Luis Enrique Tuninetti

“En los niveles de decisión no se interesan por la cuestión ambiental”

Nació en Villa María, el 25 de junio de 1974. Docente. Casado, dos hijas. Inició sus primeros pasos con José Luis Hernández en Funeca. Es uno de los fundadores de EcoSitio, organización no gubernamental creada en el año 2004 para trabajar en defensa del ambiente
lunes, 23 de septiembre de 2019 · 10:30

Participa en diversas organizaciones, es profesor de la Universidad Nacional de Villa María en la carrera Licenciatura de Ambiente y Energías Renovables y uno de los coordinadores del Observatorio Regional del Cambio Climático

 

Escribe: Nancy Musa
DE NUESTRA REDACCION

“Produce una inmensa tristeza pensar que la Naturaleza habla mientras el género humano no la escucha.”  Víctor Hugo.

Desde su época adolescente le presta atención a la voz de la Naturaleza. El “Tuni” como le llaman algunos amigos, pone todo de sí para intentar cambiar algo, por mínimo que sea, de una realidad que lo entristece y lo enoja al mismo tiempo.

El cambio climático y sus consecuencias para el futuro del Planeta y de la Humanidad ocupan un lugar privilegiado en su agenda y en sus investigaciones.

Es uno de los referentes ambientalistas de la provincia, un estudioso que está a punto de terminar la tesis para su Doctorado.

Un tipo que no anda con medias tintas y que nos advierte los peligros de no asumir responsabilidades con respecto al cuidado de nuestro hábitat. “Si no se toman acciones, vamos a un escenario apocalíptico”, afirma.

 

-¿Hubo avances, en los últimos años, en materia de concientización sobre la importancia del cuidado del medio ambiente?

-Sí, creo que hay más conciencia sobre la necesidad de cuidar el ambiente. Lo que hago es una crítica a la educación ambiental, en el sentido que no podemos poner únicamente las fichas ahí. Desde que comencé a dedicarme a las cuestiones ambientales, vengo escuchando que la realidad va a cambiar en un futuro, porque las generaciones venideras tienen más conciencia.

Es un discurso común que vengo escuchando desde los 17 años, la realidad es totalmente otra y los parámetros no solo que no han mejorado sino han empeorado drásticamente.

 

-¿Por qué han empeorado?

-Porque los que tienen niveles de decisión, tanto a nivel nacional como internacional, no están interesados en la cuestión ambiental. Entonces, por más que tengamos una población consciente, de algunas problemáticas, ocurre que en los niveles de poder no son tenidos en cuenta.

Y lo otro, es que los educadores a lo largo de todos estos años hemos ido haciendo hincapié de acuerdo a cada nivel que abordemos en algunas cuestiones puntuales, a veces hasta erradas como el tema de las pilas, la recolección de pilas, que recién en este momento está siendo abordada, pero no se le enseña al ciudadano a hacer valer sus derechos en cuanto al cuidado del ambiente.

No se fomenta una visión crítica. Los ciudadanos tenemos el derecho y el deber de exigirle a nuestros gobernantes que realicen acciones hacia el medio ambiente o por lo menos que no profundicen la crisis ambiental en la cual estamos inmersos.

Esa parte no está siendo abordada en la educación.

 

-Con respecto a las políticas ambientales ¿se está haciendo algo para evitar la crisis?

-Hoy, a nivel internacional estamos en un momento extremadamente crítico. Dos de las aristas más importantes es el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad. Sinceramente, estamos en una etapa en la cual o los gobiernos toman acciones reales o la Humanidad va camino hacia un escenario apocalíptico.

En el año 2015 se firmó el acuerdo de París, con el tema cambio climático, en el cual los países se comprometieron a realizar determinadas acciones.

El primer punto es que apenas un tercio de los países van a poder cumplir esos acuerdos, pero el segundo punto muy importante es que los científicos están diciendo que eso no alcanza.

 

-¿Qué más se hace necesario?

-Esta semana, la ONU dijo que deberíamos no solo profundizar eso, sino triplicar los esfuerzos para no aumentar más de dos grados centígrados a nivel internacional, lo que provocaría un cambio irreversible y un sufrimiento a determinadas poblaciones a nivel global.

