“Es increíble que nos esté pasando esto a los argentinos”

Nació en Río Cuarto, el 27 de diciembre de 1953. Divorciado, cuatro hijos, cuatro nietos. Empezó su militancia en el peronismo a finales de la década del 60, pasó cinco años detenido, por sus ideas políticas, en la dictadura
lunes, 30 de septiembre de 2019 · 09:06

Escribe Nancy Musa
De nuestra Redacción

Un buen libro, un buen vino y momentos con la familia en una casa de Villa Cañada del Sauce, una localidad de las sierras que considera su lugar en el mundo. Pequeñas y simples cosas que matizan los ratos libres de uno de los hombres de confianza del gobernador Juan Schiaretti. 

La coyuntura, el pasado, los sueños, las expectativas a futuro, fueron armando los distintos pasajes de una charla sin más testigos que dos tazas de café en la primaveral tarde de jueves, día previo al cumpleaños de Villa María.

Rebelde en su juventud, buscador del sentido de la vida, Carlos Gutiérrez es uno de los protagonistas de la historia y defensor del “cordobesismo”, término que “patentó” José Manuel de la Sota en el año 2011.

 

-¿Qué mirada tiene sobre la situación actual que atraviesa el país?

-La veo con una profunda preocupación por el hecho de que Argentina se vuelva a ver a sí misma envuelta en una crisis de esta extensión y de esta profundidad, pareciendo ser un país, una nación marcada por una especie de determinismo histórico, marcado por las sucesivas crisis.

Es increíble que nos esté pasando esto a los argentinos. Esa preocupación debe dar rápidamente paso; en la mente, en el espíritu de los que tenemos siempre esperanza con respecto al derrotero de la vida de los hombres y de las sociedades; a una esperanza.

Una esperanza de que seamos capaces de hallar un camino de encuentro, un camino que deje atrás las famosas grietas, que deje atrás las diferencias, no para que cada uno pierda la identidad que enriquece el funcionamiento de la democracia de un país, sino para que esas identidades sean lo suficientemente sabias para dejar atrás las mezquindades y todo aquello que no esté a la altura de las circunstancias de un pueblo que está sufriendo mucho y que necesita de sus mejores hombres, de sus mejores mujeres, como contribución a sacar el país adelante.

 

-Hacen falta gestos de grandeza.

-Sí, eso requiere gestos patrióticos, ni más ni menos.  Y, aunque no esté de moda, aunque suene a una historia lejana en el tiempo, esos son los gestos que se necesitan. Los gestos patrióticos.

 

-¿Fue un error la decisión del gobernador Juan Schiaretti, con respecto a no apoyar ninguna fórmula presidencial?

-De ninguna manera. Creo que no solamente no fue un error, sino que el correr del tiempo va a demostrar que Juan Schiaretti se ha comportado como lo hizo en aquel discurso la noche en que casi el 60% de los cordobeses lo premiaron con su voto.

En ese discurso sintetizó la visión de un gran estadista, creo que con el tiempo esta decisión de respeto irrestricto por los cordobeses todos, no por una fracción a la que nosotros pertenecemos y que no alcanza para entender por qué hemos podido transformar la provincia en los últimos 20 años y por qué nos han dado nuevamente su derecha para que sigamos gobernando.

No nos han dado ese crédito, una vez más, para que nosotros hagamos lo que nos plazca y sobre todo en términos mezquinos de coyuntura electoral. 

Nos han dado esa responsabilidad para que nosotros sigamos manteniendo en alto la defensa de todos los cordobeses como uno de los principios que esconde, nada más ni nada menos, que la defensa de una provincia que se distingue por su concepción democrática, republicana, en Córdoba no hay grieta, en Córdoba padecemos los efectos de la grieta, pero no hay grieta.

 

-¿Por qué considera que no hay grieta?

-Aquí funcionan la democracia, el diálogo, la justicia independiente, aquí funcionan muchos ejemplos, que muchos candidatos toman para incorporar a sus plataformas. 

Schiaretti está comprometido con el modelo cordobés, que no pretende aislarse de la Nación, que pretende contribuir con sus mejores hombres, con sus mejores mujeres, con sus mejores realizaciones, porque lo que están tomando como ejemplo para incorporar a sus plataformas distintos candidatos a presidente, es lo que nosotros venimos practicando hace muchísimos años, como el caso de la capital alterna.

 

-Carlos, usted sabe que la provincia sufre las consecuencias de la crisis, este modelo ha perjudicado a la industria, a las Pymes, pérdidas de fuentes de trabajo...

