podían ayudar, vinieron los asistentes, vieron la casa y ahora recibiré materiales”, explicó.

“Tengo solamente el inodoro y la ducha. Voy a terminarlo para que se pueda bañar como se debe, no en una silla plástica”, confió la mujer, quien limpia una casa por día. “Gano $1.500 o $2.000 y no llego”, se lamentó.

Con ellos vive el hijo de Estela, de 26, quien atraviesa un consumo problemático de drogas.

“He ido a un montón de lados, no puedo ya manejarlo. Va y viene, cuando sale un trabajito lo hace, es albañil, pero cuando tiene la moneda en el bolsillo la gastan en eso. Me cansé de golpear puertas”, dijo visiblemente preocupada y angustiada.  “Todos me responden que es voluntad de la persona adicta el tratarse. Por ahí dice que sí,  mamá, que se va a tratar y después se olvida, no lo hace”, relató finalmente.