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Una vecina del barrio Villa Albertina envió a El Diario una carta destinada al intendente, Martín Gill. A continuación, el escrito:

Desde hace aproximadamente seis meses, y con mucho esfuerzo, remodelamos casi por completo nuestra casa, y nos mudamos al “viejo” Barrio Villa Albertina, ubicado entre ruta 9 y ruta 2.

Parece poco tiempo para escribir esta carta, pero mi marido, conoce el barrio desde hace aproximadamente 30 años, ya que esta casa en la que vivimos nosotros ahora, fue la casa en la que él vivió y creció, parte de su niñez.

En estos años, lamentablemente, el barrio no ha contado con ninguna mejora, y es por esto que me veo en la obligación y con la necesidad imperiosa, de hacerle llegar nuestros reclamos.

Somos un barrio compuesto por más de 50 familias, adultos, jóvenes, niños y niñas a las que, en principio, ni siquiera pasaron a censar el día 18 de mayo, ni por supuesto, los días subsiguientes.

Familias que viven en el barrio hace más de 40 años, acusan y reclaman tener pago el cordón cuneta, pero el mismo, por supuesto, al día de la fecha, es inexistente. Lo mismo, que con el asfalto, claramente.

Las calles del barrio, son de tierra, claro está. Nunca pasa el camión regador, y los días de lluvia se generan lagunas, que perduran más de una semana, en los cuales el sol, seguramente ya brilla nuevamente. Esto obstaculiza, el poder transitar por las calles del barrio, que de por sí son pocas, pero cero mantenidas.

Convivimos a diario, con muchísimos camiones y camioneros que estacionan sus vehículos sin respetar las entradas de las casas, la velocidad de circulación, cuestiones de higiene y salubridad, debido a algunos “deshechos”, un tanto particulares, que arrojan sin ninguna consideración, directamente en las veredas de nuestras casas.

Esperar el colectivo, en nuestro barrio, es en principio, bajo nuestro propio riesgo, ya que las únicas dos líneas que pasan H y H1, con una demora de 45 minutos entre una y otra, no ingresan al barrio. Las únicas “paradas” son a la vera de la ruta 9, sin ninguna protección, garita o resguardo que nos ampare.

Sería de suma importancia, por nuestra seguridad, que los colectivos ingresaran al barrio, ya que, como mencionaba anteriormente, el mismo no cuenta con más de cuatro cuadras, pero nos evitaríamos el riesgo de bajar y subir a la vera de la ruta, cruzar la misma para dirigirnos a lo que, en teoría, sería la parada.

Vivimos a escasos metros de la estación de EPEC, pero, paradójicamente, desde la misma, hasta el cruce con ruta 2 la iluminación, no existe. Lo mismo pasa dentro del barrio.

Como verá, señor intendente, nuestras solicitudes y reclamos, son muchos y necesarios para un buen vivir, y para que, como usted bien dice en otras obras más nuevas y que sí avanzan, hacen que Villa Maria esté, cada día, más linda.

Nuestro barrio Villa Albertina y  nuestras familias, pertenecen a Villa María y lo que reclamamos, hace a nuestra calidad de vida, algo que también usted pregona.

Le pedimos, por favor, se haga eco de nuestros reclamos y esperamos una pronta respuesta.

Carolina Sosa.

DNI 34.601.959