En todo este contexto, tenemos a Estados Unidos que es negacionista, sumado a todo el bloque petrolero, sumado ahora a Brasil.

 

-Con la presidencia de Bolsonaro...

-Sí, con Bolsonaro. La puja Estados Unidos-China tanto en lo comercial como en lo ambiental juega un rol preponderante.

Tengamos en cuenta que, entre Estados Unidos, China y la Unión Europea totalizan el 55% de las emisiones a nivel global.

Ocurre que la pelea geopolítica, hace una década, está puesta entre Estados Unidos y China, ahora más acentuada por el tipo de liderazgo político que lleva adelante Donald Trump.

 

-¿Cuál es la visión de Estados Unidos?

-Netamente productivista, ellos no van a achicar su economía por el resto. China a su vez, ha hecho un esfuerzo, se ha transformado en líder en energías renovables, pero lógicamente cuando uno divide la cantidad de contaminantes que emana un país por habitante, Estados Unidos pica en punta lejos.

Ahí está la disyuntiva, entre esos dos grandes países, la puja por quién asume el costo.

En esa puja política, ahora entra Bolsonaro, encolumnado con Estados Unidos y con el desastre que ha provocado en el Amazonas.

Un desastre que puede cambiar los patrones climáticos a nivel regional e incluso a nivel internacional.

 

-¿En esa puja quiénes terminan sufriendo el impacto?

-Los que más sufren, son los países pobres. ¿Es afectado Estados Unidos?, sí también es afectado, la cantidad de huracanes se ve potenciada por el cambio climático. Pero, los que más van a sufrir son los países pobres.

Desde hace un par de años, es más la gente que se desplaza por problemas ambientales que por los conflictos bélicos. Para que nos demos una idea.

Se estima que para el año 2040, va haber 700 millones de migrantes ambientales. Eso va a provocar un desbalance poblacional migratorio brutal.

 

-¿Cuáles son los países con mayores riesgos frente a esta situación?

-Los países con mayores riesgos están en todo lo que es el Caribe, en la parte de Oceanía hay países sobre el nivel del mar y de hecho van a desaparecer. Está establecido que un centímetro que aumente el mar, desaparece la isla.

De hecho, hay estados en Oceanía que han comprado tierras en Nueva Zelanda para migrar su población. Eso es un hecho real.

 

-En ese escenario que planteás, ¿qué rol jugamos en nuestro país?

-Nuestro país emite aproximadamente el 0,5% de las emisiones globales, a nivel internacional no incide.

El problema principal de nuestro país no son las emisiones, sino la captura de carbono.

Por un lado, tenemos lo que nosotros emitimos industrialmente y con la ganadería. Pero, por otro lado, están los sistemas de captura. ¿Cómo capturamos?

Con bosques, Argentina tiene un problema de desmonte, desde el año 2000, con la industrialización de la agricultura, que no se ha acabado.

No lo frenó el anterior gobierno y mucho menos lo frenó este.

 

-¿Cuántas hectáreas de bosque se pierden?

-Actualmente se pierden 200 mil hectáreas de bosques por año en el gran Chaco.

Casi todo el desmonte, está concentrado en el norte, sumado que las variantes de cultivos transgénicos posibilitan la siembra, prácticamente, en cualquier terreno.

La realidad es que la agricultura transgénica ha hecho que desaparezcan los montes, que se violen derechos a comunidades originarias, se pierda biodiversidad.

Y ese es el principal problema que tenemos hoy en día, con respecto al cambio climático.

Si bien se ha acentuado en este gobierno, el hecho de mayor incidencia en la matriz de las energías renovables, eso hay que reconocerlo, también se han potenciado otras actividades como son la agricultura y como es el fracking de Vaca Muerta.

Viene del otro gobierno, también. Argentina apostó tibiamente a las energías renovables, pero impulso nuevas modalidades de explotación de los recursos naturales que van en contra con las políticas ambientales.

 

-¿Qué incidencia tiene la explotación de la minería en nuestro país?

-La minería es otro de los puntos claves de la política ambiental. Nosotros estamos sacando los minerales para que se vayan a otro país. Juega un rol importante a nivel regional, en muchas provincias, y también se establecen zonas de sacrificio a costa de ganar dividendos.

