Explosión - Días después del siniestro, otro relato de las mujeres que vivieron de cerca todo lo sucedido con el gasoducto
Después del shock, miedo y esperanza de tener lo básico
Las habitantes de Los Chaleses contaron que hay familias que tienen miedo al dormir, porque quedaron intranquilas. El viernes le pusieron un tendido de energía eléctrica. Ellos se tienen que conectar. Esperan por los otros serviciosMarina dijo que después de la explosión y cuando todo era miedo y angustia, “no quedaba otra” que abrazarse a los suyos y esperar que pase.
Todas contaron que tuvieron mucho miedo, sobre todo por sus hijos.
Pasaron cuatro tardes desde la siesta en que, en la obra provincial del Arco Sudeste de la Circunvalación, un operario que manejaba una retroexcavadora rompió un ramal del gasoducto que administra Ecogas, lo que derivó en una explosión y en el incendio de las casas cercanas, lo que causó que una familia de cinco personas resultaran quemadas.
Fue el martes 28 de enero cerca de las 4 de la tarde.
Ahora es sábado y acabamos de llegar a este punto, situado bastante detrás del sector densamente poblado de barrio Las Playas, en Los Chaleses y muy cerquita de Villa Albertina. Estamos a poco de la ruta 2 y prolongación de avenida Savio.
Las vecinas que nos encontramos -todas en la puerta de sus hogares- están entre el reponerse del susto que las dejó shockeadas y la espera para que, a lo mejor, a partir de ahora las cosas cambien y tengan los servicios básicos.

La hermana
El sol es abrasador. Antonella está en la vereda, a una cuadra y algo del epicentro del incendio, en el que una de sus hermanas perdió toda la casa, y salvó su vida. Su hermana residía al lado de la vivienda en la que habitaba una familia que terminó muy lesionada, y cuyos integrantes se recuperan en distintos centros de salud.
A una cuadra de Antonella, en la otra calle paralela a la principal, están juntas Marina, Melisa, Fabiana y Dana.
Primero hablamos con Antonella, de 23 años, quien llegó al barrio hace un año, desde el San Nicolás, en donde vivía en la casa del padre. Es ama de casa y niñera.
“Acá es muy tranquilo, sobre todo por los chicos. Mi hermana vino a vivir antes, y por eso me vine”, contó a elDiario.
Esa tranquilidad se vio brutalmente finalizada con la explosión del martes. “Estaba acostada y sentí una explosión grande, salí y tuve una impresión bárbara por el fuego, y miedo por mis hijos sobre todo”, recordó.
Ahora “quedó demasiado miedo, hay familias que no pueden dormir, hay miedo a que pase de vuelta”.
El incidente impactó fuerte en su familia, ya que su hermana y familia se quedó sin casa. Afortunadamente, no sufrieron heridas. “A mi hermana le dijeron que le van a hacer una casa, pero en otro lado”, resaltó.
Quiere que el Estado planifique los servicios básicos en el sector. “Después de lo que pasó, vienen a ayudar al barrio”, contó. No era así hasta entonces.
Vivencias compartidas
A casi una cuadra de Antonella, están cuatro vecinas juntas en la vereda de una casa.
Allí, Marina explicó que hace tres años está en el barrio, desde un 16 de febrero en que llegó con el auto y una carpa y empezaron la construcción de su vivienda. No se fueron más.
Destacaron que les dieron los lotes -en este lugar alejado de la urbe- por convenio municipal, con la promesa de que se iban a efectuar las obras del Renabap, el registro nacional de barrios populares, durante los gobiernos de Martín Gill y Alberto Fernández -en Villa María y en la Nación, respectivamente-, algo que luego no sucedió.
Marina y su familia vivieron ocho meses sin luz. “A 130 metros está el último poste, y los vecinos de Los Chaleses nos dijeron que nos unamos al mismo”, explicó para describir cómo luego tuvieron energía eléctrica.
Construían sus casas con generadores, y con agua que compraban a los camiones de riego. En dos años, levantaron su vivienda.
Las cuatro mujeres no se conocían hasta terminar todas acá, siendo comunidad. Nos contaron que los pobladores trabajan en la construcción, en el transporte, en microemprendimientos. La mayoría de ellas es ama de casa, empleada doméstica o empleada en negocios.
Melisa contó que está estudiando una tecnicatura en la UTN.
