Gabriel Suárez

“Necesitamos una sociedad que se conmueva, es la clave para ser mejores”

Escribe Nancy Musa DE NUESTRA REDACCION

Nació en Córdoba, el 21 de enero de 1973. Licenciado en Administración, tiene dos carreras de posgrado: en Administración Pública y en Desarrollo. Casado, dos hijos. En la década del 90, comenzó a participar de organizaciones sociales. En 2003 adhirió al proyecto encabezado por Néstor Kirchner. En 1997, ingresó como docente a la Universidad Nacional de Córdoba. Trabajando para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de 2004 a 2009, llevó a cabo un programa de asesoramiento en el ámbito del Ministerio de Trabajo de la Nación. Fue coordinador de la economía social en Córdoba y director de Agricultura familiar de la Provincia. En 2007 empezó su tarea en la Escuela de Gobierno de la UNVM.  Es coordinador de la carrera Desarrollo local y regional. Secretario de Investigación y Extensión. Es candidato a Decano del Instituto de Ciencias Sociales de la UNVM

 

Tiene un perfil dialoguista, inclinado a la tarea en equipo y considerando claves la colaboración y la solidaridad para que una sociedad avance. Está convencido de que las entidades públicas, como las universidades, deben pensar en generar una conciencia tendiente a impedir que se naturalice el mercantilismo, la individualización y la fragmentación social.

Gabriel Suárez se muestra como un académico alegre, defensor de la educación pública gratuita, interesado en los desafíos, estudioso de los procesos históricos en el ámbito de la economía, la producción y el trabajo. Considera que trabajo y educación son dimensiones elementales para una sociedad mejor.

Forma parte de la línea encabezada por el rector de la UNVM Luis Negretti que va por su relección y en esta etapa está en la lista “Integración”, postulado para conducir el Instituto de Ciencias Sociales.

 

-¿Cómo estás viviendo este nuevo desafío de ser candidato a decano del Instituto de Ciencias Sociales?

-Lo estoy viviendo con mucha alegría. Con alguna ansiedad en cuanto a pensar los nuevos desafíos que están por venir y que decidimos en el proyecto político, lo nuestro es una construcción colectiva. Somos varios los que podríamos asumir las posibilidades de conducir un Decanato, después de varias charlas, viendo lo que podía aportar uno u otro, el momento histórico de la institución, la vocación, las ganas, y charlando con los distintos miembros, con la comunidad, salió la posibilidad de mi candidatura. Y es un desafío muy lindo.

 

-Hablaste del momento histórico, ¿qué definición le das a este proceso?

-Sociales y el proyecto político de la universidad viene gestionando desde hace algunos años. Hace diez años la universidad estaba disfrutando sus primeros graduados, estaba disfrutando a graduados que empezaban a ser docentes en la universidad.

Diez años atrás, ya estaban los primeros resultados de la creación de la UNVM, los primeros anhelos cumplidos.

Luego, la decisión fue hacerla crecer a la universidad y en estos últimos cuatro años logramos tener revistas propias, científicas, tenemos equipos de investigación, tenemos la posibilidad de pensar una unidad ejecutora del Conicet.

 

-¿Capitalizando logros?

-Sí. Estamos con un montón de otros resultados, en la que me tocó ser partícipe, con un equipo conducido por Eli (Theiler) y por eso digo que es un momento histórico para continuar este proyecto.

Nosotros creemos en la universidad pública, gratuita, con justicia social, inclusión y eso se tiene que traducir en resultados concretos.

Y los resultados concretos están en que el 90% de los graduados son primera generación de profesionales en su familia. Y después, hemos logrado que Villa María sea un lugar de encuentro de las ciencias sociales, eso nos propusimos.

Y han pasado muchas personalidades, muchos académicos. Hoy tenemos 65 equipos de investigación, estamos cerca de doscientos profesores que investigan, tenemos doctorados.

Se está consolidando lo que pretendíamos.

 

-En el balance del congreso de sociales que realizaron ¿qué rescata como lo más positivo?

-Una demostración de una comunidad académica que ha crecido, que se ha consolidado. Hicimos un congreso en tres sedes, cinco días a la semana, con diecisiete conferencistas, quinientas noventa ponencias, eso implica un montón de trabajo que no se puede hacer entre dos o tres personas. Tuvimos ciento quince docentes coordinando mesas. Los conferencistas fueron atendidos por nosotros, docentes y no docentes. Y se sintieron atendidos y sienten que hay algo que está bueno en venir en Villa María.