Tenemos el caso emblemático de la Barrick en San Juan, que ha contaminado los recursos hídricos de Jachal. Hoy, hay metales pesados en el agua de Jachal. Hay poblaciones que son literalmente sacrificadas.

Hoy está en boga la minería de litio, fuertemente cuestionada, porque violan los derechos de las comunidades indígenas.

En toda la cordillera tenemos explotaciones mineras, donde son sumamente frágiles los recursos hídricos. Hay una Ley de Glaciares, que está vigente, que va en contra de muchas explotaciones mineras y que el gobierno actual no ha puesto freno. Todo lo contrario.

 

-¿Cuáles son los principales recursos que tenemos?

-La Argentina tiene recursos naturales vastos. Muy vastos. Te voy hacer una comparación. Hay países de Arabia Saudita que necesitarían catorce planetas Tierra para compensar lo que ellos consumen. Lógicamente, si ellos no pueden producir eso, lo extraen de otro lugar del mundo. Estamos hablando de un nivel obsceno de consumo. Por ejemplo, estamos hablando de tener en el medio del desierto una pista de ski con nieve de los Alpes, literalmente. O, por ejemplo, que en Japón se cotice el primer atún rojo a 150 mil dólares.

Argentina, si cerráramos el planeta Tierra como si fuese Argentina, tiene nueve planetas a favor para su población. O sea, tiene una muy vasta cantidad de recursos, el problema es cómo está visto ese recurso.

 

-Y las consecuencias de su uso.

-Tenemos un suelo que está en franca degradación, producto de la agricultura industrial, tenemos recursos minerales, tenemos muchísimos recursos, pero hay que ver cómo los usamos.

Yo no digo que hay que prohibir la minería, pero cuando hablamos del oro y la plata. El 99% del oro se destina para hacer lingotes de oro para las grandes potencias.

El uso de los recursos debe hacerse bajo determinados parámetros.

Hoy, tenemos cuencas hídricas repletas de agroquímicos. Los peces del Paraná están llenos de agroquímicos. Las verduras tienen agroquímicos, los tampones tienen agroquímicos.

Hoy cualquier persona que se haga análisis, tiene agroquímicos en sangre.

 

-¿El río Ctalamuchita?

-Desconozco si tiene problemas de contaminación química, sí es sabido que tiene problemas de contaminación biológica, producto de las descargas de algunos afluentes cloacales.

Por el río pasan industrias pesadas, también, pero tiene un nivel de dilución bastante alto, porque es el río más caudaloso de la provincia.

Ahora bien, con vista al futuro de la ciudad, el recurso más preciado que hay que controlar exhaustivamente y proyectar son los recursos hídricos tanto las napas como el río.

El río no solo como recurso hídrico, sino de esparcimiento. Porque es una cuestión cultural, imaginarse a Villa María sin el río es impensado.

Tenemos que cuidar esos recursos. Gracias a la acción política en la ciudad y al legislador José Escamilla tiene que darse los laureles a una organización que se llama “El monte nativo vuelve”.

Son un grupo de chicos que vienen trabajando con el reducto de El Algarrobal, hay que conservar esos pequeños espacios y luego comenzar a pensar todo lo que es hacia dónde va a crecer la ciudad.

Afortunadamente, hay una política de estrategia de crecimiento de la ciudad, se ha consolidado el Parque Industrial que es muy importante. Pero, a futuro el punto más crucial es el cuidado de los recursos hídricos.

 

-¿Te sorprendiste cuando viste el decreto nacional para importar basura de Estados Unidos?

-No, no me sorprendió para nada. Porque, el gobierno nacional viene con un discurso de lo que se denomina la economía circular, en el cual el concepto fundamental es que muchos residuos pueden ser reutilizados, bajo determinados parámetros, para otras industrias.

Eso es fantástico, conceptualmente, pero a nivel nacional creo que tenemos que resolver primero el mercado interno. Y después, comenzar a importar si la industrialización de esos compuestos fuera viable.

