Vamos, vamos, Argentina

lunes, 14 de noviembre de 2022 · 08:30

“Vamos, vamos, Argentina; vamos a ganar, que esta barra quilombera no te deja de alentar.”

Mientras la mayoría de los argentinos y argentinas estamos practicando las canciones de cancha, palpitando el Mundial de Fútbol 2022, la política ya empezó a jugar la Copa 2023 con una barra quilombera con más problemas que los famosos “cabarets” característico de la pelota, esa que no se mancha, según el Diego.

En el mundo de la política electoral empezó el juego. Tomala vos, dámela a mí, el que no corre, vuela y el que no vuela es un perejil.

A sus marcas, dijeron, y se lanzaron a la carrera para quedarse con la pelota. Los propios contra los propios, los adversarios contra los adversarios, los árbitros contra los árbitros, las hinchadas contra las hinchadas y muchos espectadores con las pelotas infladas y desinfladas.

Casi nadie entiende muy bien a qué juegan o cuáles son los rivales que se enfrentan. Hay una mezcla rara de diosa y pantera o de penúltimo linyera y de primer polizonte en el viaje a Venus, frase del poeta Horacio Ferrer.

Un partido de locos. Jugadores con medio melón en la cabeza, las camisetas pintadas en la piel y una banderita de taxi libre en cada mano. (Gracias, Ferrer, por tu tango).

Parece que solo ellos se ven, entre ellos. Y al compás del 2x4 sueñan que los semáforos le dan tres luces celestes, que los maniquíes le guiñan y las frutas le tiran azahares.

Para los espectadores que no entienden bien el partido, no están en ninguna hinchada y corren todos los días tras de la pelota para sobrevivir, el espectáculo es bastante aburrido y para nada emocionante.

Por supuesto, los que pintamos algunas canitas, a esta película ya la vimos cientos de veces. A estas batallas campales, también.

Pero hay una diferencia entre el fútbol y la política. El fútbol, con todos sus errores, es una pasión de multitudes que no carga en sus espaldas la responsabilidad de solucionar los problemas de un país.

La política, sí. Y la política, palabra enorme y necesaria si las hay, está representada por los políticos, y si ellos juegan mal, no pierde un club, perdemos todos y todas.

 

Volveremos otra vez

Después del Mundial de 1986, y ser campeones, una canción copó las tribunas futboleras. “Volveremos otra vez, volveremos a ser campeones como en el 86”. Esa relación interesante con el pasado que tenemos. Volver a ser y no enfocarnos en lo que somos. Porque una Copa no nos hace campeones. Somos campeones todos los días. Somos campeones de la vida, con pelota o sin pelota, con crisis y sin crisis. Hemos vivido más de diez crisis en los últimos años y aquí estamos.

Según las estadísticas, una crisis cada diez años. Nos robaron la pelota un montón de veces y la recuperamos.

Hace poco hablamos, en este suplemento, de la sociedad milagrosa que somos.

Pero nuestros dirigentes no parecen entenderlo.

Este mes volvieron los duelos -en realidad, nunca se fueron-.

Duelos a nivel nacional, duelos a nivel provincial.

En Juntos por el Cambio están cada vez más separados. El Frente de Todos está cada día más enfrentado.

El peronismo cordobés está más nismo que pero. Y la oposición está más sión, que opo. Las frases, partidas por el medio. Los slogans, partidos por el medio.

¿Hacia dónde vamos?, es la pregunta de la mayoría que no está interesada en caminar para atrás como el cangrejo.

¿Qué significa volveremos? ¿A qué volveremos, a qué pasado volveremos, a 1986, a 1995, a 2001, a 2003, a 2015?

¿En qué momentos de nuestra historia reciente fuimos campeones mundiales?

Estos últimos quince días fueron muy enredados. El presidente de la Legislatura provincial, Oscar Gonzáles, renunció a la Presidencia y pidió licencia sin goce de haberes en su banca por haber sido protagonista de un trágico accidente.

Malas noticias para el gobernador. Gonzáles es un referente político muy importante de Hacemos por Córdoba. Juan bendijo a Martín Llaryora para ser candidato a gobernador.

¿En qué cancha juega?, todavía es una incógnita.

Schiaretti tendrá que decidir si su mensaje será anti K, PRO, o peronista de la llamada alternativa federal, que, en la elección anterior, no superó el 8% de las adhesiones.