 

-Los equipos de investigación ¿en qué materia están profundizando?

-Hay distintas disciplinas, distintas temáticas, por ejemplo, cuestiones de seguridad, infancia y juventud, las nuevas conflictividades, los temas de desigualdad, el mundo de la producción y la economía, tenemos estudios sobre el trabajo, la conflictividad laboral, el futuro del trabajo, los nuevos requerimientos que va a tener el sistema productivo dentro de diez o quince años.

 

-El tema del desempleo ¿se siente el impacto en nuestra región?

-En las grandes urbes se siente más fuerte, pero ya se empieza a sentir en regiones como la nuestra. Ya se siente, la disminución de producción, de cierres y el desempleo.

El tema de la desocupación empieza a preocupar, se ve el aumento del índice de desempleo y también empieza a preocupar el aumento de la precarización laboral, que implica menores sueldos, que implica pasar de un empleo formal al autoempleo, que es lo que estamos viviendo ahora.

El mundo del trabajo no es solo desempleo, sino también es precariedad y eso es lo que estamos viendo fuertemente.

 

-De acuerdo a tu punto de vista, ¿es necesaria una reforma laboral?

-Si uno piensa en la evolución del trabajo en el último siglo en Argentina, podemos decir que hasta el año 70, la discusión se dio por los derechos laborales, y después de la dictadura tan sangrienta, lo que comenzamos a ver son problemas de desempleo e informalidad.

Que se dispara en los 90, con una primera reforma laboral que llega con el argumento de que el problema de la generación de empleo eran las rigideces laborales. El resultado de esto, es la crisis de 2001.

Altísimo desempleo, altísimo subempleo, y altísima precariedad laboral después de haber sufrido una reforma que disminuyó los derechos laborales.

Vos que viviste desde 2003 a 2015, viste que bajó el desempleo, bajó la informalidad a partir de mayor regulación.

Por eso, discutir la reforma laboral no tiene nada que ver con la generación de empleo, tiene que ver con el modelo productivo que tiene el país.

 

-Vos estás especializado en administración pública ¿qué opinión tenés sobre las medidas económicas que se han tomado a nivel nacional?

-Lo que han hecho es dar prioridad a los sectores financieros, a los sectores extractivos que van en detrimento de la producción de trabajo.  El gran problema de las medidas es que van en contra del trabajo.

Y el trabajo es el integrador social, es lo que le permite crecer a los pueblos.

Las medidas económicas tienen que ver con un modelo que ya ha demostrado que ha fracasado. Es un modelo que trata de poner eje en la individualización de los sujetos.

Es un modelo que fragmenta a la sociedad, excluye a parte de la sociedad y le pone en valor la individualización, esa mentira que para mí es la meritocracia.

Porque no hay ciertos méritos y sí hay muchos esfuerzos de las personas que están excluidas. El concepto de mérito está lejos del concepto de esfuerzo.

 

-En síntesis ¿siempre se sacrifican los mismos para que los méritos se lo lleven otros?

-Creo que se llevan los réditos, no sé si son méritos.

 

-¿Qué nos pasa como sociedad para estar tan fragmentados?

-Cuando uno piensa la universidad, o trabajar en su espacio, uno piensa la gestión de lo público en consonancia con los procesos que vive la sociedad y en algunos momentos tenemos que poner las entidades públicas en resistir ese proceso.

Cuando uno ve la fragmentación de la sociedad y la individualización de los sujetos, lo que tenemos que hacer es cambiar la posibilidad de que ese proceso siga avanzando.

Pensar en lo colaborativo, generar una sociedad de mayor colectivización.

 

-Contribuir a una sociedad más solidaria...

-Cuando uno estudia a algunos autores, ve que las trayectorias de colaboración y colectivización son claves. Nuestras propuestas tienen que ver con eso.

Cuando uno mira los procesos, el de los 90 que nos llevó a 2001, son procesos de gran mercantilización, de gran individualismo. Esto ya lo vivimos, cuando las relaciones sociales se mercantilizaban y llegamos a una crisis muy grande.

Y lo que estamos viviendo ahora, es otra vez naturalizar la mercantilización y debemos llamar la atención sobre esto. Porque una sociedad tiene que ver con la producción y el intercambio, pero también con lo colectivo y lo solidario.

 

-Me dijiste que no te enojás nunca, pero que te molesta la indiferencia ante la desigualdad.