Esto también, abre la puerta a una cuestión controversial que son los residuos nucleares. En el año 2000, ya hubo un intento por parte del gobierno de la Alianza de importar insumos nucleares, que en realidad no era otra cosa que basura nuclear.

Que iban a ser procesados acá, pero que no deja de ser basura nuclear con todo el riesgo que eso implica.

 

-Eso requiere controles muy estrictos ¿los tenemos?

-Si hoy en día, no podemos controlar las industrias a nivel nacional, si no podemos fiscalizar las industrias del riachuelo, imaginemos cientos de contenedores llenos de basura.

Y este es un problema que han tenido algunos países que han tomado esa decisión. Los casos emblemáticos son los países de Africa, que reciben los residuos electrónicos del primer mundo. Y pueden ver en Google, si quieren, el desastre que es eso.

Con el agravante que el decreto de Macri no exige que tengan un certificado de origen de calidad. Con la excusa que se va a realizar desde acá. Es extremadamente difícil.

Ahora, Argentina está trabajando sobre sus residuos, pésimamente, pero hay cooperativas de cartoneros, hay gente recuperadora que hace lo que puede.

Pero cuando la política va por lo fácil que es importar, y no accionar internamente dentro del país estamos en un grave problema.

Acá lo que se tendría que haber hecho, es profundizar el trabajo en el territorio, darle condiciones dignas de trabajo a los recuperadores, cartoneros, y no intentar para abastecer a las industrias, importarlo.

 

-¿Existe en Argentina una planta modelo de tratamiento de residuos?

-Mirá, tenemos una experiencia muy buena en la provincia de Córdoba y es Justiniano Posse.

Justiniano Posse tiene un recupero de los residuos y una separación in situ del 70% de la población. Muy bueno, con lo cual asegura un buen pretratamiento, preciclado se llama, porque no es tratamiento.

Mientras más grande es la localidad, más complejo es. Pero, pasa por una decisión política, nosotros desde EcoSitio siempre bregamos por la separación y el preciclado, pero decimos que requiere de una campaña a largo plazo y de continuidad.

No podemos largar una campaña que se agote a los tres meses. Y sobre todo debe tener una visión a muy largo plazo, a diez, veinte años. Y los tiempos políticos son otros.

 

-¿Qué cosas despertaron tu interés por el medio ambiente, siendo un adolescente?

-El primer registro que yo tengo es del año 1990. En ese momento, no había mucha difusión de las temáticas ambientales, era otro mundo. Y el primer registro de preocupación fue por un circo. Frente al Belgrano, donde yo cursaba el secundario, había un baldío. En ese predio se establecían los circos, lo lindo uno lo veía desde el bulevar Sarmiento. Nosotros en el colegio, veíamos la parte trasera.

En ese momento, era muy normal que los circos tuvieran animales. Y ahí surgieron mis primeras inquietudes, me preguntaba por qué un oso, un león, estaba encerrado en una jaula.

 

-¿Y así empezaste a investigar?

-Sí, fui estudiando con libros y me sumé a José Luis Hernández en la Fundación por la Educación y la Conciencia Ambiental (Funeca).

Y como fui siempre bastante activo, fui ayudándolo, en ese momento estuvimos trabajando con el tema de los circos, con los residuos nucleares, trabajamos en lo que era la caza de la liebre.

Creo que ese fue un logro de José Luis, a raíz de que presentábamos una veda de la caza, se terminó haciendo lo que hoy en día es una veda automática en determinados períodos.

Y eran momentos muy locos, porque era todo por carta, la máxima tecnología era un teléfono (risas).

Eran cuestiones muy locas, era enviar cartas a todos los intendentes con un formulario de adhesión que ellos lo mandaran, ir a la Secretaría de Ambiente presentar pedidos, hacer el seguimiento. Eran momentos muy distintos, hoy la velocidad de la comunicación es tal que te permite accionar de manera instantánea ante un problema.

 

-¿En tu niñez eras travieso?

-No, en realidad mi infancia no fue de lo más lindo, por decirlo así.  Soy hijo único, de padres mayores que tenían problemas alcohólicos. Los dos, principalmente mi padre, pero mi madre también tenía problemas.

