Mano a mano

Donald en la trinchera, Lucho y Evo en el frente

"Creo que todos tenemos un poco de esa bella locura que nos mantiene andando cuando todo alrededor es tan insanamente cuerdo”. Julio Cortázar
lunes, 9 de noviembre de 2020 · 10:07

Escribe: Nancy Musa / De nuestra Redacción

Otra semana tormentosa. El año 2020 sigue con su carrera alocada. La mirada de la mayoría del campo político estuvo puesta en el “gran país del norte”, la denominada “cuna de la libertad”. Y en esa cuna, el nuevo presidente tardó en ver la luz.

Cinco días demoraron, en las salas de conteo de votos. Cinco días para que el “país de la libertad” tuviera un presidente electo y un presidente insurrecto.

Uno, desesperado por llegar, el otro desesperado por quedarse. “Fraude, fraude”, grita Donald a viva voz. El hombre que le “ganó” la pulseada al virus, según él, en dos días de internación, no puede admitir que perdió el bastón de mando por un par de millones de papeles que llegaron por correo.

“Guerra”, gritan sus fanáticos seguidores. ¡Qué paradoja!, el país de las invasiones, en riesgo de ser invadido por los propios.

Algunos pensarán ¿qué nos importa a nosotros Estados Unidos?

Craso error, ellos están acostumbrados a manejar la vida de otras naciones, aunque en este año bisiesto están demostrando tener serios inconvenientes para manejar la propia. Nada es perfecto, en un mundo imperfecto.

Y así, entre pataleos y llanto el sábado 7 N se dio a conocer el vencedor de la contienda: el demócrata Joe Biden y su compañera de fórmula Kamala Harris, la primera mujer en llegar a la Vicepresidencia del país de las “igualdades”.

“Hay un cambio de época en Estados Unidos, los últimos cuatro años han sido muy difíciles para América Latina”. El presidente Alberto Fernández habló del triunfo de Biden.

Los resultados en el país del norte adquieren relevancia en el marco de las relaciones que se gestarán en el escenario de un mundo que está en una seria crisis, producto de la presencia inesperada del COVID-19.

Alberto ha estrechado lazos con la mayoría de los líderes europeos, alejados cada vez más del liderazgo controvertido de Donald Trump. Un imprevisible multimillonario, caprichoso, que se consideró dueño de la Casa Blanca, sembrador de miedo, odio, agitador del racismo, promotor de violencia. El tío rico, hoy, atrincherado en su puesto y negando los resultados.

¿Biden será diferente? En el fondo posiblemente no haya grandes modificaciones, en la forma seguramente sí. 

En su primer discurso el presidente electo de USA realizó un llamado a la unidad, al diálogo, habló de oportunidades para todos. “Es con todos y todas”, podríamos resumir.

La retórica demócrata estuvo presente en sus palabras: consideración a la ciencia, el medioambiente, la educación, respeto a la diversidad. La mención a Rooslvelet, Kennedy, Obama. Nada nuevo bajo el sol de Arizona.

Durante la campaña, colmada de noticias falsas, los seguidores de Trump repetían que con Biden “venía el comunismo”. Nada más ridículo.

La política de Estados Unidos tiene continuidad. La gran incógnita es cómo la desarrollará en un mundo que no es el mismo a partir del virus. A las autoridades electas les toca una ardua tarea: recomponer la economía interna, detener el avance del COVID-19, desactivar la bomba que podría desatar una guerra civil, entre otros asuntos significativos, que no son caricias.

Mientras tanto, el Continente Europeo está cada vez más cerca de Asia. Predecir resultados es imposible. Sin embargo, no es descabellado pensar en nuevos acomodamientos del poder.

En esa metamorfosis, el Gobierno argentino tiene chances de liderar, junto a México, una estrategia más centrada en la razón que en la sinrazón preponderante en los últimos cuatro años.

 

La grieta insalvable

El científico Ernesto Resnik hizo un análisis interesante en Twitter sobre el resultado de los comicios.

“El dato de las elecciones en EE.UU. no es tanto el repudio o apoyo a políticas de Trump, como el contexto de una grieta urbana/rural que parece cada vez más insalvable. La polarización en esa grieta fue total.

