El interior busca ser protagonista

lunes, 13 de junio de 2022 · 09:28

En cada rincón de nuestra ciudad, de nuestra provincia, de nuestro país hay una historia de vida. En cada rincón del Planeta, hay necesidades básicas no satisfechas. Necesidades que esperan sus derechos, negados por años.

Cada parcela de esta tierra, que alguna vez fue prometida, esconde dolor, alegría, amor, odio, debilidad, fortaleza, individualismo, solidaridad. Sentimientos que hacen malabarismo entre las trampas de las desigualdades.

Los pueblos no son simples números insertos en los fríos datos de las estadísticas difundidas a nivel global por los organismos que digitan el presente y el futuro de un Universo que tiene más secretos que certezas.

Tal vez se pregunte el lector los motivos de esta introducción a una nota, que acorde a estos tiempos, debería ser una especie de relato sobre las disputas de dirigentes con la mirada puesta en las elecciones de 2023.

Pero, no se puede hablar de política con liviandad sin analizar el factor humano y las consecuencias que las peleas de las “cimas” generan a los que están al pie de la ladera.

Desde hace años, adhiero al pensamiento basado en que la pirámide del futuro se construye desde la base. Ningún edificio puede concretarse sin la fortaleza de los cimientos, ningún puente puede construirse sin una estructura consolidada.

Y las grietas son los mayores peligros que enfrentan dichas construcciones.

Precisamente, las grietas, los enfrentamientos, las pujas por la cúspide de la pirámide nos han llevado a las crisis más terribles, soportadas por los cimientos. El derrame predicado por los cultores del peor capitalismo, han arrojado únicamente escombros a la vida de millones de personas.

Hoy, la política necesita renovar sus hábitos y mirar de abajo hacia arriba. Hoy la política debe recuperar su espíritu colectivo, encontrarse en las coincidencias y en las diferencias. Encontrarse, fundamentalmente, porque los desencuentros llevan indefectiblemente al derrumbe de lo construido. Y, sinceramente, la mayoría está cansada de ver como se construye y se destruye una y otra vez.

Una y otra vez.

 

La lucha contra el centralismo

El centralismo ha sido una constante en nuestra historia como país. “Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires”, es una de las frases más repetidas desde siempre. En nuestra provincia, La Docta tiene los mismos rasgos de ese manejo capitalino.

Los gobernadores, más allá de sus acciones, han surgido de una militancia en Córdoba capital. Eduardo Angeloz nació en Río Tercero, pero comenzó su carrera en La Docta. Ramón Mestre nació en San Juan, pero a los 17 años se instaló en la capital provincial y desde allí construyó su poder.

Tras dieciséis años de gobierno radical, llegó el peronismo con dos capitalinos: José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti.  Los cuatro gobernadores que tuvo la provincia desde 1983 fueron caudillos de la ciudad estrella.

En la actualidad los principales candidatos que suenan para la gobernación son capitalinos, más allá de sus lugares de nacimiento.

De pronto, en las últimas horas,  hubo un movimiento del interior con un espíritu de construcción diferente y una mirada de la política desde la profundidad de esa Córdoba, con todas sus diversidades, con todas sus regiones, con una visión colectiva, plural, de transversalidad.

La provincia turística, productiva, campesina, de pequeñas comunidades, con problemáticas distintas al mayor conglomerado urbano.

La Córdoba de los intendentes, que diariamente, deben enfrentar los inconvenientes de la gestión cara a cara con los vecinos.

 

Tiempo de construir consensos

“El tiempo que viene no es de liderazgos fuertes, es un tiempo de construir consensos, propuestas y fortalecer lo colectivo.” En esta frase está resumida la idea que motoriza a los 110 intendentes y jefes comunales que junto a unos 40 dirigentes de otras localidades se reunieron el jueves pasado en un hotel de Villa María.

El anfitrión fue el titular del Ejecutivo local, exsecretario de Obras Públicas de la Nación, Martín Gill.

El encuentro no debe haber caído muy bien en los otros sectores del peronismo provincial, que supuestamente tomarán nota de lo que está ocurriendo fuera de la frontera de la capital.

La reunión no fue casualidad, ni producto del contexto actual. Martín Gill viene trabajando en silencio, desde hace más de dos años, en el territorio. Su tarea al frente de la Secretaría de Obras Públicas del gobierno de Alberto Fernández, le permitió dialogar y estrechar relaciones con diversos representantes de las localidades cordobesas.

Fue un trabajo hormiga, sin show mediático, con un fuerte contenido municipalista y con la necesidad de profundizar en el debate político, hoy vaciado de contenido.

Más de dos años de tarea buscando coincidencias, intentando ponerle masilla a la grieta tan peligrosa.

Los presentes en la reunión miran al futuro con una expectativa diferente. Creen en la renovación, en el trabajo comunitario, en la revalorización de la política, en el diálogo con todos los sectores de una comunidad y en superar las diferencias partidarias a través de propuestas concretas para el bien común. Creen que el interior, debe ser protagonista y que es hora que las decisiones “no las tomen unos pocos”.

Los más de cien dirigentes salieron al ruedo y se mostraron en escena. Representan a varias localidades, ente ellas Viamonte, Pascanas, Corral de Bustos, Cruz Alta, La Carlota, Ucacha, Laguna Larga, Monte Buey, Ballesteros, Morrison, General Deheza.

Hay dirigentes del peronismo cordobés, del radicalismo, del vecinalismo, del Frente de todos.

“No es en contra de nadie”, dicen. “Es una realidad distinta a la de capital”.

Es la expresión del interior del interior.

 

La política no se mide por encuestas

“Estamos acostumbrados a una realidad de la política que se construye con operaciones de prensa, con encuestas, en mesas de café, acá creemos que hay que dar un debate profundo”.

¿Candidaturas? “Una vez que esto esté en marcha y veremos cuál es el camino, allí surgirán seguramente hombres y mujeres que también quieren ser protagonistas en los tiempos que viene. En lo personal, asumo la responsabilidad del rol que, de alguna manera, los intendentes me han confiado. Pero los proyectos no son personales, son colectivos.” Las declaraciones de Martín Gill a El Diario del Centro del País dejan mucho para leer entre líneas.

Hace años que las encuestas son la fuente de consulta de los “líderes” para elegir a sus candidatos.

Los tiempos han cambiado. El mundo sufrió una pandemia, hoy el mundo padece las consecuencias de un conflicto bélico, la economía global está en riesgo y el sistema ha demostrado sus grandes fallas.

Argentina ha tenido sus logros en materia de salud para enfrentar el virus, está piloteando la economía a pesar de la deuda impagable heredada, ha tenido buenos resultados de crecimiento y sigue complicada con una oposición que no apoyó en nada y una parte del oficialismo que tiene sus internas de egos.

En este panorama tan complicado, el interior cordobés busca su protagonismo, ¿un protagonismo “Martiniano”?

Analizando la historia de las fórmulas del peronismo encontramos un fenómeno distintivo: en 1973: Perón- Perón, en 2019: Fernández-Fernández.

-¿En Córdoba se podría dar Martín - Martín?

-Vaya uno a saber.

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