Había algo de violencia, no tanto física, sino psicológica. Yo no sé si es un recurso interno mío, pero me acuerdo muy poco de mi infancia.

Sí, recuerdo que siempre estaba enfermo, deben haber sido porcuestiones psicosomáticas.

Siempre me gustó estudiar, eso sí, fui buen estudiante. La primaria la hice en el Ameghino.

 

-¿En qué barrio vivías?

-Siempre viví en el Lamadrid, desde que nací. Y vivo en el mismo lugar. Nunca me mudé.

 

-¿Tus padres están vivos?

No, ninguno de los dos. A mí lo que más me marcó en mi infancia, fue el tema de la violencia y el alcoholismo en mi casa. Mi padre hacía changas, mi madre era maestra y tuvimos períodos muy duros, de pobreza literal.

Afortunadamente, pude tener una buena educación y eso le rescato a mis padres, pero otras personas que vivieron este tipo de situación tal vez no tuvieron las mismas oportunidades de educarse.

Hay que cambiar ese mensaje de la meritocracia, el que dice que si vos no accedés a algo es porque no querés.

Es mentira. Hay excepciones, pero la normalidad es que, si no se le brinda a la población los aspectos mínimos, la garantía de educación o nutrición, no puede llegar a ningún lado.

 

-Da la sensación que actualmente hay menos oportunidades para los niños que están en la pobreza...

-Sí, en ese sentido creo que se va acentuando y en Argentina todavía existe una clase media, en otros países esas variables demográficas no existen.

Pero creo que hay asentamiento del neoliberalismo que lo que realiza básicamente es un achatamiento de esa pirámide con una concentración excesivamente alta de recursos en pocas manos. Y esto no lo dice Tuninetti, esto lo está diciendo la Asociación de Marketing Argentino, una entidad neoliberal.

El neoliberalismo concentra en menos manos, más recursos.

 

-Parte de la dirigencia que gobierna niega la existencia del hambre, o la relativiza ¿qué opinión te merece?

-Creo que o son hipócritas o no sé que calificación dar. Es indudable que hay hambre, en algunos contextos ni siquiera nos podemos imaginar lo que es. Porque las realidades son distintas, nosotros no tenemos ni la más remota idea de lo que vive una familia en el conurbano bonaerense.

Pero, ni nos acercamos en imaginarnos. Mucho menos algunos dirigentes que han crecido en determinados círculos, en los cuales no se ve la pobreza.

A mí me parecería un ejercicio interesante que todos los políticos vivieran un año en una villa. Con los recursos de una villa. Y estoy diciendo un año para que tengan la experiencia y sufrir lo que sufre la gente. Es indudable que en Argentina hay hambre y es una locura que exista. Una locura.

 

-¿Por qué pensás que teniendo el país que tenemos no podemos solucionar el tema de la pobreza?  Damos dos pasos para adelante y cinco para atrás.

-Si tuviera la respuesta, sería un genio. Como no me dedico a estudiar ese tema, debo ser cauto. Desde el conocimiento popular, creo que hay históricamente una clase que se lleva la mayor torta y que ha sido beneficiada desde el comienzo de la República Argentina.

Hablando desde el índice de Gini, los gobiernos de carácter neoliberal van a profundizar esto. Los índices de distribución de los recursos, con el índice de Gini que es un parámetro internacional, solamente han sido mejorados en el período del llamado populismo, está bien que entraron muchos recursos, pero las políticas iban encaminadas hacia eso.

Podemos estar o no de acuerdo, en la forma que se hizo durante el gobierno anterior, pero es una realidad que los recursos estaban mejor distribuidos que en la actualidad.

Donde había acceso a derechos en determinados sectores de la población que hoy es impensado.

 

-¿Qué análisis hacés de la situación económica actual?

-Seguimos en la misma línea, sumado a que el neoliberalismo de este gobierno ha destruido la industria nacional, lo dice el mismo INDEC, donde cierra una Pyme cada media hora. Estamos hablando de una industria, que baja la persiana cada media hora.

Y ha jugado fuertemente a lo que es la bicicleta financiera, lo cual fue prácticamente el único sector beneficiado en este período.

