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Críticas a la Justicia local

Con el título de “La Justicia de Villa María: un ejemplo de clasismo y patriarcado”, desde la agrupación “Juntas y a la Izquierda” enviaron una nota a elDiario a fin de expresar su cuestionamiento por la condena a dos mujeres por “comercialización y tenencia de estupefacientes”.

El texto de la nota es el siguiente: “El 25 de noviembre de 2024, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se llevó a cabo un juicio en la ciudad de Villa María, que puso de manifiesto la injusticia y la discriminación que enfrentan las mujeres en el sistema judicial argentino. Carlina Sosa y Wanda Romero, dos mujeres con historias de lucha y resistencia en sus proyectos de vida, fueron condenadas por posesión de drogas para consumo personal, y una de ellas, por cuasi narcomenudeo, tomando en cuenta que las palabras de ellas, que son las protagonistas de los hechos, nunca fueron escuchadas.

El día del allanamiento, la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) y su mal accionar sabían que Wanda no se encontraba en la casa. Ella llegó luego, al salir de su trabajo, pero cuando redactan el acta del procedimiento ponen lo contrario, como si ella ya estuviera allí (mal procedimiento).

La condena de Carlina y Wanda es un claro ejemplo de la Justicia clasista y patriarcal que impera en nuestro país, esto se debe a que los fiscales y los jueces son elegidos por el poder político.

La falta de programas de recuperación y apoyo para jóvenes como Wanda -de 20 años, quien no terminó el secundario y necesita atención psicológica- es un indicador de la decadencia del sistema judicial de Villa María.

Mucho castigo por ser mujer, joven, pobre y por fumar un porro, pero nada para reinsertar socialmente a quien se juzga.

Entonces, Wanda fue un número al mérito de fiscales verborrágicos, que ya no saben qué hacer para seguir en sus cargos y currando con eso como si fueran intocables. Se la juegan a la moral de la gente como si fuéramos ignorantes.

Sobre Carlina, quien es criminalizada por ser mujer pobre y madre de siete hijos, hay que decir que también le toca sufrir su patología de base, diabetes tipo II. Esto es preocupante.

La falta de acceso a tratamiento médico adecuado en el sistema penitenciario es un claro ejemplo de la violación de los derechos humanos.

Exigimos la absolución de Wanda Romero y revisión de la condena; además, pedimos que pueda acceder a la salud, educación y a salidas transitorias para trabajar, llevar a su hijo a jardín de 4 años, que es obligatorio, y visitar a su madre.

Para Carlina Sosa, exigimos la liberación en la reconsideración de la presentación de casación. Es hora de que la Justicia argentina deje de ser un instrumento de opresión y discriminación para nosotras y se convierta en un sistema justo y equitativo para todas las personas.

Wanda y Carlina fueron las protagonistas de los hechos porque solo importó la palabra de un fiscal que ha demostrado estar en contra de la lucha de las mujeres de Villa María y que viene dejando precedentes, como la jueza Edith Lezama de Pereyra, que ya fue cuestionada por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) en cuanto a la perspectiva de género en un caso de acoso sexual.

Entonces es cuando muchas nos preguntamos: “¿y la perspectiva de género?”.

Finalizan la nota planteando la propuesta de la organización: que jueces y fiscales sean elegidos por el voto popular.

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