Mano a mano

El desafío en pandemia: recuperar el trabajo

Escribe Nancy Musa
De nuestra Redacción

La mayoría de los días que celebran “derechos esenciales vulnerados” tienen su origen en una tragedia. Mujeres reclamando, trabajadores reclamando. Este 1 de mayo de 2021, el Día del Trabajador está teñido en parte por el dolor y la muerte.

Segundo Día del Trabajador en un mundo atacado por la pandemia. No es un dato menor. Si bien el virus es invisible y no respeta clases sociales, los laburantes han sido muy perjudicados, nuevamente.

La historia nos cuenta de mártires inmolados en el altar de la defensa de las igualdades. Personas que entregaron su vida por un futuro mejor para sus prójimos.

Los que están ofrendando su vida hoy, ¿presagian un futuro más justo para sus pares?

Es la pregunta de los tres millones (ya no del millón) de fallecidos por coronavirus en el mundo.

La mayoría trabajadores. Los que continúan peleando contra esta maldita peste, la mayoría trabajadoras y trabajadores formales o informales. El virus sumado al capitalismo desalmado, sin alma, incrementó la desigualdad.

Arrojó a su suerte a millones de personas. Les arrebató todas las oportunidades de vivir y de sobrevivir.

De pronto, unas voces susurran “el mundo está cambiando” y ponen de ejemplo al presidente de EE. UU., Joe Biden, el hombre que fue vice de Barack Obama y hoy es visto por sus opositores como un “demonio socialista”.

Si no fuera tan triste la realidad, se podría tomar como una sátira.

Increíble, dicen algunos golpeando su cabeza, Biden toma decisiones para fortalecer el Estado y generar trabajo.

Se parece el peronismo, dicen algunos por estos lares. La cuestión es que el mandatario americano anunció un plan de empleo impresionante.

“La piedra angular para generar puestos de trabajo será su Plan de Empleo Estadounidense, un paquete de dos billones de dólares que ya envió al Congreso. Con esto busca modernizar autopistas, calles, sistemas de transporte e invertir en tecnología de la información, vivienda, construcción y la industria de vehículos eléctricos. Un ‘proyecto obrero para construir Estados Unidos’, lo caracterizó en el discurso”, según publican los medios nacionales.

Un proyecto obrero.

 

Por los siglos de los siglos

En 1890, hace mucho más de 100 años, los representantes del incipiente movimiento obrero argentino se reunieron en el Prado Español y decidieron conmemorar en adelante el 1 de Mayo en nuestro país. Entre 1880 y 1901 se multiplicaron las sociedades de resistencias, se fundaron numerosos gremios, como el de los panaderos, aquellos que estigmatizaban a los curas y a los militares desde algo tan cotidiano y masivo como las facturas, bautizándolas con nombres como “sacramentos”, “bolas de fraile”, “vigilantes”, “cañoncitos”, “bombas de crema” y “suspiros de monja”.  (Felipe Pigna).

El mencionado historiador cuenta que “la primera década del siglo XX estuvo marcada por la acción sindical anarquista y la acción política del socialismo. Por aquellos años las ideas brotaban como de un manantial que se expresaba en el notable crecimiento de la difusión de los periódicos anarcosindicalistas, la fundación de bibliotecas y de las ‘Escuelas Modernas’, que refutaban los conceptos y los contenidos de la educación oficial y capitalista; las huelgas generales y las grandes movilizaciones obreras. La rebelión en el Granero del Mundo parecía imparable”.

La rebelión de los obreros. Reprimida, atacada, destruida.

“El acto del 1 de Mayo de 1905 se realizó frente al Teatro Colón y mientras estaban haciendo uso de la palabra los oradores, el gobierno lanzó un escuadrón de 120 policías a caballo, los famosos ‘cosacos’, contra la multitud, mientras que un escuadrón de bomberos policiales la atacó por otro frente. Sobre la plaza Lavalle quedaron tendidos cuatro muertos y más de 50 heridos. Los detenidos se contaron por centenas.

Un informe policial da cuenta de la detención de un obrero anarquista al que se lo encontró ´famélico, en grave estado de desnutrición. El oficial escribiente detallaba que entre las pertenencias del detenido se encontraron 100 pesos y que al ser interrogado se le preguntó por qué no había usado parte de ese dinero para alimentarse; el detenido contestó con toda su poderosa y ejemplar humildad: ‘Esa plata es del sindicato, de mis compañeros, que tienen tanto hambre como yo pero dan lo poco que tienen para la causa redentora de la humanidad, para que sus hijos vivan un mundo que merezca ser vivido’”. Relato del historiador Felipe Pigna sobre esos tiempos de lucha e ideales, publicado en el sitio elhistoriador.com.ar.