Los bancos chochos, y el que puede tener acceso para jugar a esa bicicleta fantástico. Ahora, si con el cepo que pusieron limitando la compra de dólares no afecta al 95% de la población, ¿por qué no lo hicieron antes?

Ese 5% que ahora afectó, es el que estuvo jugándonos en contra durante estos cuatro años. O sea, hubo un 5% de la población que jugó a la bicicleta financiera e hizo, apoyado por la política económica, que hoy estemos en una situación similar a la de 2001.

 

-¿Estamos como en 2001?

-La única diferencia que hay con 2001 es que no se les ocurrió tocar los ahorros de la población, todavía.

Pero hay muchos parámetros similares a 2001. Salió un informe hace poquito, la baja en la venta de medicamentos, la relación dólar con el sueldo mínimo, estamos en 2001.

El 95% de la población retrocedió 18 años.

 

-¿Cómo marcha el Observatorio climático?

-Excelente. El Observatorio surge de la inquietud, hace un año, entre un extesista de grado mío, cuando abordamos la temática climática de la zona y una inquietud personal, ya que me preocupaba la geopolítica climática.

Se nos ocurrió la idea del Observatorio, con el hoy en día ingeniero agrónomo y profesor de la universidad, con una dinámica distinta de investigación y extensión a la que veníamos habituados.

Se aprueba en marzo y en seis meses hemos avanzado a niveles que no pensaba.

 

-¿Se han ido consolidando?

-Tenemos un grupo consolidado de profesores de matemática y estadísticas que van a empezar a trabajar el año que viene en los análisis de datos climáticos duros junto con Fernando Forgioni, que somos los dos coordinadores.

El observatorio está integrado por personas de los tres institutos de la universidad, hemos consolidado un grupo de educación ambiental y un grupo de estadística.

Estamos empezando a hablar de la biodiversidad, posiblemente trabajando con el profesorado de Biología del Instituto Rivadavia.

Por el momento, estamos relevando los datos y estimamos que en dos años podemos tener una base de datos climáticos de la ciudad históricos, y otra regional.

Una cosa importante es trabajar regionalmente, porque los estudios a nivel regional son muy escasos.

 

-¿La juventud está enganchada con el tema ambiental?

-Sí, en el programa Nexos que es de charlas de la Universidad hacia los colegios, la charla de cambio climático fue la más pedida. Y siguen entrando pedidos, hay un interés por parte de los educadores de Nivel Medio de pensar esto.

Espero que alguno llegue a un poder político cierto con esa visión. Pero sí, hemos tenido una muy buena recepción por parte de la comunidad educativa.

 

-¿Alguna vez militaste partidariamente?

-No. No participo de militancia partidaria, tengo mis ideales por supuesto.

 

-¿Cuál es tu sueño?

-Mi sueño es poder llegar a viejo con mi familia feliz, sintiendo que di todo lo que podía para cambiar algún aspecto de la realidad. Creo que hay que dar lo máximo que uno tenga y si el resultado llega bienvenido. Pero lo peor que podemos hacer es quedarnos en medias tintas.

Creo que hay que dejar todo en la cancha y si el resultado se da, se da.

 


Opiniones

Mauricio Macri

Un mal presidente que jugó a la bicicleta financiera y se olvidó de gran parte de la población argentina.

 

Juan Schiaretti

Un gran aliado de Macri, buen gestor dentro de lo que es la isla de Córdoba. Mal administrador ambiental, solamente ha sido una oficina de avales que si no fuera por algunas acciones de la población sería peor la situación ambiental. 

Y con vistas a la retirada, para mí.

 

Martín Gill

Una persona muy inteligente. Lo considero capaz de convencer a cualquiera, lo que entre comillas es muy peligroso, cariñosamente lo digo (se ríe). Excelente político para establecer alianzas y ambientalmente esperaba algo más, porque lo conozco y creí que en la cuestión ambiental iba a producir algún tipo de innovación.

 

Me gusta: Practicar deportes, mirar películas.

Me encanta: Intentar cambiar una parte de la realidad.

Me divierte: Salir a compartir con familia y amigos momentos de esparcimiento. Ir a recitales, ver a Capusotto.

Me entristece: La realidad.

Me enoja: La realidad.

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