-A ver, lo que digo cuando afirmo que Schiaretti no cometió un error en su decisión, no me refiero a que esta haya sido una posición cómoda. Pero tu planteo me lleva, respetuosamente, a darlo vuelta, a cambiarlo de lugar en el mostrador, como quien dice.

No fuimos los cordobeses los que nos aislamos de la Nación, en su momento, fue la Nación la que sometió a Córdoba a decisiones que perjudicaban, como la 125, que perjudicaba a uno de los pilares del desarrollo productivo cordobés, y en la faz institucional cuando se nos negó el apoyo de la fuerza federal, negarnos la Gendarmería en aquel 3 de diciembre de 2013.

Entonces digo, cuando Alberto Fernández viene y pide disculpas a los cordobeses por los errores cometidos en el pasado, me hace pensar que ese reconocimiento implica que no somos los cordobeses los que nos aislamos, fue el gobierno nacional de entonces.

Por lo que espero y hago votos para que esa autocrítica que el candidato Fernández ha realizado se transforme en una realidad y nunca más tengamos que padecer políticas discriminatorias porque Córdoba se muestre rebelde o en una posición distinta a todo el país.

 

-¿Qué opinión tiene de Alberto Fernández, le sorprendió que el candidato a presidente fuera él?

-No cabe duda de que la decisión política que tomara Cristina Fernández junto con Alberto Fernández, en el sentido de modificar los roles que eran esperables por el 99% de la sociedad, sorprendió a propios y extraños y fue una jugada de mucha inteligencia política.

En segundo lugar, me parece que Alberto Fernández es un hombre de probada trayectoria en lo que hace al conocimiento de cómo funciona el Estado, fundamentalmente el Estado en nuestro país, lo cual requiere varios cursos de posgrado para graduarse en esta materia (risas).

Y creo es un hombre de mucha personalidad, aunque evidentemente no es el dueño, como él mismo lo dice, de los votos. Por eso es lógico que salga a decir que él se tiene que ganar los votos de los argentinos y de los cordobeses.

Espero que tenga el suficiente apoyo, sobre todo de los distintos sectores que forman su coalición, para poder encarar el plan que finalmente adopte frente a las tremendas dificultades que va a tener, sobre todo en el primer año de gobierno. Y pueda avanzar en el buen sentido.

 

-Uno de los pilares del acuerdo que se necesita para salir de estas tremendas dificultades, como usted calificó, son los gobernadores. Y en eso juega un rol muy importante Córdoba.

-Sin ninguna duda y es un rol que nosotros no hemos negado a otorgar, gobierne quien gobierne. Con tirios y troyanos, por así decirlo. Le dimos gobernabilidad, junto con los diputados de todas las provincias federales, al actual Gobierno de Macri en la convicción de evitar que Argentina entrara en una crisis más profunda y fuera mucho más difícil, incluso, salir la misma.

Como hicimos lo mismo con el anterior gobierno, con las cosas positivas que se hicieron.

Y como el gobernador Schiaretti acaba de expresar a través del vicegobernador y de mis propias declaraciones, si Alberto Fernández resulta presidente, él va a apoyar en todo lo que sea necesario la superación de la crisis.

Solo que siempre nosotros le agregamos a esta definición el hecho de que vamos a custodiar los intereses de Córdoba porque, como todos sabemos, como decía un viejo general, “somos buenos, pero si se nos vigila somos mejores”.

A través de nuestros diputados pretendemos guardar, vigilar los intereses de Córdoba porque si no, puede ocurrir que alguien haciéndose el distraído piense más en los intereses de otras provincias, y lo mucho que hemos logrado no lo queremos perder.

Los diputados de Juan les pedimos que redoblen los esfuerzos para comprender cuán más importante es tener diputados que defiendan en Córdoba.

Y lo hacemos aquí en Villa María, pensando en el orgullo de ser cordobeses y el orgullo que ustedes tienen de ser villamarienses, que es una ciudad sinónimo de progreso.

Nosotros queremos seguir custodiando ACA Bio, que resguarda la vida de 500 empleados.

No queremos que Villa María pierda presupuesto para su prestigiosa Universidad. 

Queremos que el orgullo que tienen los villamarienses se siga sosteniendo en el tiempo de la mano de un buen intendente como tienen ustedes, nuevamente reelecto, que es Martín Gill.

 

-¿Qué expectativa tienen con la boleta corta, es complicada la tijera?

