Vieja casona ferroviaria estará en manos del colectivo teatral por 50 años

Herejes deja el histórico chalet rumbo a su nueva casa, en el Parque de la Vida

Después de tres años y medio en el chalet Scopinaro, al que levantaron por el esfuerzo y compromiso colectivo, se termina una etapa de incertidumbre, y también de muchos logros y fuerte apuesta por la cultura
jueves, 1 de junio de 2023 · 08:10

El colectivo cultural y artístico Teatro de Herejes transita momentos de mucha emoción, en que se confunden la gran alegría por el logro y por lo que se viene, y la nostalgia por dejar atrás el emblemático chalet de calle San Juan y Lisandro de la Torre, que recuperaron en los últimos tiempos de una manera titánica.

En el mediodía de ayer, el grupo firmó con autoridades municipales un contrato de comodato por 50 años para habitar un viejo espacio ferroviario, ubicado en inmediaciones del Centro Cultural Leonardo Favio, en el Parque de la Vida, que perteneciera a la administración del ferrocarril. Es la casona de avenida Sabattini, entre calles Catamarca y Santa Fe.

Allí se mudará el colectivo teatral. No será de un día para el otro, ya que también allí, como les sucedió en el chalet Scopinaro, hay mucho por hacer para ponerlo en funciones.

Lo realizado en la vieja casona de calle San Juan denota que semejante tarea es posible para las mujeres y los hombres artistas que levantaron de sus ruinas al histórico inmueble y lo erigieron en un verdadero monumento al arte y a la cultura.

“La organización pudo restaurar las cinco plantas del chalet, que está en funcionamiento y con las puertas abiertas. Nos duele muchísimo no poder sostener este espacio, pero no nos quedó otra que migrar este proyecto cultural, que no fue menor”, dijo Andrés Brarda, el referente de Herejes, momentos antes de recibir al intendente Martín Gill y distintos integrantes del Gabinete gubernamental.

“En estos tres años metimos más de 200 funciones y pasaron más de 200 alumnos por año. Hay 15 talleres anuales. Lo que se construyó y lo que se promocionó la cultura es muchísimo desde un sector independiente”, señaló el director de artes escénicas y docente.

Contó que se sienten “felices por lo que viene” y marcó la posibilidad de tener un horizonte “en este momento de incertidumbre” que vivimos como país.

Andrés destacó que el nuevo espacio también es Patrimonio Histórico, como el chalet que dejarán en los próximos meses. Y aceptó que también tendrán que volver “a arremangarse como colectivo, con ese apoyo incondicional de la comunidad para levantarlo y que se siga apostando a la cultura villamariense”.

Dijo que la futura casa es grande como el chalet que dejarán, y recordó que está abandonada. “Va a implicar muchísimo trabajo, hay que poner de nuevo el esfuerzo del colectivo en gestionar para que ese espacio esté en funcionamiento”, declaró.

Subrayó que se encuentra en una muy buena ubicación.

Como el acuerdo es por mucho tiempo -cinco décadas-, valoró que podrán pensarse a futuro las infancias y las adolescencias que son parte del proyecto. “Este es un espacio abierto donde transitan millones de artistas, de elencos locales, regionales, de otras provincias, que vienen al chalet a mostrar su arte”, recordó.

Todavía falta el aval de concejales, que, se descuenta, así será. “Una vez que suceda eso, vamos a ver las planificaciones por partes, hablar con el equipo de arquitectos y con ingenieros para ponernos en marcha lo más pronto posible”, dijo Brarda, quien indicó que en el chalet de calle San Juan pueden estar hasta diciembre.

 

Elogios por todo lo que hicieron

El intendente Martín Gill llegó al Chalet Hereje con varios integrantes de su Gabinete.

Durante la firma del contrato de comodato hablaron Andrés Brarda, el secretario de Educación, Cultura y Promoción de la Ciencia, Rafael Sachetto, y el jefe del Ejecutivo.

Estas son algunas de las principales declaraciones:

Sachetto: “Es un momento importante para la vida cultural de la ciudad. Es el último espacio que queda en el predio ferrourbanístico, entre calles San Juan y Entre Ríos. La casa no estaba en condiciones para habitar. El convenio cede en comodato a la asociación civil con una serie de cargos y compromisos. Es una excelente oportunidad para la ciudad”.

Brarda: “Tenemos emociones encontradas por todo lo que sucedió en el espacio, estamos sumamente felices por lo que se construyó. Venimos trabajando desde hace 9 años, y hace 3 años y medio que estamos en este chalet, que estaba en ruinas, con gente viviendo, sin electricidad, con paredes caídas. Con empatía, y la fuerza colectiva, llevamos 229 funciones en 3 años y medio, han pasado más de 8 mil espectadores y más de 200 alumnos por año.  En Hereje hay todo tipo de religiones e ideologías, pero cuando hay deseo, ganas y fuerza colectiva se logran cosas. Hoy vamos a trabajar de nuevo en otro patrimonio histórico”.

Gill: “La experiencia del grupo no es fácil de replicar en otros lugares, y es producto de lo que somos como ciudad. Cuando comenzaron acá, me pareció una tarea titánica, casi imposible".

"Conocíamos -siguió Gill- cómo estaba, era un edificio muy maltratado internamente por el uso,  quemado,  pintado, rayado. Era un edificio arrodillado. Pasada la pandemia no pude creer lo que vi al recorrerlo: estaba de pie.  Es mucho más que un espacio.

Viendo lo que hicieron acá, no me asusto de lo que harán allá, que es grande y que completa una lógica en el Parque de la Vida”.

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