La gran elección de Trump en zonas rurales (donde recibe entre el 70%-85% de los votos, es muchísimo más una expresión de los miedos, angustias y resentimientos, sociales y económicos, que atraviesan esas comunidades. Trump alimentó y explotó todos ellos”, expresó el biólogo argentino que vive en Minnesota.

En su hilo, en la red social, Resnik continuó explicando: “El descreimiento -casi odio y desprecio- en las comunidades rurales por las élites es en parte el resentimiento por el olvido, por la fuga de jóvenes, por el no acceso a trabajos bien pagos que requieren de entrenamiento profesional en las grandes ciudades.

El miedo es el miedo al cambio, el miedo a lo nuevo y al distinto, al inmigrante latino al que esas comunidades rurales tuvieron que recurrir para sembrar y cosechar su soja y maíz porque sus hijos se fueron a la ciudad. Y el latino cambió sus pueblos y habla otro idioma.

Trump le habló a esos miedos y resentimientos. Las derechas siempre le hablan a los miedos y resentimientos”.

Las derechas siempre le hablan a los miedos y resentimientos. El hilo conductor de la historia de los pueblos.

Un hilo que todavía nadie ha podido romper.

Un largo regreso a casa

Cambia, todo cambia. El presidente Trump no acepta la derrota y amenaza con atrincherarse en la Casa Blanca. En el otro extremo, después del golpe a Evo promovido por los Estados Unidos, Luis Arce asumió la Presidencia de Bolivia tras ser elegido en forma contundente en las urnas.

El pueblo celebró en la calle el retorno de la democracia a Bolivia. Arce y su vice, David Choquehuanca, recibieron los atributos presidenciales y la esperanza recorrió las calles del vecino país.

“Este 8 de noviembre iniciamos una nueva etapa en nuestra historia y queremos hacerlo con un gobierno que sea para todas y para todos, sin discriminación”. Otra vez la frase que se ha convertido en estrella, pronunciada por un emocionado Lucho Arce. Es con todos y todas.

Alberto estuvo en la primera fila. Fue vitoreado por los diputados del MAS y le agradecieron haber salvado la vida de Evo.

A Bolivia también le será difícil remontar la situación dejada por el Gobierno de facto. Evo no fue a la asunción, pero emprendió el regreso a casa después de meses de exilio en Argentina.

¡Gracias, hermanas y hermanos argentinos! Una parte de mi corazón se queda en Argentina para siempre, escribió en su cuenta de Twitter.

Nuevos caminos se abren entre la locura de “un mundo insanamente cuerdo”.

Nuevas rutas, vacunas incluidas, que dejan una mirilla abierta para espiar la esperanza.

Esa, que según dicen, es lo último que se pierde.

 

Clasificados – 9 de noviembre

Nos comprometemos a rectificar lo que estuvo mal y profundizar lo que estuvo bien. Democracia es proteger el acceso a la salud, a la educación, al trabajo, a los ingresos y a la vivienda.  Democracia es el derecho de disfrutar de la riqueza que es para todos, no para unos cuantos”. Lucho Arce, presidente de Bolivia

“Mi homenaje a generaciones de mujeres, mujeres negras, asiáticas, blancas, latinas y nativas estadounidenses de toda la historia, que han abierto el camino para el momento de esta noche. Mujeres que lucharon y sacrificaron tanto por la igualdad, la libertad y la justicia para todos, incluidas las mujeres negras, a las que a menudo no se tiene en cuenta, pero que a menudo demuestran que son la columna vertebral de nuestra democracia”. Kamala Harris, la primera mujer en ser electa vicepresidenta de Estados Unidos

“Continuamos articulando, Gobierno y sector privado, reglas de juego para una economía más previsible y pujante.  Junto al Consejo Agroindustrial Argentino trabajamos en un proyecto para potenciar el crecimiento de un sector clave para el desarrollo de nuestro país”. Martín Guzmán, ministro de Economía de la Nación

“Cómo despedirse de un amigo, un hermano, un compañero de dolores y alegrías, de proyectos, aventuras y peleas, de toda una vida, desde esos lejanos y apasionantes años 60 de la Resistencia, las Cátedras Nacionales, Cine Liberación. Cómo decirte llorando, ¡hasta siempre, Pino!”. Alcira Argumedo, diputada nacional mandato cumplido

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