-Nosotros aceptamos desde el primer día las dificultades, con una elección que cada día se iba a polarizar más y más todavía en octubre. Siempre pensamos que este desafío iba a ser sorteado mediante dos vías de trabajo: la confianza irrestricta en nuestros intendentes y dirigentes que pueblan la geografía provincial con el trabajo artesanal de tener que explicar el corte de boleta. El porqué de cortar boleta, y finalmente llevar eso a la práctica.

El resultado del 11 de agosto demuestra que eso es posible, la mayoría de los periodistas decían que no era posible que obtuviéramos los guarismos para garantizar un diputado, garantizamos ya casi dos. 

Ese objetivo que nos propusimos en un contexto muy difícil, de lograr los dos lugares de los diputados que vencen su mandato en diciembre, estamos muy cerca de alcanzarlo.

 

-¿Y la otra vía?

-Y la otra vía es que volvemos a confiar en los cordobeses y creemos que van a repensar la necesidad de contar con diputados que defiendan sus legítimos intereses.

Frente a la zozobra que existe en la sociedad, frente a las dudas, me parece que ante esa gran incertidumbre lo que está claro es que Juan Schiaretti hace 20 años que defiende los intereses de Córdoba.

Y los que estamos en esa lista también lo hicimos. Lo hice cuando era ministro de Agricultura y allá por el año 2008 me tocó enfrentar las consecuencias de la 125, una decisión equivocada del gobierno nacional de entonces.

Ahora, volviendo al tema de Alberto Fernández, él también lo reconoce. 

 

-Usted habla mucho de la defensa del desarrollo productivo, ¿en algún momento le advirtieron al Gobierno actual que la timba financiera iba a terminar con serias consecuencias?

-Le advertimos desde lo público, hasta en reuniones con otros ministros de otras provincias. Lo advertimos en reuniones con el ministro del Interior, con ministros de Economía, con el de Producción. En fin, hemos ido advirtiendo una y otra vez el camino equivocado que se tomaba y que terminaba en un circuito perverso desde lo financiero que cada vez fue sacando más recursos, es como haber estado apagando el incendio, por un lado, y echando nafta, por otro.

Entonces, esto claro que lo advertimos, lo dijimos muchas veces. Pero desde el comando de una provincia es muy poco lo que se puede influir en decisiones tomadas por el poder central.

A mi criterio con dos características, con una mala evaluación, con un mal diagnóstico de situación y sobre todo con una ineptitud en la toma de decisiones prácticas para llevar adelante ese programa.

 

-¿Qué cosas lo motivaron para empezar su militancia en el peronismo?

-Mi militancia en el peronismo data de mi primera juventud. Comencé a militar a los 17 años en Río Cuarto, luego fui a la universidad y seguí militando siempre en el peronismo. Vinieron los años de la dictadura y tuve que pasar a la clandestinidad, sufrí las consecuencias de ser preso político durante cinco años. Fui detenido en 1977 hasta 1982.

El mío fue un caso bastante paradigmático, no por mi persona, sino por el derrotero que tuvo de ser el primer Consejo de Guerra, que la Corte Suprema resolvió revisar y enviarlo a la Justicia Federal por considerar que era una barbaridad jurídica lo que habían hecho.

 

-¿Por qué lo detuvieron?

-Me acusaron de ser subversivo, como era la acusación de esa época a todo aquel que pensara distinto a la dictadura militar. Después me eso me reintegré a la actividad política, fui dos veces concejal de la ciudad de Río Cuarto. Antes de eso lo acompañé a Juan Schiaretti en distintas actividades, cuando era secretario de Industria de la Nación, cuando fue diputado nacional, cuando fue interventor en Santiago del Estero, cuando volvió y ocupó el Ministerio de Producción del gobernador De la Sota.

Fui electo legislador provincial, ministro de Agricultura y ahora presidente de bloque.

 

-¿Por qué se hizo peronista?

-Tal vez por lo que suponía una actitud de rebeldía de los sectores medios trabajadores de la época universitaria a fines de la década del 60 y principios de los 70. Era una gran mancha que contagiaba a todos. Si uno tenía algún tipo de inquietud, de sensibilidad, era imposible no abrazar algunos de los proyectos revolucionarios.

Abracé el peronismo por influencia de mi madre que era peronista. A mi padre no le gustaba la política, pero a mi madre sí.

Siguiendo ese ejemplo y ese guiño, que sin que mi padre se diera cuenta mi madre me hacía (risas), terminé militando en el peronismo.

 

-¿Qué hacían sus padres, a qué se dedicaban?

