UNVM - El escritor argentino/italiano recibió la máxima distinción que otorga la institución por su trayectoria académica y literaria
Designaron a Adrián N. Bravi como “Profesor Honorario”
La ceremonia se llevó a cabo en el Campus de la Universidad Nacional, junto al rector Luis Negretti y el director de Eduvim, Carlos Gazzera, donde Bravi dio una breve conferencia sobre su experiencia de vida entre dos lenguasLa Universidad Nacional de Villa María (UNVM) designó, en la tarde de ayer, a Adrián N. Bravi (escritor académico y bibliotecario argentino e italiano) como “Profesor Honorario”, la máxima distinción que da esta casa de estudios. La ceremonia de entrega de este reconocimiento se realizó en el Aula de Posgrado Malvinas Argentinas, en el edificio C del Campus Universitario, en donde el distinguido Bravi fue acompañado por el rector de la UNVM, Luis Negretti, y el director del sello editorial universitario Eduvim, Carlos Gazzera.
Cabe decir que Bravi, nacido en la Argentina, y quien se fue a vivir a Italia a los 24 años, donde sigue viviendo después de 34 años, es autor de varios libros, ensayos y novelas, en su mayoría escritos en italiano, que no es su lengua materna. Uno de esos libros es “El celo de la lengua”, publicado, precisamente, por Eduvim, donde habla sobre distintos aspectos del lenguaje y lo que le ha tocado vivir entre el español y el idioma “que creó a Italia”.
“La persona distinguida es la que, a su vez, distingue con su aceptación a la universidad. Esta es otorgada por la máxima autoridad de esta institución, que no es el rector, sino el Consejo Superior. Y esta comunidad universitaria, de forma plena, unánime y democrática, ha decidido otorgar nuestra máxima distinción, la de ‘Profesor Honorario’, a Adrián N. Bravi”, señaló Negretti.
Sobre el distinguido, el rector expresó que “estamos especialmente agradecidos con Adrián por aceptar esta distinción, en nombre de toda la universidad”.
Por su parte, Gazzera fue encargado de pronunciar una “laudatio” (el elogio académico) y, entre otras cosas, señaló: “Adrián Bravi es un autor singular, y no porque haya nacido en Argentina y haya escrito muchas de sus obras en italiano, sino porque ha convertido la extranjería en una forma de escritura, y esta es una forma de ejercicio de hospitalidad lingüística. Su obra es frondosa, múltiple y rigurosa, traducida a varios idiomas y distinguida con importantes premios internacionales”, señaló.
Y añadió que, más allá de esto, lo que se reconoce es “la potencia ética y estética de su mirada”, y recordó que Eduvim publicó su obra, “El celo de la lengua”, “cuyo capítulo que lleva el mismo nombre fue escrito en Córdoba, donde cuenta la anécdota de un calabrés que habla el italiano con tonada cordobesa”.
Palabras de Bravi
Adrián Bravi, a su turno, además de agradecer el reconocimiento y la alegría que le provoca, habló sobre lo que ha significado para él nacer en Argentina y luego irse a vivir a Italia muy joven, donde reside hace tanto tiempo, y cómo le ha afectado y beneficiado navegar la vida entre dos lenguas.
“Cuando pienso en nuestra relación con el lenguaje como cuerpos en el agua, me viene a la mente esa anécdota supercitada de David Foster Wallace, que cuenta que había dos peces juntos nadando cuando, de repente, se topan con un pez viejo que les dice ‘buen día, muchachos, ¿cómo está el agua?’ Los peces siguieron nadando hasta que uno le preguntó al otro ¿qué es el agua?”, contó Bravi, quien confesó que desde hace mucho tiempo no habla el castellano, y que cuando escribe en ambos idiomas necesita que se los corrijan “porque es como si, a veces, ya no tuviera una lengua propia”.
Y añadió que “a veces estamos tan sumergidos en el lenguaje que no nos damos cuenta de que no solo hablamos una determinada lengua, sino que interpretamos el mundo a la luz de una lengua. Podríamos decir que la realidad misma es un tejido de significantes: articulamos nuestra experiencia del lenguaje en una gramática que determina, inevitablemente, la estructura de nuestro pensamiento. Nuestro razonamiento se ajusta a este orden gramatical. A veces, no solo tenemos que pensar la lengua como un cuerpo gramatical, sino como una hermenéutica del mundo”.
“Es muy interesante cómo uno puede, a través de una lengua, sentir e interpretar la realidad. Son varios libros que yo escribí, pero en todos ellos está ese desarraigamiento de un territorio, el de vivir entre lenguas y entre lugares distintos, que no nos pertenecen del todo”, dijo.
Así, después de su más que profunda e interesante alocución, Bravi dio nuevamente las gracias a las autoridades y, visiblemente emocionado, saludó a todos los presentes.
Estuvieron también en esta ceremonia la decana del Instituto de Ciencias Humanas, Daniela Dubois, la secretaria de Bienestar de la UNVM, Marcela Pozzi Vierya, la secretaria técnica de Humanas, Silvia Paredes, estudiantes, docentes, nodocentes y otros invitados.