-La indiferencia, realmente, me molesta. Me parece que permite que los procesos de desigualdad y exclusión avancen. Y la indiferencia, también, desperdicia oportunidades.

Si me enoja algo, es cuando las oportunidades las dejamos pasar y también me enoja esa actitud indiferente ante situaciones de injusticia y desigualdad y no los conmueve. Necesitamos una sociedad que se conmueva, es la clave para ser mejores.

 

-Empezaste la militancia en organizaciones sociales ¿qué te motivó a participar en las ONG?

-Terminé la carrera Administración y es una carrera que desemboca en trabajar en el mundo empresario. Claramente, no me encontré disfrutando de esas actividades. Empecé trabajando en algunas empresas, me dediqué en ese momento a formular proyectos de inversión y después hice un año de Filosofía y enganché la Maestría en Administración Pública.

Ahí me encontré con lo público de frente, a fines de la década del 90, y fue un momento de aumento de la desigualdad y de las injusticias.

Eso me llevó a trabajar en organizaciones de desarrollo en Córdoba, en temas como el microemprendimiento. Y pensar estrategias para la producción y el trabajo.

 

-Esa etapa de crisis desembocó en las empresas recuperadas, en cooperativas de trabajo.

-Sí, empezaron a tener fuerza las empresas recuperadas, comenzaron los emprendimientos en pequeña escala y después a partir de 2004 fui parte de un programa de la OIT que asesoraba al Ministerio de Trabajo de la Nación. Ahí estuve cinco años totalmente metido con lo que fue la política de empleo del gobierno de 2003 a 2007.

 

-El gobierno de Néstor Kirchner...

-Sí. El gobierno de Néstor, y ahí me atrapó el Estado, el Estado que tenga como eje central el trabajo, fue una bisagra muy fuerte en mi vida.

Y me di cuenta de que yo quería estar ahí, dar mis mejores esfuerzos en ese tipo de políticas. A pensar que lo público tenía que estar en función de lo que requiere la población, que es trabajo y educación. La educación la encontré en 1997 para no dejarla.

 

-Hablemos de tu familia

-Mi padre es médico, mi madre no terminó la universidad, le faltan algunas materias. Mi padre se fue a hacer la especialización en Buenos Aires, neurocirujano, y ella dejó su carrera para seguirlo y fue y volvió en ser ama de casa, criar los hijos trabajar. Tengo dos hermanos, soy el más chico. Mi hermano es abogado, mi hermana es psicóloga.

 

-¿Eras un niño tranquilo?

-Sí, siempre fui tranquilo, alegre. Y siempre fui muy deportista. Desde los 5, 6 años siempre practiqué deportes. Fue uno de los ejes centrales de mi vida, el deporte.

A veces uno descarga cuestiones en correr, divertirte. Y siempre hice deporte en equipo.

 

-¿Qué deportes?

-Jugué al vóley, al básquet.  Y elegí el vóley porque mis amigos jugaban al vóley y lo prioricé al básquet.

 

-¿En qué barrio creciste?

-Yo nací en Alto Alberdi y me crié en Urca.

 

-¿Tus padres tuvieron algo que ver con la política?

-Somos de una familia politizada. Por el lado materno, muy peronistas. Hace poco, cuando murió mi abuela materna, encontramos con mi hermano, el carné de afiliación de mi abuela al Partido Justicialista en 1949.

Por el lado paterno son radicales.

 

-¿Creciste entre dos fuegos?

-Entre los dos fuegos. Pasa que teníamos más relación con el lado materno, porque la familia de mi padre era de Totoral y no nos juntábamos todos los domingos (risas).

Mi padre no tuvo mucha militancia, pero le gusta hablar de política. Es un tipo muy profesional, dedicó su vida a ser un buen cirujano y lo fue. Ahora está jubilado.

Nosotros hemos mamado la responsabilidad con nuestra profesión, a través de él.

-¿Por qué estudiaste Administración, estabas seguro o tenías dudas con alguna otra profesión?

-Administración y Filosofía eran mis dudas. Me gusta mucho leer, pero a los 17 años uno no puede elegir una vocación, creo que la verdadera vocación va a aparecer entrados los veinte años. Es lo que me pasó a mí y lo que veo en la cotidianeidad.

 

-¿Tenías algún sueño en especial?

-Hubiera querido ser deportista, seguramente estaba en mi imaginación. Y creo que soy muy busca, y no tengo objetivos planteados diez años antes (risas). Hice mi carrera buscando disfrutar, ser útil y sentirme cómodo con otros. Me parece muy importante el construir en lo colectivo y que de ese colectivo fluyan buenos resultados, pero también que fluya la afectividad y la buena energía en el grupo.

