Mariela Mattalia - Una bioquímica originaria de Etruria, pero que este año cumple 32 años ejerciendo felizmente su profesión en Villa María
“Haría lo mismo otra vez”
Cuenta emocionada lo que significó elegir esta profesión, a la que considera toda su vida, junto a su familia, colegas y pacientes. Para ella, trabajar en esto es todo lo que está bien, y destaca la unión que se ha logrado con todos sus colegas hoy en díaMariela Mattalia vio la luz en Etruria, a 60 kilómetros al sur de Villa María, donde vive todavía gran parte de su familia. Sin embargo, ella, tras estudiar la carrera en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), de casarse, comenzar una familia en la capital provincial e iniciar su trabajo profesional ahí, terminó al poco tiempo acá. Pero que sea ella que cuente qué fue lo que la motivó a estudiar para ser bioquímica:
“No sé muy bien por qué exactamente me decidí a estudiar para a ser bioquímica, la verdad. Aunque me gustaba la profesión, era como que me veía siendo eso, y aunque a mi mamá le daba un poco de miedo que me fuera a Córdoba a estudiar, el apoyo de mi papá fue fundamental, y me fui nomás”, expresó Mattalia.
Se recibió en el 92 y comenzó a trabajar en el Hospital Infantil de Córdoba capital, “donde comencé a agarrar experiencia, a la par de estar también ejerciendo en dos laboratorios privados, en el Sanatorio Sobremonte y en el Instituto de Especialidades Pediátricas, y fueron días muy intensos, con una amplia jornada laboral”.
“Pero un día, cuando me dan el título, que viajó mi familia a la ceremonia, y una de mis sobrinas no se sentía bien y de regreso pasaron a que la viera su pediatra, el reconocido doctor Mario Pagliero, y como ellos le contaron de dónde venían, él les dijo que precisamente estaba buscando una bioquímica. Y me vine nomás”, detalló.
Una nueva vida
Fue así que Mariela se vino a Villa María y su marido la alcanzó a los pocos meses, y de eso se cumplen 32 años “el 17 de agosto próximo, y durante todo este tiempo tengo el laboratorio abierto acá, en el consultorio del Dr. Pagliero, un espacio que es mío, pero donde trabajo a la par de él, y también de la ginecóloga Ximena Salezzi”.
“Sobre mi carrera tengo que decir que estoy sumamente agradecida, es una profesión hermosa y la volvería a elegir siempre. Además, siempre trabajé, salvo ese año que estuve en Córdoba, en el mismo lugar, acá, y no me imagino trabajando en otros laboratorios que no sea este, el mío, y junto a las mismas personas, con quienes a través de tanto tiempo de trabajo he generado muchos lazos, con todos lo que trabajan con el espacio, ni se digan los pacientes; para mí, somos como una gran familia”, indicó.
Recordó que tiene pacientes que los tuvo desde muy niños y ahora vienen ya siendo papás, “y me siguen eligiendo, y como que te pone la piel de gallina y da mucha emoción, porque para mí es la vida misma mi trabajo como bioquímica y todo lo que a través de ella he vivido”.
“De verdad, me siento una agradecida a la vida, a Dios, a mi familia, a mis tres hijas. Y puedo afirmar que de la profesión me gusta todo, la verdad, tanto el laboratorio como el trato con los pacientes, y lo demás, porque yo soy la que hace todo acá, la que saca sangre, la que hace la facturación, los análisis, y tengo todo muy organizado. Nada de lo que hago lo hago con fastidio, me encanta hacer -y ser- esto a lo que decidí dedicarme. Yo atiendo adultos y niños, tanto de Pagliero como de Salezzi, y de otros médicos de afuera de este espacio. Y hago servicio a domicilio, que a muchas personas les viene bien, sobre todo porque o están enfermas o les es difícil trasladarse”, detalló.
Actualidad del sector
Consultada sobre su visión de esta área fundamental del sector de la salud, dice que “esta es profesión, que tiempo atrás estuvo muy desvalorizada, y sin embargo es muy importante, porque el médico nos necesita para hacer el diagnóstico, ellos dependen mucho del laboratorio; pero bueno, gracias a las redes sociales, a la emergencia que vivimos en pandemia y que nos puso al frente de la escena, pudimos hacer un buen grupo, fuerte, entre los bioquímicos de Villa María y la zona, uniéndonos mucho”.
“Obviamente, la situación económica nos está pegando, y ahora estamos luchando para que también se revalorice la profesión desde el punto de vista económico. Por suerte se ha revertido un poco el pago a tres meses, pero seguimos gestionando con las mutuales y obras sociales para que eso cambie definitivamente”, destacó.¡
“Le envío un saludo fraternal a todos mis colegas y, como dice un refrán muy conocido, “la unión hace la fuerza”, por lo que insto a que sigamos en esta fuerte unión para defendernos unos a otros, porque acá no somos competencia, sino colegas, cada uno dando su buen servicio, y ahí está la clave, porque los pacientes no se nos van, sino que a veces los perdemos cuando falla la atención. Lo humano es lo más importante”.