Villa María por la Democracia Plural
Entidades de Derechos Humanos rechazaron la Teoría de los Demonios
Pronunciamiento conjunto a raíz de la embestida en contra de la arremetida en contra de una política de Estado reconocida en el mundo tras el histórico Juicio a las Juntas Militares y los que siguieron por crímenes de lesa humanidadLos Organismos de Derechos Humanos que conforman la Mesa de Derechos Humanos de Villa María, expresamos el repudio y rechazo a la propuesta de reivindicar crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura genocida, invocando la Teoría de los dos Demonios.
En nuestra amada Patria, en muchos momentos de su historia, caímos en la incertidumbre económica y en el pesimismo de no encontrar una salida; entrampados por una deuda externa creada para someternos y enriquecer a grandes empresas.
Los beneficiarios de los créditos espurios son los formadores de precios que tienen capacidad de crear inflación y desempleo, o sea, más pobreza. A ellos debemos sumar los medios de comunicación concentrados -también grandes empresas- que, con total irresponsabilidad, se encargan de mostrar la desesperanza por la falta de utopías y el resentimiento por la imposibilidad del ascenso social.
En muchos países, desarrollados o no, los tiempos de inestabilidad política, económica y social crónica son el caldo de cultivo del racismo, la antipatía hacia los otros, el desprecio a las minorías y la promoción de experimentos irracionales y antiderechos. Los discursos y las posturas sustentadas por el odio, tienen un gran poder aglutinador y de convocatoria, porque despiertan viejos y nuevos prejuicios y suplantan la ausencia de ideologías asentadas en bases racionales.
La larga noche, que se extendió desde 1976 a 1983, tuvo su origen en esas animadversiones, y terminó en la más nefasta afrenta contra la persona de cada compañero o compañera detenida, secuestrada y desaparecida.
Ellos marcaron el camino
Los principios e ideales de libertad, igualdad, solidaridad y justicia, de Eduardo Requena, de Ester Felipe, de Luis Mónaco, de Teodoro Rüedi, de Aldo Apfelbaum, Miguel Ángel Arias, María Marta Badano, José Brizuela, Noemí Francisetti, Elda Francisetti, Alberto Garbiglia, Marta Ledesma, Juan Ledesma, Susana Libedinsky, Víctor Paciaroni, José Oreste Sorzana, María del Carmen Sosa, Eduardo Valverde y María Elena Viola nos muestran el camino, a los que estamos, a los sobrevivientes-detenidos, a los constructores de la Memoria.
Surgen preguntas: ¿cómo hacerlo?, y ¿dónde? La estrategia es la unión pacífica y el lugar es la calle, nuestro escenario natural. Esta es la mejor herramienta para neutralizar los rencores de siempre.
La propuesta de reivindicar crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura genocida, son nada más y nada menos que el intento de imponer a cualquier precio la teoría de los “dos demonios” que está alimentado por el siempre renovado negacionismo. Acciones como la canonización de Larrabure o el descabellado acto en la Legislatura porteña, pretenden reivindicar lo actuado por la dictadura cívico-militar-eclesiástica, empresarial y mediática. También, son la continuidad de una serie de hechos tan repudiables como: las bolsas mortuorias, quema de barbijos, manifestaciones en favor de grandes capitalistas, que tienen una única función: impedir cualquier alianza del pueblo para preservar y conseguir más derechos; además, de apagar y hasta hacer desaparecer a los luchadores sociales o referentes que adhieran a la ampliación de los mimos.
Por eso nos manifestamos y advertimos que la escalada negacionista y la quita de los derechos van de la mano y es la muestra palpable de la forma de gobernar que tiene la derecha para nuestra sociedad.
Hacemos saber nuestra profunda preocupación y advertimos el peligro que significa desconocer lo peor de la metodología y sistemáticas prácticas del terror genocida.