Mujeres coraje, heroínas de nuestra independencia

lunes, 30 de mayo de 2022 · 08:30

Mujeres luchadoras, mujeres coraje, mujeres protagonistas de la historia de nuestra independencia. Olvidadas, ocultas entre los capítulos dedicados a los próceres del siglo XIX. Ignoradas por años. Rescatadas en los nuevos billetes que circularán ya sin los animales que reemplazaron a los próceres desde 2016.

En el nuevo grupo de papel moneda, anunciado durante la semana que pasó, seguirá Eva Perón en los de 100 pesos y se sumarán dos heroínas: Juana Azurduy y María Remedios del Valle (billetes de 200 y 500 pesos respectivamente).

El 26 de julio de 2012, en el 60 aniversario de la muerte de Evita, el gobierno presidido en ese momento por Cristina Fernández de Kirchner lanzó el billete con la figura de la impulsora del voto femenino, defensora de los derechos sociales, luchadora por la inclusión y la igualdad de género, entre otras acciones que dejaron una huella imborrable.

Después de su muerte, en 1952, se había diseñado un billete en su honor. La Revolución Libertadora lo desterró junto a todas las ideas que recordaran al peronismo.

En 2012, María Eva Duarte se convirtió en la primera mujer en ilustrar el papel moneda argentino.

Diez años después, dos mujeres heroínas del siglo XIX se suman a los pesos. Sus historias están signadas por la lucha, el dolor por la pérdida de seres queridos y un final marcado por la pobreza.

 

La flor del Alto Perú

Juana, recordada en una canción como la “flor del Alto Perú”, nació el 12 de julio de 1780 en Toroca, una población ubicada en el norte de Potosí, perteneciente al Virreinato del Río de la Plata y, en la actualidad, territorio de Bolivia.

Su madre, Eulalia Bermúdez, fue una mestiza proveniente de Chuquisaca; su padre, Matías Azurduy, un hacendado de raza blanca de buena posición económica y tierras en la región.

Juana aprendió el oficio de las tareas de campo junto a su progenitor. Quedó huérfana muy joven. A los 25 años, se casó con Miguel Asencio Padilla.

En 1809, luego de que estallara la revolución independentista de Chuquisaca, un 25 de mayo, Juana y su esposo se unieron a los ejércitos populares y ayudaron a destituir al gobernador y a formar una junta de gobierno que duraría hasta 1810, cuando las tropas realistas vencieron a los revolucionarios.

Integrando la agrupación "Los Leales", el matrimonio combatió contra el imperio español, destacándose Juana especialmente por su valentía y su capacidad de mando, hecho que le valió el nombramiento de Teniente Coronel, en el verano de 1816, y la entrega simbólica de un sable por las tropas enviadas desde Buenos Aires con objetivo de liberar el Alto Perú.

Ese mismo año, ya embarazada de su quinto hijo, Juana sufrió una herida en la batalla de La Laguna, y al intentar rescatarla, Miguel Asencio Padilla murió en combate. Su cuerpo fue colgado por los realistas y, luego de dar a luz, la mujer se unió a la guerrilla de Martín Miguel de Güemes, que operaba en el norte del Alto Perú defendiendo en seis ocasiones las invasiones realistas.

Años después, tras caer el último reducto realista del exvirreinato del Río de la Plata en el Alto Perú, el 1 de abril de 1825, Simón Bolívar la ascendió a Coronel y le otorgó una pensión que recibió durante cinco años. Luego de la proclamación de la independencia de Bolivia, ella intentó recuperar sus tierras sin lograrlo y murió en la miseria, el 25 de mayo de 1862, a los 81 años, en la provincia argentina de Jujuy. Fue enterrada en una fosa común. (Fuente: argentina.gob.ar)

 

“La madre de la Patria”

María Remedios del Valle, de origen africano, nació en 1766 en la capital del Virreinato del Río de la Plata. Una mujer con una gran vocación de servicio, empezó como enfermera para ayudar a los que enfrentaron a los ingleses en el marco de la segunda invasión en 1807.

Pronto, tomó las armas y participó en distintas batallas junto a Manuel Belgrano, hasta llegar a ser capitana del ejército del creador de la bandera. Participó en la batalla de Ayohuma, Vilcapugio y Tucumán, así como también en el Exodo Jujeño.

Su marido y sus dos hijos murieron en combate.  En 1813 fue tomada prisionera por los españoles, quienes la azotaron por nueve días por haber ayudado a huir a oficiales patriotas en el campo de prisioneros.

Logró escapar, y a pesar de las cicatrices y del sufrimiento, no bajó los brazos. Se incorporó a las fuerzas de Martín Miguel de Güemes y Juan Antonio Alvarez de Arenales, cumpliendo funciones de combatiente y enfermera. Siete veces estuvo a punto de ser ejecutada por el enemigo.

Corrió la suerte de muchas de las combatientes de esa época. Finalizada la guerra, se encontró con la indigencia. Se sostuvo vendiendo pasteles, tortas fritas y recibiendo sobras de alimentos.

En agosto de 1827, el general Juan José Viamonte la reconoció pidiendo limosna en las calles de la ciudad de Buenos Aires. Viamonte -una vez elegido diputado- solicitó ante la Junta de Representantes de la Provincia de Buenos Aires que se le otorgase a María Remedios una pensión por los servicios prestados a la patria.