 

-Tu incursión en el ámbito gubernamental fue con el exministro Carlos Tomada ¿qué te atrapó de ese modelo?

-Me atrapó el poder hacer en el territorio. Nosotros trabajamos así y así llego a Villa María, porque me tocó asesorar en la implementación de políticas en los gobiernos locales.

Llego a Villa María para trabajar con el Ministerio de Trabajo de la Nación y el municipio un programa que se llamaba “Más y mejor empleo”.

Y me atrapó esa posibilidad, esa idea de comunidad organizada que tiene el peronismo, esa política de generar diálogos entre los actores territoriales.

 

-¿Qué recuerdos tenés de Néstor Kirchner?

-Tengo el recuerdo de su primer discurso, de esa salida a encontrarse con la gente. Y tengo el recuerdo de 2010, en el Bicentenario, que estuve ahí en el festejo. Estuve todos esos días, yo trabajaba en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

Néstor era un dirigente de alta lucidez, que puso al país a producir de nuevo, con una brillantez. Y tenía esa capacidad de movilizar para lograr una superación en un momento muy malo que vivía el país, me parece que pocos lo podían hacer.

 

-¿Qué fue lo más importante para vos, de lo realizado en los doce años del gobierno anterior?

-Me parece que focalizar políticas en el ámbito del trabajo fue muy importante y las políticas de Memoria, con los derechos humanos, son muy importantes para un pueblo.

Entender los procesos históricos con la memoria y entender que el trabajo es el articulador social, son dos hechos para poner en valor.

 

-¿Te sorprendió la fórmula Fernández-Fernández?

-Sí, por supuesto que me sorprendió. Pero, tengo que ser sincero, una persona que trajimos a un congreso, nos dijo en una charla en 2017 que “por cómo estaba Cristina, era posible que sea candidata a vice”.

Yo no lo quise creer, en ese momento. Pero la fórmula me sorprendió y se ve la alta capacidad política que tiene Cristina para tomar la iniciativa.

 

-¿Lo viste venir a Alberto candidato?

-No, para nada. Nunca me lo hubiera imaginado.

 

-¿Qué expectativas tenés para el futuro en el ámbito nacional?

-Si hay una continuidad de lo que está pasando, creo que vamos a tener cada vez más dificultades. Hemos tratado estos años de no decaer, hemos trabajado muy bien con la provincia que consideró que las universidades podían aportarle, pero de seguir estas políticas creo que va a ser muy malo para la educación pública.

Y si hay un cambio de gobierno, tengo expectativas que la educación va a ser un eje central. Creo que hay una expectativa de cambio.

Pero, pienso que el sistema educativo es fuerte, es un sistema que se abroquela y se sabe defender.

 

-El principal ataque al gobierno anterior pasa por la corrupción ¿qué pensás al respecto?

-Creo que hay que trabajar en pos de mayor transparencia, pero no creo que la discusión política pase por la corrupción. Me parece que los que gobiernan y los que gobernaron tienen vínculos con un sistema que es muy complejo y hay que repensarlo porque tiene cuestiones corruptas. El financiamiento de la política, claramente hay que repensarlo. Pero la política se discute con respecto al sentido que uno le quiere dar al Estado, a las relaciones sociales, lo otro es una manera de hacer política con el descrédito y quien puede desacreditar con mayor potencia es el que tiene el aparato comunicacional y que es usado desde esa lógica.

Sin olvidarse de los que pueden ser hechos de corrupción, pero hay que revisarlos a todos, de las distintas facciones y desde la historia.

 

-En esta elección, el peronismo tiene un huevo en cada canasta podría decirse, en las tres fórmulas principales hay un peronista.

-Está en distintas canastas, sí, pero como movimiento político, doctrinario, el peronismo no está en la fórmula de Macri, está en las antípodas. Está muy lejos de Macri y claramente el peronismo está con la fórmula Fernández-Fernández y tal vez con Lavagna haya algo de peronismo.

Y Pichetto, puede tener una trayectoria en el peronismo, pero no lleva ideas peronistas a esa fórmula.

 

-¿Cuáles son los trabajos del futuro?

-En el mundo industrial, claramente hay una tecnificación, un remplazo del hombre por la máquina. En el mundo de los servicios no, en el mundo del comercio no. No creo en el fin del trabajo, el recurso humano va a ser siempre valioso.