-Mis padres eran trabajadores, mi madre empleada de una fábrica que ya no existe, pero fue muy importante, la Oleaginosa Río Cuarto. Una persona que sufrió las consecuencias de la desaparición de mi abuelo muy temprano y de esa manera frustró la posibilidad de seguir estudiando, teniendo una cabeza brillante. Sufrió mucho las consecuencias de salir a trabajar a temprana edad para sostener y ayudar a su hermana y a su madre.

Y eso la forjó mucho en esta cuestión del peronismo. Mi padre era un empleado y después un cuentapropista que fue quiosquero, camionero, pasó por distintos trabajos hasta jubilarse.

 

-¿De niño era travieso?

-(Risas). Dicen que sí. Mi madre renegaba cariñosamente conmigo, digo cariñosamente porque siempre me terminaba perdonando las macanas que hacía. Aunque no hacía nada extraordinario, siempre fui un chico de barrio, que conoció el significado de los campitos donde improvisábamos partidos de fútbol, jugábamos a los trompos, a remontar los barriletes que nosotros construíamos.

Esa infancia me forjó y me conmueve siempre. Tengo hermosos recuerdos de los amigos, donde no había diferencias.

 

-¿Era soñador?

-Sí, siempre fui bastante soñador, sobre todo en la adolescencia, en la juventud. Siempre aspiré a ser protagonista de un proyecto colectivo, no de un proyecto individual. Siempre a mis sueños los vi como parte de un proyecto más abarcador que lo individual.

Buscando ser protagonista, con otros.

 

-¿Cuándo y cómo lo conoció a Juan Schiaretti?

-(Risas). Hace muchísimos años. El Gringo también es un militante de la década del 70, no militábamos en la misma organización, pero sí en organizaciones primas hermanas dentro del peronismo. Y retomé la relación con el Gringo, después del retorno de la democracia y fundamentalmente cuando él integró el Ministerio de Economía de la Nación, en la Secretaría de Industria y ahí me incorporé formalmente. O sea que hace muchísimos años.

 

-¿Usted militó en el espacio de Humberto Roggero?

-No, yo era contra del compañero Roggero (risas). Precisamente, alguien que osaba en ese momento, lo digo cariñosamente, rebelarme contra lo que era un poder territorial inmenso que expresaba la conducción de Roggero. Yo siempre decía que lo que justificaba mi postura era que el roggerismo era una máquina perfecta para ganar internas, pero que no podía ganarle a los radicales una elección general.

Y creo que no me equivoqué, ya que fue José Manuel de la Sota el que después nos abrió la cabeza y el corazón para que entendiéramos esto que tiene relación con la boleta corta y las decisiones que hoy tomamos.

Porque De la Sota claramente nos dijo que hasta que el peronismo de Córdoba no entendiera que por sí solo no iba a conquistar la conducción de los destinos de esta provincia, no lo íbamos a lograr.

Y así fue, la renovación y aquellos sucesivos intentos de De la Sota coronaron con éxito, no solamente cuando el radicalismo tuvo el traspié que sabemos, sino cuando nosotros estuvimos lo suficientemente maduros para entender que la sociedad cordobesa es lo suficientemente compleja, para bien, para admitir una visión sectaria que no englobe esa riqueza multicolor que tiene la sociedad cordobesa.

 

-¿Quién puede llenar el vacío que dejó la muerte de José Manuel de la Sota?

-Nadie.  Nadie. A los grandes hombres, en distintas áreas, no los cubre nadie y no es justo que lo cubran. En todo caso vendrán otros hombres que ocupen los espacios, pero de ninguna manera podrán mermar la vigencia de una personalidad política como fue la de José Manuel de la Sota.

Tengo la convicción de que José Manuel de la Sota hubiese sido el mejor candidato a presidente que los argentinos podríamos tener.

 

-La renovación del peronismo, ¿se dará en 2023?

-La renovación del peronismo de Córdoba ya comenzó a darse. Comenzó a darse en la comprensión que tanto de la Sota y Schiaretti tuvieron en la necesidad de garantizarle al peronismo que no hubiese un fraccionamiento de líneas internas que terminen dispersando lo que luego es muy difícil de unir.

Eso hizo que muchos dirigentes jóvenes del peronismo, hoy ocupen la mayoría de los cargos en municipios, en comunas, que ocupen espacios ministeriales, segundas líneas o la vicegobernación.

Jóvenes legisladores y que son todos partes de la misma generación. 

 

-¿Los sub-40 y los sub-50?

