Entrevista a Marcelo Falo, consultor cordobés que viene de trabajar en las campañas presidenciales de Brasil y Uruguay
“En esta elección, la gente no encontró una alternativa confiable”
Luego de formar parte de los equipos de campaña de Lula da Silva y Yamandú Orsi, se encuentra en Honduras, donde habrá elecciones generales el 30 de este mes. Desde allí analizó los resultados del domingo pasado en Argentina“Lo he dicho en la nota anterior con ustedes: las encuestas son una herramienta que hay que tomar con pinzas... Algunas encuestadoras se acercaron más o menos al resultado, otras pifiaron por bastante. La verdad es que creo que ni siquiera el propio Gobierno argentino imaginó el resultado que obtuvo, que fue un respaldo de la gente”, expresó el consultor Marcelo Falo en diálogo con laRadio 90.1 de nuestra Cooperativa Comunicar.
Y agregó enseguida que “la gente sigue teniendo todavía la esperanza más larga de lo que le pesa el sacrificio”.
“El ciudadano sigue pensando que le va a ir mejor pese a todo. Es como decir: ‘Estamos mal, pero todavía hay una luz de esperanza de que nos vaya mejor’. Y a eso se sumó el miedo a volver atrás. ¿Qué es volver atrás? El recuerdo más reciente que la gente tiene de un gobierno distinto que es de Alberto Fernández, que fue un muy mal gobierno”, sostuvo.
Y abundó sobre el particular, al señalar que “si nos ponemos en analistas y en profesores podemos usar palabras más sutiles, pero si nos metemos en la calle y hablamos con la gente, veremos que a todos nos queda la idea de que era un chanta”.
“La gente te va a decir eso, que era un chanta, que chamuyaba, que nos encerró a todos, pero hizo una fiesta en su casa..., es decir, todas estas cosas que ya sabemos, que no son poca cosa cuando la gente analiza qué hacer y se pregunta si vuelve para atrás o sigue para adelante. Y acá la gente claramente dijo, ‘Sigo para adelante’. ¿Estamos bien? No. ¿Estamos mal? Sí. ¿Estamos peor?...”, deslizó quien integró los equipos que trabajaron en las campañas políticas que llevaron a Lula da Silva a la presidencia de Brasil y a Yamandú Orsi a la de Uruguay.
Porcentajes, cifras...
Después de ese análisis inicial, Falo recordó que el Gobierno “ganó la elección con un 40% de los votos, más o menos; ese sería el título de tapa. Pero si desmenuzamos un poco, vemos que La Libertad Avanza sacó 9.300.000 votos. Y en la última elección en la que la gente tuvo que votar Javier Milei había obtenido 14.500.000 millones. Esto quiere decir que hay 5.000.000 de personas que dijeron, ‘Yo esta vez no lo voto’”.
“Son 5.000.000 de personas que antes lo votaron. Ese también es un análisis que no puede dejarse de lado. Si el Gobierno se monta a un carro triunfalista para decir, ‘Bueno, tengo un cheque en blanco, para pasar por arriba a la sociedad nuevamente, para hacer lo que quiero’, me parece que ahí sí se va a llevar una paliza en la siguiente elección, porque el Gobierno debería revisar que hay 5.000.000 de personas que un día metieron la boleta de Milei en la urna y que esta vez no lo votaron o se quedaron en su casa, que creo que fue una gran mayoría, porque el porcentaje de votos fue bajo... o votó para otro lado”, comentó.
Y subrayó que, “sea como sea, Javier Milei tiene 5.000.000 de votos menos que aquella vez que le ganó a Sergio Massa. Y de eso creo que el Gobierno debería tomar nota. Y hacerlo en casi todos los escenarios. En Córdoba, por ejemplo. Todos recordamos el 75% de votos que sacó. Y esta vez fue un 40%, 42%, creo”.
-Todo parece indicar que la gente sigue sin encontrar una alternativa, se le señaló.
-Sí, totalmente. Eso también pasa. Por lo menos en esta elección, la gente no encontró una alternativa confiable. No apareció algo que le despertara entusiasmo.