Naturalizar el fin del trabajo, hoy en día, es una cuestión ideológica. Porque nosotros vemos que se puede aumentar el trabajo, estamos en una situación difícil, hay una competencia entre la máquina y la persona, pero no en todos los sectores, ni en todas las actividades.

Naturalizar que se viene el fin del trabajo es caer en el juego de los que quieren flexibilizar el trabajo, vulnerar los derechos.

 

-Sin embargo, el poder adquisitivo del trabajador disminuyó notablemente...

-Eso pasa en Argentina, pero pasa por una política que ha venido a buscar eso. Tener esa frase que la mano de obra es cara, es no pensar en el pueblo argentino. Es pensar que la mano de obra debe ser barata para ganar más, pero las consecuencias ya las vimos, con el aumento del desempleo, la precariedad y el poder adquisitivo del salario.

 

-Paralizando la economía por la escasez de dinero...

-Una de las cuestiones que es clave, es que la lluvia de inversiones solo puede ser en el sector financiero. No puede haber lluvia de inversiones productivas, en un país con el 60% o 70% de tasas de interés.

Y nuestras Pymes no pueden invertir porque no puede acceder al crédito. Entonces la lluvia de inversiones en un modelo que tiene 60% o 70% de tasas de interés es imposible pensarlo. Eso hay que desenmascararlo.

 

-¿Tenés opinión formada sobre el acuerdo Mercosur- Unión Europea?

-No tengo detalles. Hay que tener mucho cuidado con esas cosas, porque nunca han sido beneficiosos los acuerdos con esas potencias. Con los países centrales hay que tener mucho cuidado. Sí me enojaron las declaraciones de Grobocopatel, diciendo que hay sectores que tienen que desaparecer.

No nos podemos dar el lujo de que desaparezcan sectores, en esos sectores hay personas, hay familias y la palabra desaparecer es muy fuerte.

 

-¿Cuál fue el momento de mayor satisfacción de tu carrera?

-(Pausa) Uno, cuando trabajé en la Organización Internacional del Trabajo. Sentí que en lo que me había formado, lo que iba haciendo estaba en consonancia con un objetivo mayor, que era el proyecto de un país distinto.

El otro que disfruto mucho es este último, porque siento que hemos podido, en un momento adverso, llevar adelante una gestión con muchos resultados.

Con mucha gente que se entusiasma en hacer, y por eso los resultados.

 

-El mundo está regido por el capitalismo y la concentración de riqueza en una minoría ¿hay posibilidades de hacer algo distinto o la única manera es pensar formas de defensa?

-Creo que el sistema da para muchas décadas más, el sistema tiene sus fortalezas. Y en ese sistema, es posible pensarse desde la Nación, de una manera que le impacte menos lo malo y encontrar las oportunidades.

Latinoamérica sabe de eso, lo ha vivido, creo que es posible dar pelea, pero no veo una posibilidad de cambio de sistema.

 

-¿Cuál es tu sueño hoy?

-Mi sueño es hacer una gestión, con el Decanato, que consolide lo que hemos venido haciendo y que pueda llevar adelante nuevas ideas que requiere la educación superior ahora.

Repensar las maneras en que enseñamos, la manera en que se aprende, repensar los nuevos escenarios porque no solo se aprende en las aulas. Las aulas son fundamentales, pero, pienso que hay que multiplicar los espacios de aprendizaje, hay que pensar en las plataformas audiovisuales, en los espacios, en el territorio. Mi sueño es construir para adelante o aportar a la construcción de una universidad más colaborativa y que pueda enseñar y aprender en múltiples espacios.

 

Opiniones

Mauricio Macri

Creo que es un dirigente que está en las antípodas de lo que yo pienso y pretendo, que ejecutó lo que vino a ejecutar y que tuvo una gran dosis de cinismo en su propuesta de gobierno.

 

Juan Schiaretti

El gobernador es un gran gestor, tiene una capacidad de gestionar muy grande y puede llevar adelante con mucha eficacia la gestión de gobierno. Esa es su mayor virtud, para mí.

 

Martín Gill

Martín para mí es el mejor de nuestra generación. Tiene esa capacidad de conducir y pensar ideas. Cuando uno mira su trayectoria, puede observar las grandes ideas que ha dejado.

Y si uno piensa en una ciudad de aprendizaje, nos interpela fuertemente. Y desde la universidad debemos multiplicar los espacios de aprendizaje y estar en el territorio.

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