Luchando contra los molinos de viento

“Cambiar el mundo, amigo Sancho, no es ni utopía ni locura, es justicia”. “El Quijote de la Mancha” - Miguel de Cervantes Saavedra

Escribe: Nancy Musa
De nuestra Redacción

En 1605 fue publicada la primera parte de unas las obras más grandes de la literatura universal, “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes Saavedra.

El caballero andante, ideado por el escritor español, sigue siendo un emblema del idealismo, la aventura, la lucha por causas nobles en un escenario de pelea contra los molinos de viento. “No puede impedirse el viento, pero hay que saber hacer molinos”.

Cuatrocientos años después, los molinos están hechos de grandes fortunas, propiedad del 1% de la población, según los datos que circulan. El 1% que se lleva el 80% de la riqueza que se genera a nivel mundial, y deja para el 99%, apenas 20 magros pedazos de la torta.

Son molinos que tienen viento a favor y van generando día tras día montañas y montañas de dinero, ese bien ligado a fuego con el poder.  Artefactos que van moliendo, triturando a los países con sus engranajes especulativos y arrojando a los campos de la desigualdad a millones y millones de seres humanos.

A veces el viento sopla en sentido contrario y el eje que mueve las aspas se traba.

Luchar contra los molinos de viento, es una metáfora para sintetizar la pelea con enemigos imaginarios. ¿Imaginarios? Hoy, el mundo se enfrenta a una crisis de dimensiones imposibles de predecir, por causa de un enemigo invisible que logró poner en jaque la creencia de la vida eterna del sistema que privilegió los beneficios económicos a los valores esenciales de la humanidad.

Argentina es uno de los países que intenta luchar al estilo Quijote. Un país que ha sido atacado por los “buitres”, tropezó, cayó, se levantó y volvió a caer. El primero en colgarnos la soga de una deuda insostenible fue Bernardino Rivadavia. Paradójicamente, el sillón principal de la Rosada lleva su nombre por haber sido el primer jefe de Estado. El 1 de julio de 1824 se contrató con la Banca Baring un empréstito por un millón de libras esterlinas. La comisión por esa toma de crédito representó 150 mil libras, la mayor parte se la quedaron los intermediarios argentinos. Un consorcio integrado por Braulio Costa, Félix Castro, Miguel Riglos, Juan Pablo Sáenz Valiente y los hermanos Parish Robertson.

La deuda acumulada se terminó de pagar en 1947, durante la primera Presidencia de Juan Domingo Perón. En 1951 en pleno peronismo Argentina pasó de deber 12.500 millones de pesos moneda nacional a ser, por primera vez en su historia, un país acreedor por más de 5.000 millones de pesos moneda nacional, según se desprende del libro de Norberto Galasso, “Historia de la deuda externa”.

 

Otra vez sopa

Tras el derrocamiento de Perón se toman nuevos préstamos y otra vez sopa. Otra vez a luchar contra los molinos de viento. En 1956, el gobierno de Aramburu sella su pacto con Estados Unidos e ingresa al Fondo Monetario Internacional. Dato que indica que los problemas no tuvieron su origen en el peronismo, como los impulsores de políticas de endeudamiento pregonaron y siguen pregonando.

En 1976, cuando derrocan el tercer gobierno peronista, la deuda externa ascendía a 7.800 millones, en 1983 subió a 45 mil millones de dólares. Incluía la estatización de la deuda de grandes empresas y la implementación de la famosa bicicleta financiera.

Una pesada herencia para el Gobierno de la recuperación de la democracia. En otro momento contaremos la historia completa, la que nos llevó a este hoy apretado por los intereses externos y los intereses internos.

 

Muchos intereses en juego

La pelea del Gobierno argentino en la actualidad tiene varios frentes y varias retaguardias. La deuda que pasó de un 52% del PBI en 2015, a un casi 90% del PBI en 2019, con el agravante que el 80% es en dólares, es una de las jugadas más quijotescas del equipo económico liderado por Martín Guzmán.  