-¿Tiene una explicación para lo que ocurrió en la Provincia de Buenos Aires? Un cambio tan grande de septiembre a octubre...
-Esta vez, por muy poquito margen, pero ganó La Libertad Avanza. Habrá otros análisis finos que realizar, pero yo creo que son elecciones diferentes, juegan diferentes actores políticos y la gente cada vez tiene más claro lo que vota. Entonces, no se le puede echar la culpa; no se puede decir que la gente votó mal, se confundieron de voto, etcétera. Nadie llevó a punta de pistola a la gente a votar. Entonces, la gente en septiembre votó una cosa y en octubre votó otra. Eso también habla de que la gente es cambiante, cada vez decide el voto más sobre la hora, cada vez está más insegura de qué votar, salvo que tenga mucha claridad y eso suele pasar en las elecciones de cargos ejecutivos, porque el votante sabe que ahí se juegan otras cosas, que no es una banca legislativa, a la que considera menos valiosa que una silla de gobernador o de intendente. En una elección ejecutiva la gente piensa desde antes su voto. No es que todo el mundo lo tenga decidido antes, pero una mayoría sí se decide generalmente antes que en las elecciones parlamentarias, donde hay un desconocimiento mayor, donde no existen las mismas motivaciones y donde la gente siente que puede cometer errores sin que haya grandes catástrofes. Entonces, permite votar con un poco más de libertad, digamos. Y no es así en una elección de gobernador o de intendente o de presidente, en las que la gente se enfoca más para votar.
-¿Tiene alguna explicación sobre esos 5.000.000 de personas que habían votado al presidente en 2023 y no lo hicieron en 2025?
-La gente no está feliz con Milei, solo todavía sigue considerándolo el menos peor o menos peor del que tuvimos antes. Es un punto de pan de comparación inevitable. Entonces, cuidado con relativizar los números. Hago el análisis despojado de lo que personalmente opino de este Gobierno.
-¿Qué es lo que piensa? ¿Cómo lo observa?
-Sinceramente, sigo creyendo que este es un Gobierno irresponsable, que no gobierna para la gente, que gobierna a espaldas de la gente, que toman decisiones que no le sirven a la Argentina, que son excusas que le sirven a algunos pícaros que se aprovechan de gobiernos como estos. Ojo que a eso no solamente lo veo en la Argentina, lo he visto en un montón de países del mundo, en algunos de los cuales tuve oportunidad de trabajar. Y después las consecuencias se pagan. Entonces, por eso, ojalá el Gobierno tome esta victoria en su justa medida y no la sobreestime. Porque si no se va a encontrar con un gran cachetazo en la elección de 2027. Si no acomoda las cargas y si no se da cuenta de que la gente está enojada, está molesta, no apoya todas las políticas... Una cosa es que no quieren que vuelva un Alberto Fernández y otra cosa es que esté contenta con el desfinanciamiento de las universidades, con la quita de fondos para la discapacidad, con la quita de los remedios gratuitos para los viejos, con los insultos todo el tiempo a todo el mundo, con tomar como enemigo al que piensa distinto... La gente no está de acuerdo con esas cosas y lo viene manifestando. Entonces, si el Gobierno no escucha, si el Gobierno pasa de largo y piensa que acá tuvo una victoria contundente, se equivoca porque no fue así. Y creo que Milei y el grupito más estrecho que lo rodea, que son los que toman decisiones, no tienen capacidad para hacer un análisis como el que estoy haciendo. Solamente buscan un poco lo que les conviene en cada momento. Ahora se lo vio al presidente reunido con gobernadores, no porque tenga ganas, porque la verdad que los vivió insultando, diciéndole barbaridades extremas como “degenerados fiscales”, aun a gobernadores que son prolijos en el manejo de las cuentas, como Martín Llaryora. Y lo metió también en la bolsa de los degenerados fiscales. Entonces, ahora los necesita y los llama. No creo que haya un pensamiento genuino de Milei que le permita consultarles cómo creen ellos que se puede hacer que la gente viva mejor. Yo creo que sigue pensando en sus propios laureles, en que está para el Premio Nobel.
Para escuchar la nota completa:
