Padre Paco Oliveira

“La gente hoy se pelea por llegar primero al tacho de la basura”

Cuando en 1987 inició las gestiones ante el clero español para venir como misionero a América, pensaba en Haití infectado de sida, en Perú asfixiado por el cólera... Allá, en cambio, comenzaba a brotar el “estado del bienestar”. Su vuelo lo depositó en Ezeiza y al rato estaba trabajando en las villas y los asentamientos de La Matanza. Ahora está en la del Bajo Flores. Y antes, en la de la Isla Maciel, de donde lo echó el obispo de Avellaneda, pero donde su opción por los pobres se hizo Fundación. Invitado por la APDH, acaba de pasar con su prédica por Villa María

Los alumnos del Nacional y del Comercial lo escucharon con atención

Escribe Sergio Vaudagnotto
De nuestra Redacción

-Más de 30 años pasaron desde su llegada. ¿Siempre en Argentina o pudo tomar contacto, como era su deseo, con otros países latinoamericanos?

-Treinta y dos años... He vivido en Uruguay, Paraguay, México, Colombia y Chile, donde estuve ayudando tras el terremoto, porque soy enfermero profesional. Pero esos siempre fueron períodos cortos, de no más de dos años. La mayor parte del tiempo la he pasado en el Gran Buenos Aires.

El Padre Paco dio una charla en el SUM de Comunicar

-Y allí, en jurisdicción de Avellaneda, frente a la Ciudad Autónoma, está la Isla Maciel...

-Lo que se hace en la isla nació desde la parroquia, de la parte social. Es algo que se fue dando... Y se fue dando también porque hubo un tiempo que fue de Néstor y Cristina, en el que había presencia del Estado, que quería llegar a todos los rincones y lo hacía a través de organizaciones que garantizaban que lo que se invirtiera llegaría a la gente. Entonces nosotros empezamos primero con una cooperativa textil que todavía tenemos. Luego vimos que muchas de las personas que integraban la cooperativa textil prácticamente no tenían casas o vivían en ranchos muy precarios, y entonces armamos unos microcréditos para la construcción de viviendas o para hacer una piecita más o para arreglar un baño o un techo; pequeños créditos que se otorgan en materiales y después la persona lo va devolviendo según sus posibilidades. Y la verdad es que los más humildes son los que tienen más conciencia; si se meten en un crédito lo quieren devolver, además porque saben si no lo devolvés no accedés a otro... Es un banquito de la buena fe. Lo que también que estamos haciendo ahora es construyendo viviendas con la Comunidad Palotina, que son los laicos que llevan la memoria de los mártires palotinos asesinados en aquella masacre de julio de 1976. Estamos construyendo viviendas para los que están en situación de calle, porque lo que nos estamos encontrando es que ya no solamente la gente vive en la calle en la Capital, sino que en el Gran Buenos Aires, en lugares en los que nunca vivió gente en la calle, tenemos gente en esa situación porque no puede pagar un alquiler.

-¿A qué momento de las últimas tres décadas equipararía el actual? 

-No, ninguno. La verdad que en el Gran Buenos Aires la situación es dramática. El cura de San Cayetano me dijo que la gente va a pedir velas porque le cortaron la luz. A mí no vienen a pedir velas, pero me vienen a pedir que le cargue la Tarjeta SUBE porque no pueden llevar a la criatura que tienen enferma al hospital, porque no tienen dinero para el colectivo... La situación de trabajo es muy compleja y te diría que la gente hoy se pelea por llegar primero al tacho de la basura. Estamos en esa situación.

-Volvamos a la Fundación Isla Maciel...

-Pensé en crearla para que la obra que hacemos siga cuando yo no esté. Y el obispo de Avellaneda me echó de la parroquia, pero la Fundación sigue. Son cosas muy básicas las que tenemos: una Casa del Niño donde las mamás pueden dejar a sus chicos cuando van a laburar. Hoy ya tendría que estar cerrada porque la escuela primaria de la Isla Maciel iba a ser una de doble turno, con lo cual nosotros íbamos a cerrar y estábamos felices de cerrarla, porque ya no iba a hacer falta y es mucho mejor tener una escuela de doble turno que tener una especie de contraturno en la Casa del Niño. Pero eso se cortó con el cambio de gobierno, y como eso se cortaron muchas cosas. Nosotros también tenemos una Orquesta Infanto-Juvenil y de eso estamos orgullosos, pero esa orquesta es puro esfuerzo sobre la base de la solidaridad de algunas personas que nos ayudan. Iba a ser parte del Proyecto del Bicentenario para todas las orquestas infanto-juveniles que pudieran surgir, bajo la órbita del Ministerio de Educación de la Nación, pero con el cambio de gobierno en 2015 se provincializó el proyecto y hoy no se pasan los fondos, con lo cual se cerró el programa y nosotros dijimos: ¿qué hacemos?, ¿nos dedicamos nomás a darle de comer a la gente (tenemos un comedor que le da de comer a 750 personas cada noche)? No, dijimos que nuestros chicos también tienen derecho a tocar un violín. Y bueno, la peleamos, la peleamos y hoy es nuestro orgullo porque pusimos la vida en hacer algo más que dar de comer; nosotros no teníamos comedores y hoy cada noche le damos de cenar a 750 personas.

Y no somos el único comedor en la isla.

-¿Cómo consiguen los alimentos?

-Formamos parte de los comedores municipales de Avellaneda. O sea, la base viene del municipio. Nosotros no tenemos al Estado nacional ni al provincial presentes, pero sí al municipal. A las viviendas de las personas en situación de calle que mencionaba las estamos haciendo en terrenos que dio el municipio. A la búsqueda de una solución de esas familias que viven en la calle la hacemos con el municipio... 

-¿Cuál es el camino para reconstruir el tejido social?

-Habrá que hacerlo con paciencia, que no significa resignación. Resignación es bajar la cabeza y que pase lo que pase. Pero digo con paciencia porque esto que nos está pasando es un vendaval, es un terremoto, es un tsunami... Y va a llevar tiempo reconstruir. Además, vamos a encontrar un país devastado, sin recursos económicos, con una deuda externa impresionante. Me parece que el camino es apostar de nuevo al consumo interno, apostar al trabajo... Tanto que este Gobierno acusaba al gobierno anterior de choriplanero... Justamente el Gobierno anterior fue bajando ostensiblemente el número de planes, porque se fueron creando fuentes de trabajo. Lo que la gente quiere es trabajo y justamente este Gobierno destruyó el trabajo y creó más planes como sustitutos del trabajo, pero con los cuales lo único que hace es que no explote todo, porque si no hubiera Asignación Universal por Hijo, esto hubiera claramente explotado.

-¿La AUH funciona como dique de contención? 

-La Asignación Universal es una clarísima diferencia con 2001. Vos, por ser argentino, por nacer en esta tierra, por vivir en esta tierra, si no tenés trabajo, tenés derecho a poder darles de comer, salud y educación a tus hijos. Puede ser que no se haya explicado bien lo grandioso de la Asignación, como tampoco se explicó demasiado bien la jubilación de ama de casa, que es algo realmente algo revolucionario. Que una mujer que trabajo toda su vida en su casa tenga derecho a tener una jubilación. Es así, no se explicó bien y no se reconoció como un verdadero derecho humano, más en estas épocas donde se está empezando a hablar de que los derechos han pasado de moda, donde hay tipos que piensan que eso ya está, ya fue, que eso cambió y que cada uno se las arregle como pueda...

-¿Y Dios, padre?

-Y... Dios está. A veces pienso que lo veo más parecido a como lo ven algunos ateos, que como lo ven los católicos del Opus Dei. Dios es el que dice “he venido a traer buenas noticias para los pobres”. Y la buena noticia para los pobres es dejar de ser pobres... Entonces, sé que Dios no es capitalista, ni neoliberal ni meritócrata, sino que propugna la sororidad y la fraternocracia. Pero, como dijo el arzobispo brasileño Hélder Câmara, “si doy pan a los pobres, soy un santo; pero si pregunto por qué tienen hambre, soy comunista”. Acá dirán que soy kirchnerista, peronista. En realidad, los curas que estamos en Opción por los Pobres, somos un poco los herederos de los curas tercermundistas como Carlos Mujica, asesinado por la Triple A; o monseñor Enrique Angelelli, asesinado por la dictadura cívico-militar, eclesiástica (agrego este último calificativo ya que Videla le dio una serie de privilegios a la Iglesia Católica para que guardara silencio mientras sucedía el horror). Además, a Dios lo veo con rasgos menos patriarcales y más femeninos y maternales, como el que muestra Jesús; no tanto como el varón que ordena, que manda...

Opiniones - Mauricio Macri

Macri es un mentiroso. Es cínico. Le ha hecho muchísimo daño a nuestro país y se burla en los hechos. Llegó al poder diciendo que iban por la pobreza cero, y todas las medidas que se tomaron fueron para concentrar la riqueza en pocas manos. Se hicieron leyes a su medida para blanquear sus capitales, siguen teniendo el dinero afuera del país, en dólares… Realmente, él y los suyos son mentirosos y cínicos.

“Uno se saca el sombrero por los organismos de derechos humanos”

-­­­Hábleme de los organismos de derechos humanos...

-Uno se tiene que sacar el sombrero, como se dice, con organismos como la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, las Madres, las Abuelas de Plaza de Mayo. Argentina es un ejemplo en el mundo en materia de derechos humanos. Yo, que soy español, les digo que nunca los crímenes del franquismo fueron juzgados. Ni siquiera hay conciencia en España de que esa es una deuda. Se sigue pensando que buscar la verdad sería una revancha, que la Justicia ya fue... Me parece fundamental lo que hacen los organismos al dedicarse no sólo a lo que tiene que ver con el terrorismo de Estado, sino también al acompañamiento de los ciudadanos por los derechos cercenados. Hoy en día es muy lindo decir que vivimos en democracia y que estamos en un Estado de derecho, pero que tenemos la Declaración Universal de los Derechos Humanos o de los Derechos del Niño, pero el 52% de nuestros niños pasan hambre. Entonces, son derechos que están en un papel, pero no en la realidad. Y que haya organismos que la pelean día a día, que sigan yendo al barrio, a la cárcel, abriendo conciencias, y que sigan incluso dando un plato de comida al que hoy no lo tiene, para mí es fundamental.

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