El joven economista, que regresó al país para sumarse a la “patriada”, expresó al presentar la propuesta a los bonistas. “Esta realidad requiere una reestructuración profunda necesaria para salir adelante. Es un proceso complejo, pero que hay que transitar y hay muchos intereses en juego, hablamos de miles de millones de dólares”.

Miles de millones de dólares versus miles de millones de dolores.

“Los bonistas van a presionar para que Argentina ofrezca algo que vas más allá de lo que se puede pagar. En ese sentido hay una demanda para que Argentina haga más ajuste, más rápido y eso nunca resolvió los problemas. Es algo que nosotros no vamos a hacer”, indicó Guzmán acompañado por Alberto Fernández, Cristina Fernández, Sergio Massa y los gobernadores.

Una mesa graficando la unidad en un tema tan delicado. La foto para que los codiciosos de siempre entiendan que esto no es un juego y que la vida está en la cúspide de la pirámide.

 

Qué changa te agarraste, hermano

Fue la frase del uruguayo Pepe Mújica para Alberto. El presidente argentino se agarró todas las plagas. Pero hay que reconocer que nadie lo pone entre las cuerdas y va un paso delante de sus detractores.

El abogado, con alma de profesor, se tiene que bancar no solo a ciertos marginales de su propio partido, sino a los fogoneros de los intereses del sector más privilegiado. Una changa bárbara, dijera el Pepe.

Debemos reconocer que el Gobierno se mantiene firme en su posición de sacar una ley para que las 12 mil familias más ricas aporten a la emergencia. 

“Esta que llaman por ahí Fortuna es una mujer borracha y antojadiza, y sobre todo, ciega, y así no ve lo que hace, ni sabe a quién derriba”. Otra de las frases del Quijote.

El proyecto impulsado por el diputado Máximo Kirchner en conjunto con Carlos Heller está a la espera de una aprobación para sesionar por videoconferencia.

Desde la oposición buscan que la reunión en el recinto legislativo sea presencial. Esta semana habría decisiones al respecto.

 “Hay que pensar en una nueva estructura económica para el mundo y poner sobre ella la solidaridad”, indicó Alberto Fernández en una charla telefónica con el presidente de Francia, Emmanuel Macron.

Argentina va sumando apoyo de diversos países en esta batalla contra el virus invisible y los otros virus visibles.

“El mundo enfrenta un dilema y juntos avanzaremos con esta mirada común. Las pestes matan personas y dejan el alma al descubierto”, dijo el presidente en su diálogo con el mandatario francés.

Sin duda, las pestes dejan el alma al descubierto.

 

CLASIFICADOS 20 DE ABRIL

 

"Entrevista telefónica amistosa con @aferdez para manifestarle nuestra entera solidaridad con el pueblo argentino en la lucha común contra el COVID-19 y para ayudarle a hacer frente a sus retos económicos y financieros".

Emmanuel Macron, presidente de Francia en su cuenta de Twitter

 

"Argentina le está mostrando al mundo cómo se ve una respuesta humana de COVID-19", en el que elogia el enfoque y las medidas del Gobierno ante la pandemia. La Nación muestra cuánto es posible cuando un gobierno pone a las personas antes que a las ganancias".

Frase del artículo del periodista Jacob Sugarman, publicado en el semanario estadounidense The Nation

 

 

“Fernández nos pidió que sigamos insistiendo en la necesidad de no salir más que lo necesario. Yo hablo con nuestros infectólogos y ellos me dicen que tenemos la suerte de que el virus no está circulando acá. Todos los casos que tenemos provienen de alguien que tuvo contacto con el exterior, pero eso no quiere decir que no nos estemos preparando para nuestro propio caso cero”.

Pablo Rosso, titular del Deliberante a cargo del Ejecutivo municipal

 

“A diferencia del coronavirus, el dengue tiene un auto, que es el mosquito, quien hace que el virus del dengue vaya pasando de una persona a otra. Por eso es tan importante el diagnóstico rápido de la persona infectada, no solo para el cuidado de ella, sino que también para el resguardo de la comunidad”.

Pablo Gornitz, bioquímico

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