Iniciaron los trabajos en el centro y en algunas tiendas hay enojo

Escribe: Franco Gerarduzzi
DE NUESTRA REDACCIÓN

Una camioneta. Un contenedor. Dos. Tres, cinco, siete. Algunos casi repletos. Otros no tanto. Los menos son los de cinco metros cúbicos, la capacidad más usada. La mayoría tiene, quizás, el doble de tamaño. Otra camioneta. Herramientas.

Un calor ampuloso para esos hombres que ayer, a eso de las 11 de la mañana, en la Peatonal de Villa María -calle San Martín, entre Buenos Aires y Entre Ríos- descansaban un rato: compartían los pocos parches de sombra que encontraban y bebían agua, comían, conversaban, reían. Esos hombres del?Corralón Municipal que, luego, continuaron cada uno con lo suyo: que seguirán durante semanas hasta terminar lo que será el Centro Comercial a Cielo Abierto, una obra que pide paciencia: el plazo es de seis meses.

Mientras, la gente tendrá que acostumbrarse a eso que ayer hizo -por lo que parecía- sin mayor problema: caminar por los márgenes de la Peatonal, por las veredas estrechas en fila india o a lo sumo apretados con cuidado, por favor.

Mientras, habrá que escuchar a comerciantes que defienden el proyecto y a otros que se indignan con razón o por capricho o porque tienen tiempo y a tantos preocupados y a los que dudan y dicen que hay que esperar, ya veremos más adelante. 

“Es una locura para esta época”, dijo una mujer que trabaja en una juguetería vacía -que además vende útiles escolares- de la Peatonal. La razón, explicó, no es ni más ni menos que el?Festival de Peñas que tanto mueve.

Cerca, en otro negocio que vende ropa, un chico joven de veintipico que estaba acomodando remeras comentaba que ahora no es el momento y, después, indeciso, dijo que a largo plazo va a ser “positivo”.

En una joyería que funciona hace 98 años, el dueño está de acuerdo. Solo pidió que ojalá “terminen pronto” y habló de las ventas: explicó que desde antes de la Navidad pasada, el tema está “flojo”.

Quienes trabajan en San Martín, entre Corrientes y Entre Ríos, no pueden ver qué ocurre en la vereda de enfrente: hay chapas de unos dos metros que cierran la calle donde, ayer, máquinas se movían de un lado a otro a puro fragor: dos retroexcavadoras extraían y depositaban materiales en un camión.

En la vereda del?Banco Provincia de Córdoba, bastante más ancha que la de la Peatonal, un hombre trabajaba con el cableado subterráneo.

Del otro lado, en otra tienda de ropa, había un tipo de unos 30 años y una mujer, tal vez un poco más chica: él, el dueño; ella, empleada.

Él participó en cuatro reuniones con autoridades del municipio en las que se conversó sobre el?Centro?Comercial. Dijo que alrededor del 90% de los comerciantes está en contra e, incluso, contó les habían propuesto hacer la obra en noviembre del año pasado. La respuesta fue obvia: noviembre no. Es de los meses de más ventas no solo para los locales que venden indumentaria?-que son más del 50%-, sino para todos los rubros.

El viernes pasado tuvieron el último encuentro con gente del municipio y ahí les dijeron que este lunes (por ayer) arrancaban con la obra. Entonces, dijo, las reuniones previas “fueron en vano”. Expresó también que no sintieron el apoyo de la Asociación de Empresarios de la Región Centro Argentina (AERCA).

“Mirá”, planteó después. Y señaló a la gente que caminaba por la vereda en direcciones opuestas: “Se tienen que meter adentro del local para pasar”.

Con su empleada no sabe qué hacer: sigue hasta fin de mes, en febrero y marzo verá. Lo confesó ahí, con ella al lado:?“Este año va a ser a pérdida. No va a funcionar”.

Sobre el?Centro Comercial a Cielo?Abierto, que para él es un rótulo porque la considera peatonal y no más, sostuvo:?“Además, ¿van a ser seis meses?”.

Con sorna lo dijo. Y rió.

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Un rato antes de ir al centro, el intendente Martín?Gill había estado en la Biblioteca y Medioteca Municipal y Popular Mariano Moreno.?Después de anunciar la convocatoria para el programa Ser Arte y Parte (ver página 9), charló con la prensa sobre la intervención en el centro.

Habló poco menos de diez minutos, casi sin intervenciones de los periodistas, como sabe hacerlo: bien y bonito para las cámaras y grabadores.

Hizo un repaso prolijo, minucioso, punto por punto.

Dijo que el proyecto lo vienen trabajando desde “hace mucho tiempo”, que han trabajado con AERCA y la Asociación Civil de Comerciantes de Villa María (Acovim), que mantuvo una reunión con comerciantes de calle San Martín entre Corrientes y Entre Ríos.

Declaró que la Municipalidad recibió, a través de un programa nacional, todo el material para ejecutar las tareas: columnas, luminaria, cables, rejillas, adoquines, mobiliario urbano.

Manifestó que la obra contempla tres dimensiones: tareas de albañilería y renovación de hormigón, electricidad y forestación y parquización.

Explicó que las obras, por cuadra, demorarán entre 45 y 50 días y que se trabajará -además de los sectores mencionados- en calle Corrientes, desde Hipólito Yrigoyen hasta 9 de Julio.

Anunció que habrá veredas más amplias, más esparcimiento, más verde.

Dijo que piensan en la accesibilidad porque el centro se transforma, a veces, en un lugar con barreras y que “el escurrimiento del agua es complejo” porque en las esquinas “el agua permanece permanente” debido a que el “nivel de gravedad con que trabaja el centro es casi siempre cero”. Opinó que es una “construcción muy vieja y que ustedes verán lo que pasa cuando llueve”. Planteó que, entonces, elevarán el nivel de la calle al de las veredas.

Opinó que la iluminación es “deficiente” y que harán ductos para que en las próximas obras no sea necesario romper de nuevo y se puedan instalar fibra óptica.

Dijo que junto a otras “instituciones” tendrán una “administración compartida” para que se produzca una “transformación” a partir de la “gestión colectiva”.

Declaró que los comerciantes son excelentes y que ofrecen productos de calidad y que tienen escaparates estéticos y que han hecho un esfuerzo “enorme” desde los locales hacia adentro, y reconoció que las inversiones no los han acompañado.

Comentó que las dársenas que se pierdan en la zona, se ganarán a no más de una cuadra, en Yrigoyen, con estacionamiento a 45 grados, y en Entre Ríos, del lado de la plaza Pedro?Viñas.

Planteó que el momento preciso para intervenir el microcentro era este.

Explicó que “hay disponibilidad de diálogo” y que contemplarán aquellos casos en los que alguna actividad se vea “resentida”.

Expresó que cuando se hacen este tipo de obras en otras ciudades de la Argentina se generan inconvenientes, pero después “el uso termina siendo muy beneficioso para todos”.

Manifestó que Villa María necesita una infraestructura comercial de mucha mejor calidad, que no puede haber una iluminación de la década 30, con distintas alturas, incandescente, con cables que no reúnen normativas de seguridad eléctrica.

Expresó que todo esto no puede aceptarse.

Y aseveró:?“Sé que es un tiempito donde va a haber dificultades, pero créanme que vamos a poner todo el esfuerzo para que sea el más breve posible”.

Créanme.

Un tiempito.