Si al Gobierno nacional le va bien con algunos aciertos en la economía, la mirada de Córdoba ¿será distinta o seguirá reteniendo la pelota en su propia cancha?.

Nuestros dirigentes, ya lo escribimos en este suplemento, acostumbran a poner la vela por dónde el viento sopla.

 

Y ya lo ve, y ya lo ve

Juntos por el Cambio, en nuestra provincia, está en precalentamiento. Luis Juez ya se puso los botines y salió al campo de juego. Desde el PRO, sin un liderazgo fuerte, intentar debatir un reglamento interno para darle un marco jurídico a la alianza y dirimir las candidaturas en un proceso interno.

Y ya lo ve, y ya lo ve, es el equipo de Luis Juez, canta un sector de la tribuna.

Despacito, despacito, vamos con Rodriguito, le responden algunos desde la UCR.

Por el momento, hay demasiados jugadores y demasiados aspirantes a directores técnicos. El pasado lunes, Juez, acompañado por Ramoncito Mestre, encabezó un acto en Villa Nueva para dar el puntapié inicial promoviendo a Ignacio Tagni a la Intendencia.

Rodriguito de Loredo envió saludos por las redes sociales. El eje de la campaña sigue siendo “hacer un cambio” y criticar a los que están gobernando.

Nada nuevo bajo el Sol ni a la luz de la Luna.

Juez ya avisó que prefiere las encuestas a una disputa interna para elegir candidatos.

El PRO no tiene mucho para ofrecer, el preferido de Mauricio, Gustavo Santos, no tiene “la habilidad necesaria” para hacer goles, según comentan, con mucho disimulo, los de camiseta amarilla.

Hoy por hoy, los números de las encuestas lo benefician a Juez por sobre el joven de Loredo.

La gran incógnita es cuándo serán las elecciones a gobernador en Córdoba. La llave del estadio la tiene Juan Schiaretti.

En 2019, los cordobeses fuimos a las urnas, el 12 de mayo, para elegir las autoridades provinciales.

Si tenemos en cuenta que viene el Mundial y, luego, las vacaciones de verano, los tiempos de campaña se acortan y los acuerdos se vuelven más que necesarios.

“No se puede salir a jugar un campeonato sin un equipo bien entrenado”, comentó en una mesa de café un avezado dirigente con boina blanca.

No hay tiempo suficiente para andar probando jugadores. Lo más probable es que pisen el césped los mismos de siempre, aunque algunos vengan lesionados.   

 

Cuidado con los precios, muerden

El DT de “Economía Junior Club”, preparó su plan de juego para hacer justicia con el precio de los productos básicos. El equipo de los Monopolios, con sus veinte jugadores, viene ganando todas las copas argentinas en los últimos, penúltimos y antepenúltimos años.

Ganar un partido con ellos sería un milagro. Sus victorias son por goleada. En un acto de “arrojo”, el DT de Economía lanzó la pelota desde el lateral.

“La semana que viene serán 2.000 productos que mantendrán sus precios, cuando se termine de cerrar el esquema. En el resto de los 30.000 productos no pueden aumentar más del 4% y hay un compromiso de las cadenas de supermercados y los mayoristas de rechazarle a las empresas que violen el acuerdo las listas de precios. Nos da garantía a todos. Nos da garantía al Estado de recorrer un sendero a la baja. El programa resuelve uno de los problemas que tenemos en materia inflacionaria”, dijo el ministro Sergio Massa. A esta altura, una especie de chef amasando y sazonando.

En las cadenas proveedoras de alimentos, puede verse o sentirse un cartel imaginario con la leyenda: “Cuidado con los precios, muerden”.

Hasta el momento, hay millones contagiados de “rabia” por esa mordedura.

El DT, que tiene algo de Tigre, les pidió a los grandes empresarios un “esfuerzo” para ganarle el partido a la inflación o, por los menos, empatarlo. Para su osadía, cuenta con el fuerte respaldo de la vicepresidenta Cristina, que regresó a los actos públicos para alegría de sus seguidores, que ya la ven candidata en 2023.

Para la Copa “Rosada” falta bastante. Hay que salir a la cancha y ver quién gana.

Vamos, vamos, Argentina.

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