Cumpleaños con mucho ruido, presiones y fuerte apoyo de la sociedad

Escribe Nancy Musa

De nuestra Redacción

¡Qué semana, señor presidente! Reunión del G-20, festejo de cumpleaños con la mecha encendida del coronavirus, en el Día del Veterano y Caídos en Malvinas, una fecha muy especial para los argentinos. Empresarios poderosos despidiendo trabajadores, presiones económicas, mediáticas, políticas.

¡Qué semana, Alberto Angel Fernández! Aplausos y cacerolas. Guerra de balcones en CABA. Ruido de ollas alborotadas. Cánticos en apoyo al Gobierno. Encuestas que lo ubican en la cresta de la aceptación popular y los enemigos al acecho, el invisible y los visibles.

Mientras el presidente Alberto Fernández intenta cerrar la grieta, un par de dirigentes del PRO hacen lo imposible por mantenerla abierta. Son los que viven de la grieta, respiran por la grieta, se alimentan con la grieta.

Hay excepciones. Sí, las hay y las diferencias abrieron una rajadura en el centro del partido de Mauricio Macri. No todos están de acuerdo con desgastar al Gobierno en medio de la pandemia que azota al mundo y está dejando en evidencia las fallas del sistema que viene priorizando la economía por sobre la vida.

Este planteo, en defensa de la salud y la vida lo hizo el jefe de Estado argentino en la reunión del Grupo de los 20 que tuvo lugar el 27 de marzo. El discurso de alto contenido humanista recibió elogios de referentes internacionales.

"Nada será igual a partir de esta tragedia. Tenemos que actuar juntos, ya mismo, porque ha quedado visto que nadie se salva solo”, afirmó Fernández y propuso la creación de “un Fondo Mundial de Emergencia Humanitaria” para combatir la pandemia del coronavirus.

Con su estilo pausado, por teleconferencia, el mandatario argentino tiró otra frase destacada: “Enfrentamos el dilema de preservar la economía o la salud de nuestra gente. Nosotros no dudamos en proteger integralmente la vida de los nuestros... el tiempo de los codiciosos ha llegado a su fin. Como enseña el Papa Francisco, tenemos que abrir nuestros ojos y nuestros corazones para actuar con una nueva sensibilidad”.

 

Los codiciosos a la carga

La codicia no tiene fin. A la par del enemigo invisible que deja cientos de muertos en el planeta, están los poderes económicos visibles que consideran al dinero el centro de su accionar. La mentalidad de este sector es totalmente opuesta al humanismo. Varios países están pagando con creces la decisión de no frenar la actividad económica e imponer el aislamiento a su debido tiempo, como hizo Argentina.

En Estados Unidos comenzaron los enfrentamientos entre gobernadores y el presidente Donald Trump. En Brasil, Jair Bolsonaro tiene serios conflictos y se habla de un posible desplazamiento de sus funciones.

En Ecuador, la situación es desesperante y, según los rumores que corrían el fin de semana, el presidente Lenín Moreno se había refugiado en una isla del Pacífico. Son algunos ejemplos del fracaso de las políticas neoliberales ante el avance sistemático del COVID-19.

En este contexto, el Gobierno argentino tomó cartas en el asunto con antelación decretando el aislamiento obligatorio y luego extendiendo su duración hasta el 13 de abril.

La posición de Fernández, su mensaje a la población poniendo énfasis en el cuidado de la vida, en la protección del pueblo, fue apoyada por una amplia mayoría y los aplausos se extendieron de balcón en balcón, de ventana en ventana.

Sin embargo, no ceder a las presiones de quienes exigían levantar la cuarentena y poner en marcha la economía tuvo su contrapunto. No digieren la popularidad de un presidente que tuvo el atrevimiento de enfrentarlos y exponerlos en su faceta más controvertida.

 

Cuando las ollas vienen marchando

El despido de 1.450 trabajadores, realizado por el grupo más rico del país, molestó al presidente que sin nombrarlo le tiró una estocada. “Hermano, ya ganaste mucho dinero, es hora de ganar menos”. El contraataque no se hizo esperar y salieron los “enviados” a desempolvar las cacerolas con la consigna “que los políticos se bajen los sueldos”.

Los “vivos”, como les llama el presidente, contra la política que está asumiendo los costos para saldar los desastres de los CEO. Un ministro de la Corte gana cuatro veces más que el primer mandatario nacional que desde su asunción el pasado 10 de diciembre trabaja de lunes a lunes con escasas horas de descanso. No hay funcionarios con dinero en el exterior, no hay ñoquis ni personas que reciben sobres por debajo de la mesa. Los fondos reservados de la AFI se usan para la emergencia sanitaria.

Todo el equipo está a pleno, buscando soluciones. Nadie tiene feriado, ni se toma vacaciones.

En varias provincias se hicieron recortes de sueldos de funcionarios, en municipalidades de la región también, y a nivel nacional el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, anticipó que estaban analizando un recorte del 40% en los haberes y poner límite a la cantidad de asesores de los diputados.

Por su lado, senadores del oficialismo ofrecieron donar parte de sus dietas al fondo sanitario.