Fue Juan Manuel de Rosas quien le dio la jerarquía de Sargento Mayor. Le aumentó su pensión de 30 pesos, un aumento sustancial para la época, y en gratitud hacia quien la sacó de la miseria, cambió su nombre a Remedios Rosas.

La llamada “Madre de la Patria”, murió el 8 de noviembre de 1847 sin haber recibido en vida el reconocimiento por su participación en la guerra.

Los manuales de historia tampoco le dieron un lugar preponderante entre las heroínas de nuestra independencia. En su honor, la Ley 26.852 establece el 8 de noviembre como el Día Nacional de las y los afroargentinos. (Fuente: cultura.gob.ar)

Hoy estará junto a Belgrano en los nuevos billetes de 500 pesos.

 

La participación femenina

Otras mujeres tuvieron activa participación en el sentimiento patriótico, en la lucha por la liberación. María Magdalena Dámasa de Güemes de Tejada, conocida como “Macacha”, hermana del general Martín Miguel de Güemes, nació el 11 de diciembre de 1787 en Salta.

A partir de 1810 trabajó junto a su hermano en la causa revolucionaria. Su rol estuvo basado en trabajos de espionaje y logística y, años más tarde, cuando Martín fue gobernador, fue una especie de “ministra sin cartera”, debido al peso que ella tenía en las cuestiones públicas.

Juana Moro, conocida como La emparedada. Nació en Jujuy, el día 26 de mayo de 1785. Lideró, junto a Doña Loreto Sánchez de Peón, una red de espionaje femenina contra las fuerzas realistas que ocupaban la ciudad durante la Guerra de la Independencia. Se salvó de morir emparedada, es decir, encerrada en su casa con puertas y ventanas tapiadas por los realistas; por tal motivo se la conoce como “La Emparedada”.

Se hizo célebre por sus trabajos de “bombera”, como se llamaba en esa época a las espías. Vestida de gaucho o de viajera inofensiva, iba a caballo desde Salta a Jujuy llevando y trayendo información para el ejército revolucionario.

Manuela Hurtado de Pedraza. Nació en Tucumán hacia 1780. Criolla, de sangre indígena y española, se la conoció como “La Tucumanesa”. Fue distinguida como heroína en las invasiones inglesas.

María Loreto Sánchez de Peón Frías. Nació en Salta. Junto a Juana Moro formaron una red de espionaje de la que participaron numerosas damas, entre ellas, Gertrudis Medeiros, Celedonia Pacheco de Melo, Magdalena Güemes, Juana Torino, María Petrona Arias, Martina Silva de Gurruchaga y Andrea Zenarrusa.

Mujeres bravas en el campo de batalla, junto a sus hijos, a sus esposos. Mujeres combatiendo sin rendirse, soportando el dolor, resistiendo.

Mujeres de nuestra Patria, merecedoras del reconocimiento.

 

Las mujeres en la política

-Las mujeres siguen sin tener el lugar protagónico necesario en los cargos ejecutivos. Solo un 10% han llegado a ser máxima autoridad en los países del mundo. El 90% de los jefes de Estado de los 190 países de la ONU son hombres.

-La primera mujer del mundo que llegó a la Presidencia fue María Estela Martínez de Perón, tras la muerte de su esposo, Juan Domingo Perón, en 1974. Gobernó hasta el 24 de marzo de 1976, siendo derrocada por el golpe de Estado.

- La primera mujer presidenta electa del país fue Cristina Fernández de Kirchner en 2007, siendo reelecta en 2011 y cumpliendo su mandato en 2015.

-La primera mujer en ser electa presidenta en Latinoamérica fue Violeta Chamorro, en Nicaragua (1990-1997). Le siguieron Mireya Moscoso, en Panamá (1999-2004); Laura Chinchilla (Costa Rica); Michelle Bachelet, en Chile (2006-2010 y 2010-2014); Cristina Fernández (2007-2011 y 2011-2015); Dilma Rousseff, en Brasil (2011-2016) y Xiomara Castro, en Honduras, electa en 2022.

-Provincias. La primera mujer en ser electa gobernadora en Argentina fue Fabiana Ríos, en Tierra del Fuego, en 2007. De 2007 a 2019 hubo seis mujeres gobernadoras. En la actualidad, solo dos provincias tienen una mujer jefa del Ejecutivo: Anabela Carreras, en Río Negro, y Alicia Kirchner, en Santa Cruz.

-Córdoba nunca fue gobernada por una mujer y solo en una oportunidad tuvo una vicegobernadora: Alicia Pregno, de 2011 a 2015.

Las provincias sin presencia femenina en los dos altos cargos ejecutivos, en su historia, son: Chubut, Formosa, Jujuy, Salta y Tucumán.

-Interinas. En 1862, Eulalia Ares gobernó Catamarca por un día. En 2001, María Alicia Lemme quedó a cargo del Ejecutivo de San Luis por renuncia de Adolfo Rodríguez Saá. En 2002, Mercedes de Juárez asumió en Santiago del Estero tras la renuncia del gobernador Carlos Díaz.

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