-Sí, esas nuevas generaciones, principalmente entre 45 y 50 años, ya están protagonizando el cambio. Y eso fue una virtud de De la Sota y Schiaretti. Creo que 2023 será un punto donde esas generaciones tendrán que protagonizar la marcha para ofrecerle a Córdoba la continuidad de un proyecto que sigue estando vigente y seguirá estando vigente en la medida que respetemos estas cosas.

Ahí me detengo y vuelvo a relacionar con otras preguntas que vos me has hecho.

Supongamos que el gobernador Schiaretti, que no puede ser reelecto, hubiese tomado una postura que lo hubiese alejado de su condición de estadista y con una mirada facilista se hubiera definido por algún candidato presidencial y que se hagan agua los helados.

Quienes hubiesen pagado las consecuencias de esa decisión hubiesen sido las nuevas generaciones porque los cordobeses lo hubieran visto como una traición a una tradición de construcción de conjunto de la sociedad y no lo hubieran perdonado.

Mirá vos lo que significa, entre otras aristas, cuando se toman decisiones estratégicas por parte de una persona que respeta la historia, respeta el futuro y respeta a los cordobeses.

 

-Hablando de eso, considero que Schiaretti tiene un huevo en cada canasta ya que el espacio de Alternativa Federal se dividió entre las tres listas principales. Urtubey con Lavagna, Massa con Fernández y Pichetto con Macri. ¿Qué puede decir de eso?

-(Sonríe). Antes de hablar de cada uno de ellos, porque serán ellos los que tendrán que explicar por qué una posibilidad histórica de construir una alternativa, que los argentinos hubieran valorado, no se logró. ¿Por qué no lo hicieron, por qué privilegiaron otros intereses? 

Creo que esa alternativa que se perdió tendremos, tal vez por otras vías, que construirla para adelante.

Porque si no reconstruimos, si no superamos la grieta, si no hay un gran acuerdo social, político, institucional, que dé cuenta de los ocho o 10 problemas centrales que Argentina tiene que enfrentar y resolver, muchos de ellos con un gran costo, si eso no se logra, vamos a volver a repetir los errores y Argentina no va a salir de esta crisis.

Preguntémonos qué sucede con sociedades que, una tras otra, van transitando crisis y después nos asustamos cuando se buscan soluciones autoritarias. Como pasa en algunos países vecinos.

No nos asustemos, los argentinos, si no estamos a la altura de las circunstancias de esta, diría yo, una de las últimas oportunidades que la paciencia de la sociedad va a tener con sus dirigentes, para actuar con grandeza y evitar males futuros.

Creo que eso, más allá de la decisión que no comparto de ninguno de ellos en el camino que tomaron, y menos del que abandonaron en Alternativa federal; es lo que debemos construir.

 

-Se está hablando de la necesidad de un gran acuerdo nacional.

-Bueno, espero que se pueda construir sin necesidad de que nadie deba resignar su identidad. Pero hay momentos donde lo primero es lo primero y aquí lo primero no es pensar en los intereses de partes, sino en los intereses del conjunto.

 

-¿Cuál es su sueño hoy?

-Más que mi sueño, diría el desafío. Así como uno ha ido todos los días aprendiendo a vivir,  debemos aprender también a ir entendiendo mejor el destino de uno en esta bendita Tierra y aceptar, para abrir el espíritu, lo que está seguro de que no va a terminar de comprender nunca.

 

Me gusta

Me gusta mucho el deporte, soy un amante de la práctica del ciclismo y de la vida familiar, fundamentalmente centrada en mis hijos y mis nietos.

Me divierte

No sé si soy divertido, tengo mi sentido del humor, algunos dicen que es demasiado ácido. Respeto mucho la ironía fina de quien la ejerce.

Me entristece

Los pantanos en que los seres humanos y las sociedades incurrimos. Me entristece esto de tropezar con la misma piedra y no poder ofrecerles a nuestros hijos, a nuestros nietos, el horizonte de una sociedad que crezca normalmente.

Me enoja

Varias cosas. Tengo un carácter bastante explosivo, soy escorpiano, no entiendo mucho de signos (risas). Pero no soy rencoroso, es una virtud que trato de resguardar.

Opiniones

Mauricio Macri - Un hombre que perdió una nueva oportunidad para que Argentina encontrara un rumbo sostenido de crecimiento.

Juan Schiaretti - Es un apasionado, yo lo definiría como el cordobés más apasionado por Córdoba.

Martín Gill - Un intendente que es un lujo para los villamarienses y que tienen que seguir acompañando.

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