Colegio Profesional de Kinesiólogos batallan contra el “intrusismo”
Alertan sobre los riesgos de los tratamientos no profesionales
Integrantes de la Regional 1 del Colegio Profesional de Kinesiólogos informaron que ya hay dos denuncias penales contra centros que ofrecen tratamientos que deben ser realizados por un profesional de la salud, pero que terminan haciéndolos personas sin títulos habilitantesDesde un masaje descontracturante hasta la depilación definitiva, deben realizarse por un profesional -entiéndase este término como la persona egresada de una universidad- y no por alguien que, tal vez de buena fe, realiza estas prácticas después de hacer un curso de dos o seis meses.
Para alertar a la población sobre los riesgos que se corren cuando un vecino pone el cuerpo para estas prácticas en manos de alguien que no es profesional, integrantes del Colegio de Kinesiólogos Regional 1, con asiento en Villa María, hablaron con El Diario del tema.
Patricia Rodríguez, vicepresidenta del colegio local e integrante de la Junta provincial, junto a los matriculados Ángel Sánchez y Leandra Domenino, abordaron la problemática que denominan “intrusismo” profesional, es decir, que hay “intrusos” en las tareas que le compete específicamente a los kinesiólogos y fisioterapeutas.
Hablaron de que los problemas que pueden generar en la salud de las personas son graves: desde la diseminación de células malignas por masajes, hasta quemaduras graves por el láser que utilizan en la depilación. Y como no son profesionales de la salud, no se hacen cargo de esos daños.
“Lo primero que hay que decir es que el título de esteticista no existe”, puntualizaron los entrevistados.
“Vemos que en peluquerías o en centros de estética hay gente que no es profesional utilizando, por ejemplo, un Mioap, que es un instrumento para estética y también para rehabilitación, porque fortalece los músculos. El manejo de ese dispositivo lo puede hacer solamente un profesional de salud”, dijeron.
Como ese ejemplo, hay muchos otros: ultrasonido, electroestimulación y el láser que usan para la depilación definitiva. “El médico o el kinesiólogo lo primero que hace antes de utilizar esa aparatología es un diagnóstico, porque no es lo mismo si la persona es diabética, si es celíaca o si tiene un problema cardíaco. Además, para el uso de esa aparatología, es indispensable saber adaptar la frecuencia, acondicionar el consultorio y utilizar todas las medidas de protección. Eso no lo podés hacer en el fondo de una peluquería”, dijeron.
“Y también hay cosas más simples: por ejemplo, una contractura, que no es otra cosa que una patología muscular y como tal, debe ser tratada por un profesional de la salud. Otro ejemplo son los tratamientos posquirúrgicos. Hay que saber hacer un drenaje en función de cada paciente y para eso, nosotros nos formamos por años en una universidad”, plantearon.
Conocen al menos dos casos -aunque ninguno hizo una denuncia formal- en los que hubo secuelas graves. Un tratamiento posquirúrgico en manos de una masajista que terminó en una herida infectada y otro caso, de una mujer a la que le quemaron la vulva tras una depilación con láser.
Gestiones
El Colegio viene trabajando hace tiempo contra el intrusismo. Ya mantuvieron reuniones en la Municipalidad, donde siempre los “recibieron muy bien”; pero, pese a que se hicieron algunas inspecciones y hasta se labraron multas, les informan que no tienen el poder de policía para clausurar esos centros.
También vienen señalando que hay centros de formación que, cobrando jugosas cuotas, ofrecen “una amplia salida laboral”. “La gente tiene derecho a aprender cosas, pero tienen que saber que no son conocimientos que les sirvan para una salida laboral. No se puede remplazar con un curso el conocimiento de una carrera universitaria”, explicaron.
“Y lo que es peor, hasta les dan un número de matrícula, lo que ofrece una apariencia profesional que no existe”, concluyeron.
Dos denuncias penales
Desde el Colegio profesional de Kinesiólogos, con el asesoramiento de dos abogados especialistas en el área, actúan cuando detectan que algún centro promociona prácticas con personas que no son profesionales.
Lo primero que hacen es enviar una nota “de tono amistoso” para informar sobre la situación.
Si no tienen respuesta, van a una notificación, siguen con una carta documento y finalmente, cuando no hay más caminos de diálogo, una denuncia penal.
“En Villa María presentamos dos denuncias penales: una contra un centro médico y otra contra un centro de estética”, puntualizaron.
En la provincia son múltiples las presentaciones judiciales realizadas e incluso, hubo casos en los que la Justicia ordenó allanamientos.
“Lo hacemos no solo para velar por nuestra profesión, sino en resguardo de la salud de la población”, indicaron.