Fabiana relató un incendio que ocurrió en el último invierno, que la llevó a tener que empezar de cero.
“Los cables de luz se calientan, y por eso se prendió fuego mi casa a la madrugada. Eran las 3.30 del 6 de julio, no quedó absolutamente nada. Mis hijas salieron por dos ventanales grandes por atrás y nosotros por el costado. No había agua, y con arena no pudimos apagar el fuego”, describió, para completar: “Ahora de nuevo otra tragedia y no había agua”.
Aquella noche, eran 12 las personas en el mismo hogar. Hijos, nietos, la expareja de Fabiana, su hermano del sur. Todos se salvaron. En lo material, “no se salvaron ni los celulares”.
Por ese antecedente, cuando ocurrió esta explosión de fin de enero, ella tuvo “un ataque de nervios”. “No podía calmarme”, nos dijo.
Por su lado, Marina creyó que “se había caído un avión”.
Han pasado varios días. Esa siesta de explosión ha sido un antes y un después. Nos pidieron que no nos olvidemos de ellos. Quieren que, a partir de ahora, se dispongan los recursos para los servicios básicos.
Inmediatamente ocurrido el hecho, el municipio y el Gobierno de la provincia se hicieron presentes con diversas medidas y recursos. Vino una ministra provincial, Laura Jure. El intendente Eduardo Accastello y su equipo recorrió el sector junto con vecinos y ordenó distintas acciones.
Lo que quieren ellas es que la reacción oficial tras la tragedia no sea algo de corto plazo.
“Antes nos mintieron, cuando esto iba a ser el Renabap. Después en la campaña nos dijeron que iban a tenernos en cuenta, pero se olvidaron”, lanzó una de ellas. Piden que no ocurra lo mismo ahora.
“A una cuadra, te quemaba el calor”
Obviamente en una comunidad tan pequeña y con estas particularidades, todos se conocen.
Las mujeres con las que hablamos conocen a la familia que resultó muy herida por la explosión, la de la casa más cercana al lugar del hecho, hoy toda destruida.
“Ella es ama de casa, y él hace changas, lo que salga. Siempre los vimos muy unidos. Una de sus nenitas se salvó porque estaba de un vecino”, contaron sobre la familia lesionada.
Marina, Melisa, Fabiana y Dana vivieron todo a unos metros de la casa del epicentro del drama.
Melisa salió corriendo por las vías, tiene el pie lastimado por esa huida desesperada.
Marina contó que esa siesta, todos los vecinos estaban dentro de sus viviendas, salvo unos pocos que se encontraban debajo de una planta. Hizo particular mención a esa familia, porque una mujer tuvo el instinto de salir a buscar a los nenes. “Siempre andan en la calle y esa siesta los buscó”, recordó impactada. En una de las notas que publicamos la tragedia, reflejamos esa corazonada de una mujer.
“Las casas temblaban. A una cuadra del incendio, te quemaba el calor, había mucho tufo, todas corríamos”, relataron.
“Decían que iba a explotar todo este ramal. Era llorar y abrazar a los tuyos”, expresó Marina. “Mi nena salió a buscar a su perrita”, recordó.
Había desesperación por ayudar a los heridos. “Una de las nenas (de la familia herida) salió corriendo hacia Villa Nueva, desesperada. A uno de los nenes lo tiramos a la pileta, no sabíamos qué hacer. Fue horrible”.
“Ahora hay luz en la calle principal”
Como se sabe, el sector no tiene servicios básicos.
Tras la tragedia, el viernes 31 de enero instalaron un tendido de energía eléctrica.
“Ahora hay luz en la calle principal, y cada vecino tenemos que conectarnos al tendido”, relataron las entrevistadas.
Es el primer servicio básico que llega.
En lo que es agua, explicaron que dependen de “una bomba de tipo riego de cancha, ubicada atrás de un tanque que pusieron para que se tenga agua potable, aunque no sabemos si está limpio”.
En ese sentido, comentaron que desde hace 8 meses reclaman por el agua que sale con arena.
Las mujeres destacaron la necesidad de que no solo se tenga en cuenta la calle principal sino las demás.
“Nos informaron que el 15 de febrero empezarán las obras, y que lo primero que estará son el agua y las cloacas”, resumieron.
El deseo es que la infraestructura se ejecute. Será clave para la mejora sustancial de la calidad de vida de las familias del sector.