La movida de un sector del PRO, comandado por Patricia Bullrich, no fue bien vista por los referentes de la Coalición Cívica liderados por Elisa Carrió y por otros legisladores de Juntos por el Cambio que consideran que es hora de trabajar, con la misma sintonía, para salir de esta situación extrema.

“Propiciar un cacerolazo en plena emergencia sanitaria es una irresponsabilidad”, fue el pensamiento de varios opositores. En nuestra ciudad, los referentes del PRO adoptaron el trabajo en conjunto con el oficialismo.

En realidad, la estrategia de Bullrich y compañía fue una cuestión de oportunismo para golpear a un presidente que tiene un nivel de acompañamiento pocas veces visto en la historia política (más del 80%) y eso es motivo de preocupación para los que danzan alrededor de la hoguera de las vanidades y sacan cuentas en términos electorales.

El ruido de las ollas y sartenes se mezcló y fue tapado con los cánticos a favor de Alberto. En los balcones de CABA, principalmente, se fundieron los cucharones con las trompetas y acordes de la marcha peronista.

En las redes sociales se cruzaron los simpatizantes y los contras. Mientras tanto, los que mueven los hilos del gran hermano económico no acusan recibo al llamado de solidaridad.

Y la sociedad lo registra.

 

Los bancos no te bancan

¡Qué semana! Sobre el filo de la caótica semanita, el presidente se desayunó con miles de jubilados haciendo cola en la calle, sin ningún tipo de organización. El pago a los pasivos y las asignaciones universales puso en el borde de la cornisa al titular del Banco Central, Miguel Pesce, y al responsable de ANSES, Alejandro Vanoli. “El presidente estaba enfadado”, reconoció Pesce.

No es para menos, la situación que fue ordenada en la mayoría de los establecimientos, fue un descontrol en otros y ya se sabe que los ojos apuntan al caos.

Y nuevamente, los oportunistas tuvieron una excusa para exigir renuncias y tirar ganchos de derecha y de izquierda a quien le está poniendo el cuerpo a uno de los momentos más duros de la humanidad en general.

Los que pedían el levantamiento de la cuarentena, de pronto se “consternaron” por la exposición de los pasivos. Contradicciones típicas de los que piensan que cualquier medio justifica sus fines particulares.

Algunos bancos no estuvieron a la altura de la circunstancia. Mensaje indirecto al Gobierno. Mensaje similar al de cierto empresariado que prioriza los dólares y subestima los dolores de millones de personas.

Los bancos, en su mayoría, no bancaron. Al presidente le quedó muy claro, el segundo día de pagos fue una pinturita. No es conveniente tensar la cuerda.

 

Nada será igual

Están los que opinan que después de la pandemia, nada será igual. ¿Qué pasará con los que han amasado su fortuna haciendo negocios con el Estado y hoy se negaron a colaborar? ¿El Estado los seguirá contratando, los seguirá subsidiando o pondrá su mirada en los miles de empresarios pequeños que fueron solidarios?

¿Qué pasará con los banqueros que se enriquecieron con la especulación y timba financiera en los últimos años y hoy dan la espalda a las necesidades de la población?

¿Qué pasará con los oportunistas, con la justicia injusta, con los cultores del odio?

Preguntas que se filtran entre las cepas de un virus que detuvo el mundo y obligó a reflexionar sobre la fragilidad de un sistema basado en lo material.

¿El aislamiento nos ayudará a reflexionar sobre la importancia de la vida, de la familia, del amor? Las crisis suelen ser un pasaje para rescatar lo mejor de las comunidades. ¿Lo lograremos en esta ocasión?

Preguntas que se deslizan suavemente entre las partículas de un enemigo invisible y de los enemigos que ya quedaron al descubierto.

 

Clasificados 6 de abril

“No hay lugar alguno para la especulación política. La batalla que debemos dar ante esta tragedia sociosanitaria requiere del compromiso, acompañamiento y trabajo del conjunto, sin distinción de ideologías y creencias”.

PRO Villa María, tras la reunión con Pablo Rosso, a cargo del Ejecutivo local

 

“El esfuerzo tiene que ser de todos. Desde el bloque de la UCR vamos a donar el 50% de nuestros sueldos, con destino a comedores de la ciudad y sectores vulnerables de Villa Nueva. Sabemos que son momentos muy difíciles para todos, con situaciones sumamente críticas, y acompañamos muy de cerca el esfuerzo que estos comedores, como muchos, hacen día a día para poder satisfacer necesidades básicas de los vecinos”.

Ignacio Tagni, concejal

 

“Nuestra soberanía está reconocida por muchos países del mundo y aun la ONU hizo un reconocimiento tácito al instar a continuar las negociaciones con el Reino Unido, pero hay que seguir insistiendo, en todos los foros en los que tengamos posibilidades, en que las Islas Malvinas son nuestras, porque allí hay mucha sangre argentina derramada”.

Carlos De Falco, reunido con excombatientes de Malvinas

 

“Les puedo asegurar que, salvando las distancias del hambre, los bombardeos y las destrucciones, esta situación que estamos viviendo tiene similitud con los comienzos de una guerra, donde hay que acatar órdenes.

Y la mejor arma que tenemos es aislarnos. Esto trae en principio la alegría de estar todo el día con los seres que nos rodean”.

Elio Grandis, excombatiente de Malvinas

 

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