Cartas - Opiniones - Debate - “Nacido para morir”

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El cruel asesinato de León, un bebé de un año y medio, a manos de su padrastro y presuntamente de su propia madre en carácter de cómplice necesario, suscitó en esta lectora de El Diario motivos para expresarse

Escribe: ?Magíster María T. Magi / Para El Diario

?Estoy escribiendo estas líneas en un estado emocional intenso mezcla de bronca y de dolor provocado por una noticia que viene ocupando importantes espacios en varios canales: el cruel asesinato de un bebé de un año y medio de edad a manos de su padrastro y presuntamente de su propia madre en carácter de cómplice necesario, carátula que puede ser cambiada a homicidio agravado por el vínculo según avance la investigación. En la autopsia se determinó que el bebé tenía en su pequeño cuerpo incrustada una aguja de coser y otras lesiones que datan de hace más de un año o sea que los maltratos comenzaron prácticamente a poco de nacer. Lo que narraron en la entrevista que les hiciera el periodista de C5N a las tías del pequeño sobre los maltratos a que era sometido es algo que no desentonaría en una crónica de la Gestapo de Hitler o de los nefastos experimentos que llevaba a cabo con seres humanos, sobre todo niños, el horrorífico doctor Mengele.

Para que todo esto salga a la luz ¿era necesaria la muerte del bebé a manos de sus torturadores? ¿No se podría haber hecho algo para evitar este desenlace y, tan importante como esto, para ahorrarle sufrimientos a esta indefensa criatura que en su corta vida no conoció la caricia de una madre amorosa ni el calor de una mano que acaricia, ni el beso de unos labios que transmiten amor? Las tías dan testimonio de su peregrinación a distintas comisarías denunciando estos hechos (una de ellas por lo menos vive en la planta baja de la casa en que se cometieron los ilícitos) y los numerosos llamados a la Policía cuando alguno de ellos estaba en curso, los que se encontraron con el desinterés, la apatía y la falta de acción de quienes deberían haber tomado inmediatas cartas en el asunto.

El femicidio es uno de los más comunes delitos cometidos en el país, las estadísticas así lo señalan. Ha habido importantes manifestaciones pidiendo por justicia y el “Ni una menos” ya se ha convertido en un lema sostenido por gran parte de la población. Y es justo que así sea. Pero ¿por qué no existe la misma visibilización de este azote que es la masacre de nuestros niños? ¿Por qué es la Justicia tan remisa en actuar en estos casos? La necesidad de una reforma judicial inmediata, que ponga el sistema al servicio de toda la gente y que actúe con determinación y celeridad es más que evidente. La acción inmediata es de vital importancia en casos como el de León porque, es de preguntarse, ¿cuánto tiempo puede aguantar el cuerpecito de los niños, especialmente el de los bebés, las terribles agresiones a las que son sometidos sin que se produzca el desenlace fatal? Es éste un grito desesperado para despertar conciencia sobre este problema, para que por favor alguien haga algo para proteger a estos seres indefensos. Basta de indiferencia, de apatía, de mirar para otro lado. León, descansa en paz, bebé. Acaso la muerte sea más bondadosa de lo que fue la vida para vos.

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