Monzó le sacó tarjeta roja a la antipolítica

lunes, 21 de septiembre de 2020 · 08:00

Escribe Nancy Musa
De nuestra Redacción

Ser democráticos o ser golpistas. Ser fuerza bruta o fuerza inteligente. Esa es la cuestión, para algunos, incuestionable. No se puede vivir pateando al contrario porque te ganó el partido, no es la característica de un buen equipo. Y mucho menos debería ser de quienes se promocionaron como “el mejor equipo de los últimos 50 años”.

La posición cada vez más intolerante del grupo comandado por Mauricio obligó a salir del vestuario a uno de los armadores de Cambiemos en 2015. El hombre que presidió la Cámara de Diputados durante la gestión anterior.

El diplomático abogado nacido en Carlos Tejedor el 26 de septiembre de 1965, acumuló varias tarjetas amarillas y le sacó la roja al jefe del espacio que “perdió el control”, según murmuran por lo bajo.

Y así fue que un día de septiembre Emilio Monzó consideró que nadie se podía robar la primavera y en una entrevista con Página 12, se quedó con el silbato de un árbitro de su espacio y salió a la cancha a poner orden en el desorden de la casa “tomada” por los que viven de echar nafta al fuego.

“Cambiemos fue un esquema electoral de 2015, después se armó otro esquema electoral de Juntos por el Cambio, pero creo que todos los esquemas electorales que se han armado en los últimos 10 años duran solo dos años. Como no tienen consistencia ni ideológica ni ninguna identidad, sino que tienen un objetivo electoral, la fecha de vencimiento la tienen cuando ocurre la elección”, arrancó Monzó apenas pisó el césped.

Sabe de lo que habla. Monzó fue el cerebro político que armó el rompecabezas de alianzas, un acuerdo que llevó al poder a Mauricio Macri en una reñida elección en balotaje. Fue también el responsable de la campaña territorial de Cambiemos y el pilar de los consensos logrados luego en el Congreso.

Los dichos de una de las caras visibles del PRO causaron tanto ruido en el séquito de Mauricio, que rápidamente salieron a fogonear otra marcha contra el Gobierno actual.

Diez meses de gobierno y cientos de marchas, cacerolas, consignas cargadas de odio.

Entre el virus, los anticuarentena, los apocalípticos, los que reivindican a los militares, la realidad superó hasta la más loca ficción.

Uno podría decir que estamos frente a una sátira, una especie de Truman show sin Truman, una especie de circo sin carpa. Pero no. Es la casa tomada por los que no admiten la democracia, los que intentan derrotar la política, a la vez que aseguran no creer en ella.

Monzó lo sabe y salió al campo. “Si Cambiemos o Juntos por el Cambio pasa a ser una posición reivindicadora del pasado yo siento que no voy a ser parte”. Contundente. Monzó está en diálogo permanente con Horacio Rodríguez Larreta, Rogelio Frigerio, Nicolás Massot y Sebastián De Lucca.

 

Separados por el espanto

“Nuestra mayor responsabilidad es armar una dirigencia con volumen político donde la moderación sea el factor común y que esté integrada por Martín Lousteau, Rogelio Frigerio, María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo, entre otros. Si logramos formar esa mesa y que esa mesa conduzca la alternativa política, creo que es un paso muy importante para nuestro país”, indicó el extitular de la Cámara de Diputados.

En la extensa entrevista publicada en Página 12, Monzó pone en valor la política por sobre la frivolidad de los que llegaron a ocupar cargos por haberse destacado en otras ramas, caso Macri.

La política es tolerancia, respeto a la democracia, debate. Es el pensamiento de Monzó que ya está trabajando activamente para lograr “un poco de cordura”.

En la misma línea del abogado bonaerense está el principal referente del PRO local, Darío Capitani. Su espacio viene dialogando, desde hace tiempo, con Rogelio Frigerio y Nicolás Massot.

¿Le ganará la política al odio? Sería un gran avance para el país en su conjunto.

 

“Hay miserables afanes de popularidad, más denigrantes que el servilismo”

La frase pertenece a José Ingenieros. En la actualidad los miserables afanes de popularidad se mezclan con el servilismo. Los que desfilan por las pantallas de TV hablando de golpe, calumniando, los que generan noticias falsas cada dos minutos, los que venden pescado podrido, ¿buscan popularidad o son emisarios de intereses económicos poderosos?

José Ingenieros consideraba que “así como los pueblos sin dignidad son rebaños, los individuos sin ella son esclavos”. En plena pandemia, sale a la luz la falta de dignidad de individuos que se etiquetan en la categoría de “dirigentes” y en realidad son esclavos del poder que se niegan a soltar la rienda.

Los cuadros políticos, más allá del partido al que pertenezcan, tienen claro el concepto de las reglas elementales de la democracia.

Los cuadros serviles, más allá del partido al que pertenezcan, no les importa la democracia, ellos trabajan para sus amos. Amos que, históricamente, han golpeado las puertas de los cuarteles.

Y hoy incitan a golpear cacerolas.

 

¿Fuerza bruta o fuerza inteligente?

La mayoría de los argentinos no queremos la fuerza bruta. Nuestra historia nos ha demostrado que la violencia no es el camino para salir de las crisis. Nuestra historia nos ha enseñado que el odio nos conduce, sin escalas, hacia un nuevo abismo. Parafraseando a Jean Paul Sartre “cuando los ricos emprenden una guerra, son los pobres los que mueren”.

Algo hemos aprendido de las lecciones de la historia, algo hemos aprendido de las lecciones de la vida. La guerra de las ollas y sartenes es más para un reality de chef internacionales.

Nosotros deberíamos usarlas con espíritu solidario. De ninguna manera para derrocar a un gobierno elegido en las urnas.

Hoy, necesitamos fuerza inteligente. Necesitamos personas dignas dispuestas a dar lo mejor para poner al país de pie.

En todos los partidos, en todas las organizaciones, en toda la sociedad, tenemos personas dignas. Hemos caído, hemos tropezado y nos hemos levantado, por la fuerza de esa dignidad.

Una fuerza que la política debe recuperar y poner al servicio del país.

 

Clasificados 21 de septiembre

“Argentina ha estado varias veces jodida y siempre sale. Tiene fuerza y tiene recursos, pero el problema es que tenga la paz institucional interior como para poder superar esto. Me preocupa mucho más el clima político que la realidad material. Yo a Alberto Fernández le dije que le tocaba bailar con la más fea. No es changa el desafío que tiene, da la impresión que es el hombre más adecuado para ese momento dramático”. Pepe Mujica, expresidente de Uruguay.

"Entiendo el malestar con la economía, con el Gobierno. Lo que no se entiende es el comportamiento antisocial o anti uno mismo. las marchas me preocupan porque incentivan los contagios". Ginés González García, ministro de Salud de la Nación.

 "La experiencia que tenemos es que la relación entre los precios y el tipo de cambio está vinculada al tipo de cambio oficial. La relación entre el tipo de cambio y el nivel precios está dado por el tipo de cambio oficial, que es al cual se realizan las importaciones de diferentes insumos que el país necesita para producir, de algunos bienes finales y esto es lo que se traslada a los precios de manera inmediata". Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo de la Nación.

 

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