Ocurrió en el Polideportivo Municipal, dentro de la hora de gimnasia de un establecimiento secundario local

Bullying y violencia física contra un chico con Síndrome de Asperger

El caso fue denunciado en sede policial y también ante la Justicia. La víctima del terrible episodio tiene 13 años, la misma edad de sus agresores, y deberá ser sometido a una cirugía
sábado, 28 de octubre de 2023 · 08:16

El adolescente, al que llamaremos A., no tiene una vida sencilla, aunque como todo ser humano anhela felicidad. A los 5 años comenzó a ser tratado por uno de los Trastornos del Espectro del Autismo, el Síndrome de Asperger.

Las cosas no fueron fáciles para él, pero con el apoyo de su madre, de su hermana y de Lorena Goroso, la directora de la Escuela Antonio Sobral, de barrio Talamochita, pudo transitar el ciclo de educación primaria en las mejores condiciones posibles.

Lo dice su madre, M., quien necesita exponer públicamente lo que padeció A. el miércoles último, exactamente a las 13.10, en el Polideportivo Municipal Guillermo Evans, mientras aguardaba con sus compañeros al profesor de Gimnasia. Y necesita hacerlo como ser humano, como defensora de los derechos de su hijo, por amor... Necesita narrar la forma en que le reventaron los genitales a A., con una violencia que permite suponer una cuota de odio al débil, al diferente, o bien una cuota de supuesta supremacía sobre los demás. “Nosotros ya hicimos la denuncia judicial y queremos hacerlo público para que se tome conciencia sobre el bullying... Ocurrió el miércoles a las 13.10. La clase comenzaba a las 13, pero el profe de Educación Física llegó un poco más tarde, cuando el hecho había sucedido”, narra M.

Ella no quiere identificar al colegio secundario ni a otras personas más que a Lorena, aquella docente empática de la primaria que se las ingeniaba para entender todo y hacer posible lo que parecía difícil de lograr. Y a un médico de los Bomberos, “el doctor Stecchina”.

Cuenta entonces: “Él estaba con sus compañeros esperando la hora de Educación Física. Mi hijo tiene Síndrome de Asperger. Molesta como todos los otros compañeros, como otro chico de 13 años. Ese día, él hablaba como una oveja. Imitaba el balido de una oveja. A uno de los chicos le molestaba que hablara así y le decía que la cortara. Se mete otro compañero de la misma edad y también le dice que la corte. Mi hijo le dice ‘qué te metés vos’ y ahí fue cuando le dio un rodillazo y le reventó el prepucio (el pliegue de piel que cubre el extremo del pene). O sea, uno se puede imaginar la saña con la que se lo hizo para reventarle el prepucio, para dejarlo sangrando; es algo que evidencia mucho odio”.

“Mi hijo es alto y flaquito, los otros dos son corpulentos... pesan dos o tres veces más que mi hijo, un chico que puede molestar, pero que no tiene la capacidad de golpear a otro niño”, explica M., para añadir seguidamente que, tras la agresión, “algunos reían, se burlaban, pero no todos”. Señala que “otros dos compañeros que tuvieron empatía con él; lo veían sangrar y se asustaron muchísimo”.

“Entonces llegó el profesor y mi hijo le pidió auxilio, mientras un muy buen compañero llamó a su mamá, que me avisó a mí. Fui desde la zona rural hacia el Polideportivo. En medio del viaje me llamó el profesor y yo le dije que llamara urgente a los Bomberos. Cuando entramos al baño ya había llegado la ambulancia con el doctor Stecchina y otros dos servidores públicos que estaban de guardia; excelentes todos. Habían llegado 12 minutos antes que yo. También había llegado el papá de mi hijo y el director del colegio, que no se dignó a pedirnos disculpas. Lo mismo que el papá de uno de los agresores, que negaba que su hijo hubiese hecho tal cosa. El papá del otro, al menos, fue algo más empático y quiso acompañarnos”, recuerda.

M. explica que llevaron a su hijo a la Guardia Pediátrica del Hospital Pasteur, “donde la doctora y todo el personal se portaron increíblemente bien”.

“Tanto la doctora como las enfermeras nos explicaron todo el procedimiento que estaban haciendo y que más adelante iba a tener que ir a cirugía. Le dieron dos semanas de reposo absoluto, un mes sin realizar actividad física... y me extendieron un certificado en el que consta ‘Traumatismo genital y de pene’, para que fuese a la Policía a realizar la denuncia. Lo hicimos ese día y ahora el papá estuvo desde las 15 hasta  las 19 haciendo la denuncia judicial. Cuatro horas para contar todo con detalle. La semana que viene tengo que volver a llevarlo para una revisión, para ver que no surja ninguna infección, aunque en estos días parece ser que todo viene bien. Está todo morado en esa parte por el mismo golpe; se le cerró más el prepucio, pero como lo van a tener que operar, se solucionaría”, menciona.   Manifiesta también que cuando fue a llevar el certificado médico, “el director  dijo que es tan bueno ese alumno, que no podía creer que le hubiese hecho eso a nuestro hijo”.

Y agradece por último “la empatía de mamás del grupo, porque a algunos de sus hijos les pasaron cosas con esos mismos chicos”.

 

El Síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo que afecta, especialmente, a la comunicación e interacción social. Este trastorno se incluye dentro de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA).

Quienes lo padece también presentan dificultades en la flexibilidad del pensamiento, pero a diferencia del autismo, se caracterizan por poseer un lenguaje fluido y una capacidad intelectual media e incluso superior a la del resto de la población.

Por otro lado, las personas con un diagnóstico de Síndrome de Asperger suelen tener intereses limitados y preocupaciones inusuales hacia un objeto o actividad particular.

Se desconoce cuáles son las causas de los trastornos del espectro autista, aunque se consideran que existen ciertos factores que predisponen a ello, como:

-Antecedentes familiares.

-Padecer el síndrome del cromosoma X frágil.

-Bebés que nacen antes de las 26 semanas de gestación.

-Ser diagnosticado de síndrome de Rett.

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