Avances y retrocesos

El mundo fue cambiando durante el siglo XX. Surgieron las leyes laborales, los beneficios, el reconocimiento al trabajador, la fortaleza de los sindicatos y la ocupación casi a pleno.

En 1974, Argentina contabilizó los indicadores de actividad industrial y participación de los asalariados en la economía más altos de su historia y las tasas de desempleo y desigualdad más bajas.

En el tercer gobierno de Juan Domingo Perón, el índice de desocupación fue del 2,7%. Los entendidos calificaron ese dato como “ocupación plena”.

Con el transcurso de los años, el paraíso laboral fue modificando su paisaje. En 1981, el desempleo había crecido al 4,6%.

La situación se complicó durante dicha década y la siguiente. En 1989, el país tenía una tasa de desempleo del 7,7%, situación que fue agravándose en los años 90, hasta llegar a un pico de 17,9% en 1997.

Las privatizaciones de empresas estatales durante el gobierno de Carlos Menem dejaron miles de trabajadores fuera del sistema formal, tras la figura de retiros voluntarios.

Los defensores del capitalismo a ultranza aplaudieron el “achicamiento” del Estado y no sintieron preocupación alguna por los índices negativos en el mundo laboral. Si bien en 1998 y 1999 la tasa bajó a un 13 y 14%, respectivamente. La crisis de 2001 elevó el índice al 19,7%.

Un período de recuperación

Según datos del FMI, de 2003 a 2015, el país fue recuperando el empleo paulatinamente y al final del mandato del gobierno de Cristina Fernández los números arrojaban entre un 4,7 y un 6,5%. Menos de un dígito.

En el marco del Día de la Industria, en septiembre de 2015, el titular de la entidad en ese momento, Héctor Méndez, destacó que “en el pasado reciente, desde 2002 hasta 2011, el crecimiento industrial ha mostrado un dinamismo histórico, marcando sin dudas un período fructífero para nuestra industria. Estas cifras muestran que recién recuperamos el nivel de producción per cápita industrial de 1974”.

Un avance significativo que, nuevamente, por políticas contradictorias terminó en un retroceso con cierre de fuentes de trabajo y disminución de la actividad industrial.

En 2019, otra vez la desocupación fue noticia con un índice superior al dígito: 10,6%.

Llegó la pandemia y se elevó al 11% en 2020.

La mentalidad conservadora en torno al trabajo no desapareció. La flexibilización laboral fue un caballito de batalla de los gobiernos emparentados con la idea de fomentar la especulación a costa de la producción.

Grandes ganancias para unos pocos, múltiples pérdidas para millones.

El desafío de este tiempo, atacado por un virus invisible y letal, es recuperar el sistema productivo y el empleo. Recuperar el poder adquisitivo de la clase trabajadora.

No es un tema simple, requiere de consensos, diálogo, compromiso de todos los sectores y, fundamentalmente, de la solidaridad de los que han concentrado la mayor parte de las riquezas.

Sería un logro, para poder “celebrar” como corresponde el Día del Trabajador.

 

Clasificados 3 de mayo

“Hoy (2 de mayo) es el día que más fallecidos hubo en la guerra de Malvinas... Que ningún medio recuerda... Que ninguna persona tiene en su memoria... Un día como hoy se hundió el buque ARA General Belgrano... Es lamentable que Villa María olvide una fecha tan importante”.

Fragmento de un escrito de Mauricio, hijo del cabo Norberto Güizzo, fallecido en la guerra

 

“Al trabajar colaboramos en la creación de Dios, ayudamos a los demás y nos da señorío sobre nosotros mismos y sobre el mundo”.

Parte del mensaje del obispo Samuel Jofré, en su homilía por el Día del Trabajador

 

“Se decidió otorgar un reajuste de tarifa del 34,87% a partir de la facturación del mes siguiente de la sanción de esta ordenanza. Sabemos que la Cooperativa en su estructura de trabajo en la confección de la factura demora un mes, por lo que el impacto del aumento se sentirá en julio”.

Verónica Vivó, sobre el incremento de la tarifa de agua

 

“El 97% de los adultos mayores de 70 años inscriptos en el sistema provincial ha recibido la inmunización, con distintas dosis de vacunación contra el COVID-19”.

Pablo Rosso, a cargo del Ejecutivo de Villa María

 

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